Al Son del texto / Tina Rodriguez

En dónde se hubo de hacer valer la paridad?

Porque es claro que las versiones de que hay poder tras el trono no se dan de no tener algo de verdad.
Hay que recordar que las mujeres ganadoras ni siquiera aparecieron en las boletas electorales, y que no es con ellas con las que se establecieron los compromisos, y puede que muchas de ellas ni siquiera se dedicarán a la política y ahora, ahí están.
¿Es sano eso?
Desde luego que fue una manipulación en la que ya no dio tiempo de nada, contrario a Tabasco en dónde también pasó lo mismo que en Chiapas, pero con tiempo para rectificar, pues también les negaron que quedaran esposas, amantes y hermanas.
Pero acá no sucedió así y se permitió que familiares «adoptaran» la candidatura, y se registre lo que hoy es una barbaridad de manipuleo.
Qué manera de sortear a la mujer, y además, que desde los partidos mismos no se escuchen las voces de éstas observando éste «detallito» de manipuleo, que no va a generar nada bueno pues, hablamos, de un poder tras el trono, de que las que dan la cara no serán las que tomarán las decisiones.
¿Estuvo bueno eso?
Es decir no lo veo como un avance político de la mujer; las están manipulando sus esposos, colocando ellos, lo que será el gabinete municipal, esa es la verdad.
Esa no es paridad.

Al Son que me toquen…..

La fama nos encumbra o nos aplasta.
En su momento crece como la espuma pero si es mala, ahí se queda como mancha en el desprestigio personal.
En mi entidad, Veracruz, la cosa es así: hay un gobernador que fue electo mediante un padrinazgo total como el negro de Nopaltepec, es decir Fidel Aguirre, y la ganó aun las denuncias de todo en esa elección de 2010.
Los escándalos de Javier Duarte han sido de cobertura nacional, y no le importa: no escucha a nadie.
Caprichoso, rencoroso, voluntarioso, autoritario, mala paga, mal gobernante y ausente de las formas de gobierno.
Se le quejan todos: desde los constructores hasta los de la tercera edad. No paga; qué le está haciendo al dinero éste descarado.
Así es la impunidad con que actúan los gobernadores ahora con el erario público.
Mientras las calles son de sangre y hambre y él sostiene que no, aun las evidencias.

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