Algo es algo / Rodrigo Ramn Aquino

Emilio Salazar Farías llegó a tener pláticas hasta con las dirigencias del PES y Morena en la construcción de alternativas para competir por un escaño del Senado de la República. El dos veces diputado local y diputado federal lo decía abiertamente en entrevistas: quería continuar su carrera legislativa en la Cámara Alta. No lo consiguió por varias razones.
En política para nada es mal visto tener un plan b, c o d. Hay que pensar en los escenarios posibles y desde luego evitar poner todos los huevos en una sola canasta. Y en el caso particular de Emilio, defraudado en más de una ocasión, pues simple y llanamente no se podía dar ese lujo. Aunque no pudo hacer más.
No fue por un mal desempeño en la Cámara de Diputados, ahí fue de los más productivos de su bancada, muy por arriba del promedio, le entró a los temas que domina y confió en que sus méritos le daría el peso necesario al interior de su partido para ser nominado al Senado. Dejó en claro que no iba a permitir que se la hicieran de nuevo. Al final se disciplinó.
No le quedó de otra, en Morena no iba a poder competir contra quienes ofrecieron sendas estructuras electorales en todo el estado y en su partido, los espacios estuvieron comprometidos siempre. Volverá a ser diputado local por el Verde. No es lo que esperaba, pero al menos no le dieron el espacio a quien siempre se atravesó en su camino político durante el actual sexenio

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