Al Son del texto / Tina Rodriguez

Un nuevo feminicidio se registró en Chiapas, entidad que ya tiene la alerta de género desde 2016, y aun con eso no se han desarrollado protocolos de seguridad en todos los sentidos que impidan las agresiones a las mujeres y a las niñas, en todos los ambientes sociales.
La joven, identificada como Laura Cruz Santiago de 22 años de edad, salió la noche del sábado de su casa y luego de su desaparición apareció acuchillada y semienterrada en la localidad de Villaflores.
Deja huérfanos a dos menos.
Es el tercer asesinato ocurrido en Chiapas en el año, el primero del mes de febrero, y esperemos que reciba el mismo trato que los dos casos anteriores, que como se recordará uno ocurrió en Tapachula y otro caso lamentable más en Tuxtla.
Por todo el país grupos de mujeres solicitan de todas las formas de manifestación posibles, protocolos de seguridad, bajo no pocos lemas entre los más populares están «Ni una más», «Vivir con miedo no es vivir».
Así, mujeres de la nación caminan exigiendo justicia, y que se activen los protocolos de seguridad sobre todo para que aquellas que son violentadas para que estén protegidas de un feminicidio.
Porque en su mayoría se dan por abuso de sus parejas.
Feministas organizadas tienen años pidiendo esa necesidad, y al parecer como en el caso de periodistas, las autoridades no tienen capacidad para ofrecer dichos protocolos.
En el caso de Chiapas los datos no coinciden entre los que proporcionan los grupos feministas y los que tienen las autoridades y esa misma situación se registra en Puebla, Veracruz o Estado de México, ahora Guerrero, entre las entidades más peligrosas para las mujeres.
Una de las peticiones a las autoridades es que investiguen con todos los protocolos los asesinatos de féminas que se han registrado, toda vez que no todos los casos merecen el mismo trato, salvo se vuelvan virales en las redes sociales.
¿Por qué?
No hay respuesta para eso, sencillamente porque no se llevan a cabo los protocolos cuando se trata de feminicidio y se concentran en «trato psicológico a los familiares» entre otras cosas despues del hecho, o de seguridad a mujeres víctimas de violencia, porque sucede que tenemos casos de mujeres a quienes no se les levanta la denuncia porque no tienen los golpes marcados que lo amerite, y en extremo hay los que se sienten hasta psicólogos y tratan de reconciliar a la pareja aun el riesgo.
Y ha sucedido.
Con gritos, consignas y recitando los nombres de las asesinadas las mujeres seguirán abriéndose paso, pese a la indiferencia institucional evidente.

Descanse en paz Laura Cruz Santiago, una mujer asesinada en espera de justicia.

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