A Estribor / Juan Carlos Cal y Mayor

El segundo debate

Me parece un desperdicio por parte de los moderadores y las limitadas preguntas del público, el que se haya desaprovechado un valiosísimo tiempo, y el nivel de audiencia, durante el segundo debate presidencial. Se trataba de conocer más a fondo la propuesta de gobierno en temas como el comercio exterior, la inversión, los derechos de los migrantes y la seguridad fronteriza. Más pareció un espectáculo que un formato serio que nos permitiera dilucidar la visión de los candidatos y el programa de gobierno en tan álgidos e importantes temas para nuestro país.
Para muchas personas en el sector productivo; manufacturero, agrícola e industrial de nuestro país; la certidumbre es una factor fundamental en la toma de las decisiones y no pueden andar adivinando que es lo que los candidatos quisieron decir o lo que realmente se proponen. Si esperaban más claras definiciones, se habrán topado con propuestas muy limitadas, quizás más por el formato del debate que privilegia más el manejo de la filias y las fobias del gran público elector.
La relación con Estados Unidos es un tema toral pero bastante complicado dado el estilo personal del Presidente Trump. Cancelar el Tratado de Libre Comercio tendría un repercusión en la economía de nuestro país porque somos el segundo socio comercial de Estados Unidos y la divisas que ingresan por ese concepto benefician nuestra economía en todos sus niveles.
Preocupa por ejemplo a los empleados del sector automotriz. Es un tema clave en las negociaciones porque la mano de obra calificada de los mexicanos hace más rentable la producción de vehículos en nuestro país que en los Estados Unidos. Trump ganó muchos votos en Detroit ofreciendo rescatar la industria automotriz en lo que fue la cuna de Ford Motor Company y General Motors.
El sector automotriz aporta un superávit comercial superior a los 52 mil millones de dólares al año y es responsable de unos 900 mil empleos directos. La producción de aguacate genera 300 mil empleos tan solo en Michoacán. México es el principal productor de aguacate a nivel mundial, con una producción de un millón 997 mil 629 toneladas en 2017 de las que los Estados Unidos importan más de 800 mil toneladas. Esos son solo dos botones de muestra de lo que representa nuestro comercio exterior con los Estados Unidos. Y por supuesto que preocupa a los cientos de miles de familias que no escucharon mayor cosa a este respecto.
Pero no todo es el TLC. Esta el acuerdo transpacífico –del que se retiró Estados Unidos – pero que representa una área de oportunidad para México. ¿Cuáles son nuestras fortalezas y debilidades para diversificar nuestros mercados? ¿Hay un futuro más allá del TLC para México? Son preguntas que no tienen respuestas y que tampoco se encuentran en las plataformas electorales de las distintas coaliciones que hoy compiten por la presidencia.
Y como siempre está la agenda olvidada de la Frontera Sur y nuestra relación comercial con Centroamérica. Más allá del frustrado Plan Puebla Panamá, se ignora lo que representa en Chiapas el intercambio comercial. Fuera de la migración no se piensa en nuestras áreas de oportunidad como región.
Igual sucede con los migrantes, otro de los temas del debate. Ellos se enfrentan ante una difícil situación donde dependiendo de lo que suceda tienen que tomar determinaciones en base a las expectativas de futuro. Hay padres indocumentados que tiene hijos nacidos en los EU y por ende con la nacionalidad norteamericana. Amlo propuso en convertir a los consulados en procuradurías para la defensa de los migrantes. Lo cierto es que los más de 50 consulados en ese país, defienden, asesoran, orientan y apoyan a nuestros migrantes. Pero la situación es más compleja. México por ejemplo celebra convenios con Canadá para trabajadores temporales. También tiene convenios para los trabajadores agrícolas guatemaltecos que trabajan en la pisca del café y cuya cifra supera –según estadísticas- más de 200 mil jornaleros al año.
Los mexicanos se ven obligados a migrar a Estados Unidos porque ganan 8 veces más. La producción agrícola en California depende mayoritariamente de la mano de obra migrante. Con muro o sin muro, es claro y contundente el hecho de que los norteamericanos quieren frenar el flujo migratorio ilegal. Y me atrevo a decir que están en su derecho. Hasta hoy México no ha logrado poner sobre la mesa un acuerdo para un flujo legal y ordenado que permita el trabajo y el retorno de esos trabajadores. Es más, no hay una mesa de trabajo, como sucede con el TLC, donde se busquen acuerdos en esta materia.
Sobre el combate al crimen trasnacional y la seguridad fronteriza se escuchó a Meade proponer el uso de tecnologías para detener el tráfico de armas de México a Estados Unidos. De ahí no pasaron. El «crimen transnacional» tiene muchas aristas que implican acuerdos binacionales y tratados internacionales a los que México esta suscrito.
Ciertamente el formato aunque innovador no permitió a los candidatos concentrarse y ser más específicos sobre estos temas. Los moderadores mutaron en incisivos entrevistadores. Desafortunadamente el ejercicio se centró en los clásicos dimes y diretes así como las descalificaciones. Eso solo abona mas al clima de confrontación que hoy polariza a la sociedad mexicana. Rebaja el nivel de la contienda. Una cosa son las arengas efusivas en los mítines para incentivar al voto y otra un espacio como éste, donde terminó privilegiándose el espectáculo efectista. Convertimos la arena política en una escaramuza de dislates y adjetivos peyorativos.
¿El debate modificará la tendencias en las preferencias? Lo dudo. A lo mucho se reafirmó el voto ya definido. Y se me hace que a los indecisos, los dejaron vestidos y alborotados…

 

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