Trastornos de hemorragia e hipertensión son los principales factores de muerte materna, por lo que Secretaría de Salud exhorta a las mujeres embarazadas a cuidarse durante y después de la concepción
Redacción
[dropcap]D[/dropcap]ebido a que los trastornos de hemorragia e hipertensión son los principales factores de muerte materna, la Secretaría de Salud exhorta a las mujeres embarazadas a cuidarse durante y después de la concepción, así como a identificar las señales de alarma para prevenir complicaciones.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, la mayoría de las complicaciones que aparecen durante la gestación, parto o puerperio son prevenibles o tratables, y otras pueden estar presentes desde antes del embarazo, pero se agravan con la gestación, especialmente si no se tratan como parte de la asistencia sanitaria a la mujer.
La hemorragia obstétrica, los trastornos hipertensivos y las infecciones son responsables de más de la mitad de las muertes maternas en todo el mundo, por lo que llevar un embarazo adecuado es de suma importancia para las mujeres y los recién nacidos porque reduce de manera considerable enfermedades, infecciones e incluso la muerte.
La hemorragia obstétrica es el sangrado que ocurre durante el embarazo, el parto o el puerperio; éste puede aparecer por los genitales externos o más peligrosamente en el abdomen.
Dentro de los trastornos hipertensivos se encuentra la hipertensión crónica, presente desde la primera visita o antes de la semana 20 de gestación; la hipertensión gestacional, que comienza desde la semana 20 de gestación, sin proteinuria clínicamente relevante; y la preeclampsia, que es la hipertensión que comienza después de la semana 20 de gestación acompañada de proteinuria clínicamente relevante.
Las infecciones causadas por bacterias, hogos o virus en pacientes obstétricas, la mayoría de las ocasiones se desarrollan de manera secundaria a infecciones del aparato genital.
Es importante identificar cualquiera de las señales de alarma durante el embarazo, como son: sangrado vaginal, ataques o convulsiones, si el bebé dejó de moverse, fiebre o escalofríos, contracciones antes de tiempo, dolor de cabeza, ver lucecitas o escuchar zumbidos, hinchazón en la cara y los pies, y mareos o desmayos.
En caso de presentar alguno de estos signos se debe acudir de inmediato a la unidad de salud más cercana.
