Al Son del texto / Tina Rodriguez

No fueron pocos los que advirtieron sobre el mal manejo de los víveres por parte de supuestos centros de acopio, que desde luego deben ser verificados porque se abrieron por cientos en todo el país.
La verdad no sería la primera vez que las aportaciones de la gente aparece en almacenes porque no se distribuyeron, tal y como sucede con miles y miles de despensas institucionales que reparten gobernadores en sus estados, en dónde el gorgojo, como dice López Obrador- tiene amplia cancha a falta de que, no hay, una buena organización para la distribución de alimentos, y ya ni se diga la ayuda humanitaria, porque pasa exactamente lo mismo: no llegan.
Toneladas de medicamentos, alimentos, ropa y frazadas se echan a perder porque no hay capacidad de distribución y por otro lado, no llegan porque nadie verifica a conciencia todos esos centros de acopio que le digo, aparecen por todo el país cada que hay desgracias por efectos de fenómenos naturales.
Los elementos del ejército dan rescate y atención médica, transportan a la gente a lugares seguros, pero no están para llevar la comida, que son competencia de los estados, de la Cruz Roja en su caso.
La realidad es que se acusa en el caso de Alejandro Murat o Manuel Velasco, que no llega alimentación suficiente a los lugares con afectaciones, y la verdad no es fácil organizar algo así a falta de estructura, pues el llamado DN-III-E no es un programa regular y aparte del Fondo para Desastres Nacionales, es solo dinero, no hay una estructura operativa, especializada en inundaciones, terremotos, ciclones o huracanes, erupciones volcánicas o epidemias.
No existe en México, nación de constante golpeteo por la naturaleza, una institución abocada a los asuntos de los desastres naturales.
Se confía en la Sedena, la Marina, Cruz Roja, Estados, Gobierno Federal y particulares.
Todo eso, al mismo tiempo, es difícil de coordinar hasta que se logra, pero al momento, algo falla que no llegan la ayuda con la precisión necesaria.
Y mientras nuestra comuna se distrae con memes, cosas chuscas de los políticos y otras situaciones en las redes sociales, el verdadero problema no merece la presión pública, la exigencia de esa sociedad civil tan comprometida con los necesitados según esto, mientras toma como divertimento los comentarios de la primera dama de Chiapas o la respuesta de una diputada Oaxaqueña a Carlos Loret de Mola.
Porque Oaxaca es otra historia parecida a Chiapas, en la zona del Itsmo, en dónde reclaman que no llegan los víveres, las frazadas, las casas de campaña prometidas y la gente sigue durmiendo a la interperie.

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