A Estribor / Juan Carlos Cal y Mayor

Política sin violencia

La violencia, sea cual sea la forma en que se manifieste, es un fracaso.- Jean Paul Sartre.

Maestros del CNTE en Oaxaca según se publicó en distintas notas periodísticas se enfrascaron a pedradas contra priístas presentes previo a un acto de campaña de José Antonio Meade. El incidente no pasó a mayores, es decir no hubo lesionados y los maestros se retiraron del evento. Meade señaló que esta muestra de intolerancia es alimentada y animada por Amlo a lo que este último respondió que «lamentaba», para luego dar paso a llamarlo «ternurita» para rimar con la afirmación de que ya lo alcanza Margarita (en las encuestas).
Otros incidentes se le presentaron a Ricardo Anaya, como cuando un pequeño grupo de personas con pancartas en mano lo esperaban a las 3 am en el aeropuerto de la ciudad de México, espetándolo con señalamientos y agresiones verbales. En el ITESO un grupo de universitarios, intentó de forma orquestada recrear el «yo soy 132» ocupando el auditorio en que el candidato del Frente ofrecía una charla, para luego abandonarlo. Anaya toreó bien el asunto, restando importancia al manejo pretendido de comparar lo que le sucedió en su momento a Peña Nieto en la Ibero.
En una gira por Nueva York un trabajador indocumentado –padre de uno los desaparecidos jóvenes de Ayotzinapa increpó con una pancarta al candidato de Morena al que acusaron de ser un provocador, pero Amlo pidió tolerancia y el incidente no pasó a mayores. A Claudia Sheibaum también le sucedió que un grupo de personas arrojaron sillas durante un evento de Morena.
Más allá de si se trata de infiltrados, provocadores, reventadores, actos premeditados o simples muestras de rechazo, ya sean verbales o físicas, que rayan en la violencia; lo que debería de preocupar es que este tipo de incidentes pase a mayores. Los ánimos están caldeados y aunque siempre sucede en las campañas políticas, ahora las cosas son diferentes. La elección se ha polarizado y caracterizado por las descalificaciones provenientes de diferentes flancos. Lo mismo en redes sociales, que en programas de debates, donde los representantes de los candidatos se han lanzado todo tipo de acusaciones frivolizando los temas en que debieran concentrarse y más preocupan a la ciudadanía.

La agresión a Sami David

Recuerdo muy bien que en la elección para gobernador de Chiapas en el año 2000 entre Pablo Salazar y Sami David, se suscitó un hecho lamentable con la agresión al entonces candidato priísta en Soyaló. Una pesa de las que usan para las basculas para tortillas fue lanzada al candidato Sami David en medio de personas que se arremolinaban en su entorno. Presurosos, en el equipo de campaña de Pablo dijeron que no existió tal agresión, que se trataba de un ramo de flores, porque el objeto que se apreciaba en video no alcanzaba a visualizarse con claridad. Que lo que querían era victimizar al candidato priísta y sacar provecho electoral. Yo era en ese entonces diputado local por el PAN y apoyaba la campaña de Pablo que aglutinaba también al PRD y 6 partidos más en la denominada Alianza por Chiapas.
Desconfiado en no apresurarme a emitir una opinión o un juicio de valor sobre el hecho, llamé a mi amigo Juan Carlos Gómez Aranda (entonces coordinador de la campaña del PRI) para preguntarle acerca del incidente. Me confirmó el hecho de que Sami había recibido un fuerte golpe a la altura del ojo. A las 8 de la noche de ese mismo día Ciro Gómez Leyva en canal 40 por cadena nacional, nos entrevistó simultáneamente a Gómez Aranda y a mi. No dudé ni un instante en descalificar la agresión sin importar su procedencia. Al tiempo de colgar el teléfono recibí una llamada de Pablo Salazar quien me reprochó el hecho. Me dijo «no le avientes flores a nuestros enemigos», le contesté lo siento, no son mis enemigos, son mis amigos y no estoy de acuerdo con eso. Al día siguiente busqué a Sami, quien amablemente accedió a tomarse un café conmigo por lo que pude comprobar un severo derrame en su rostro el cual requirió de atención y supervisión médica. Las consecuencias pudieron ser peores.

Hay que enfriar los ánimos

Reseño lo anterior porque me parece preocupante que encendidos como están los ánimos en la campaña electoral, estos indicios puedan desatar mayores actos de violencia. Ojalá y no pase de eso. Porque como van las cosas podrían suscitarse hechos más lamentables. Sobre todo ahora que los candidatos renunciaron a la protección del estado mayor presidencial.

Cuando menos el INE debería hacer un llamado a que las campañas se conduzcan con la mayor civilidad y se repudien este tipo de actos vengan de donde vengan. No basta con cruzarse acusaciones y señalar presuntos culpables. También debería ser un llamado de atención para moderar el discurso, fomentar un debate más racional y privilegiar las propuestas aunque suene trillado. ¿Es mucho pedir?
Cómo en el Futbol, el árbitro no puede permanecer mudo. Sino saca las tarjetas amarillas o cuando menos hace un llamado a los jugadores, el partido se le puede ir de las manos. Ojalá y después no lo estemos lamentando…

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