Buscan romper las barreras del tatuaje, el arte pigmentado sobre la piel

Durante el fin de semana más de 20 artistas se dieron cita para ofrecer su talento, conocimientos y servicios en el Primer Festival para los amantes del tatuaje en Chiapas

Elizabeth Marina / Portavoz

[dropcap]E[/dropcap]l arte que se deja sentir en las calles y en todos los rincones que recorren aquellos que decidieron impregnarse tinta en la piel, ha sido objeto de prejuicios y discriminación a lo largo de la historia.
Plasmar pasión y vida sobre el cuerpo es una forma de expresión que no diferencia géneros ni edades, clases sociales o estilos de vida pero los tabúes que persisten en la sociedad han creado una barrera de exclusión para quienes viven con ella o de ella.
El rechazo se evidencia principalmente en el ámbito laboral; difícilmente empresas comerciales o instituciones gubernamentales contratan a una persona con tatuajes o piercings al argumentar que su imagen no va de acuerdo con la cultura organizacional de la dependencia.
Pese a ello, existen decenas de personas que se dedican a este oficio y miles que ponen en sus manos la responsabilidad de grabar sobre su piel. De acuerdo con tatuadores chiapanecos, esta tendencia va en aumento y cada vez son más los jóvenes y mujeres que sienten satisfacción o curiosidad por la tinta.
Con la finalidad de eliminar las barreras de la discriminación, informar y orientar a la sociedad, este 12 y 13 de mayo 25 expertos tatuadores locales se dieron cita para celebrar el Primer Festival del Tatuaje en Chiapas.
El auditorio «Manuel Velasco Suárez» de la Universidad Autónoma de Chiapas (Unach) se vistió de fiesta, diseño y color con los más de 50 stands en los que artistas chiapanecos ofrecieron sus diseños, conocimientos y servicios a cerca de 3 mil personas.
El director de Formación y Orientación Juvenil de la Secretaría de la Juventud, Recreación y Deporte Gustavo (SJRyD), Gustavo López Montesinos, indicó que debido a las estadísticas que indican que en México siete de cada 10 jóvenes se han sentido discriminados por tener un tatuaje, con este primer acercamiento al mundo del tatuaje se espera eliminar la barrera de la exclusión en la entidad.
Alrededor de mil 500 personas asistieron por día a este evento en donde también se dieron conferencias sobre salud reproductiva; certificación y medidas de higiene del tatuaje; prevención del VIH en los jóvenes; mitos y realidades en la salud; estigma y derechos humanos; así como orientación con respecto a los métodos seguros para retirar tatuajes.
«El objetivo es orientar a los jóvenes que estén interesados en hacerse un tatuaje y también hacer que el resto de la población conozca y entienda el arte, hacer conciencia que tanto las personas que tienen tatuajes como aquellos que viven de realizarlos no representan un peligro y merecen las mismas oportunidades que el resto de los ciudadanos».

El negocio

«Esta es mi profesión, trabajo con personas no con monstruos o parásitos de la sociedad, ellos me prestan su piel y yo les ofrezco talento», asegura José Antonio Chacón, mejor conocido como Tonky quien lleva alrededor de siete años realizando tatuajes.
El experto señala que el negocio crece cada día y que el tabú parece desaparecer sobre todo en las mujeres, pues son las más atrevidas en cuanto al tamaño, la forma y el lugar en donde se tatúan.
Los precios son accesibles, van desde los 400 hasta los mil 500 pesos en una sesión, dependiendo del tamaño y el diseño, existen tatuajes para los que se requieren más de tres sesiones que llegan a alcanzar hasta los 5 mil pesos.
«Es barato para algo que te durará toda la vida, las mujeres parecen entenderlo les gusta lucirlo, hacerlos visibles a diferencia de los hombres que se tatúan en sitios en donde la ropa los pueda ocultar.»
Tonky atiende a un mínimo de tres personas al día y ha encontrado en el amor al diseño un sustento económico que le permite expresarse libremente y tener un negocio propio en el que no siente las miradas o críticas de los demás.
«He tatuado a funcionarios, chavos que trabajan en dependencias de gobierno pero en su mayoría se tatúa en la espalda o pierna, ellos mismos me cuentan que tienen miedo a ser despedidos o no contratados por el tatuaje.»
Asegura que las motivaciones para hacerse un tatuaje son variadas, van desde lo religioso, amoroso hasta la pérdida de algún ser querido; para él el motivo no importa, debe respetar la decisión de cada cliente.
El dolor es parte de la experiencia. Aunque algunos tienen un mejor manejo, nunca es sencillo soportar de 50 a 3 mil perforaciones para que la tinta se adhiera a la piel.
Considerando que los tatuajes son heridas, los tatuadores profesionales toman las medidas de higiene y esterilización adecuadas y aunque no usan anestesia, sí permiten un descanso para después continuar, principalmente cuando trabajan la zona de las costillas y coyunturas.
Para evitar infecciones por hongos o bacterias producidas por falta de cuidados, recomendó hacer una visita previa al estudio para conocer las medidas de higiene y ver qué otros trabajos se han realizado en el lugar.

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