Cañn del Sumidero dej ver su majestuosidad

Contrario a lo acostumbrado, esta maravilla luce un rostro agradable estos días, pues prácticamente está libre de basura; cientos de visitantes realizaron el recorrido este fin de semana

Óscar Aquino / Portavoz

[dropcap]E[/dropcap]l Cañón del Sumidero, uno de los principales destinos turísticos que tiene el estado de Chiapas, en las fechas actuales muestra un rostro agradable a todos sus visitantes, sobre todo porque está limpio, sin el problema de contaminación por basura que lo ha aquejado en tiempos recientes.
El sábado, el embarcadero de Chiapa de Corzo tuvo intensa actividad turística durante casi todo el día, principalmente en los recorridos que se hacen en lancha por las aguas del río Grijalva.
Dos visitantes provenientes del estado de Guanajuato, quienes días antes visitaron los Lagos de Montebello, las Cascadas de Agua Azul, Bonampak, Yaxchilán y Palenque, se aventuraron a conocer toda la belleza, historia y riqueza natural con que cuenta el Cañón. Isabel y Liliana, originarias de la ciudad de Irapuato, nunca habían estado en Chiapas.
Desde que abordaron la lancha, el operador, quien dijo llamarse «Edy», dio las instrucciones de seguridad pertinentes. Poco después de haber iniciado el recorrido, el conductor anunció la llegada al Área Natural Protegida que es supervisada por la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas, al interior del Parque Nacional «Cañón del Sumidero».
Al pasar el punto de acceso a esa zona, los tripulantes pudieron apreciar el primer atractivo del recorrido: un cocodrilo de aproximadamente dos metros de largo, parado en una de las orillas, causó la sorpresa y el deseo generalizado de tomar fotografías. Ahí, Edy explicó que en la reserva del cañón existen cerca de 200 ejemplares de diferentes especies de estos reptiles.
Según el guía, tanto cocodrilos como zopilotes son las especies que se encargan de limpiar las aguas del río. Esto lo dijo al pasar y detenerse enfrente de las rocas en donde se postran decenas de esas aves rapaces. Él lo llama «El Santuario de los zopilotes» y antes de seguir el camino, explicó que esas emplumadas pueden levantar el vuelo hasta mil metros de altura.
Hasta ese punto del recorrido, sólo se pudo encontrar un poco de basura en la zona del cocodrilo y, posteriormente, en la «Cueva de los colores», sitio en el que se pudieron apreciar algunas botellas de pet, así como desechos naturales conocidos como ripio.
En dicha cueva hay un pequeño altar dedicado a la Virgen de Guadalupe, en donde cada año, los lancheros de las diversas cooperativas que operan en el río, realizan una peregrinación cada 12 de diciembre. Ahí, también se puede apreciar una placa en honor de Miguel Álvarez del Toro, destacado biólogo, figura principal en el trabajo de conservación natural de las especies endémicas de Chiapas.
En la cueva también se pueden ver coloraciones rosas y verdes en las rocas y en las estalactitas. Por último, ese sitio cuenta con una formación rocosa en forma de un Jesucristo crucificado, cargado por un pequeño ángel.
Otro punto atractivo es la formación de roca llamada «Caballito de mar», ubicada en la entrada de una cueva en lo alto de una de las paredes.
La parte que impresionó a todos los visitantes fue el punto en el que las paredes del cañón alcanzan los mil metros de altura, donde —según la historia—, los indios Chiapas se lanzaron para evitar que los españoles los convirtieran en esclavos, en épocas de la colonia.
Al continuar el recorrido se puede apreciar el «Árbol de Navidad», hecho de formaciones rocosas y, en tiempos de lluvia, vestido por una cascada, cuya fuerza actualmente es muy poca. Antes de llegar a la parte final de la travesía, el conductor señaló la parte del Cañón del Sumidero que aparece en el escudo del estado de Chiapas.
La vuelta al cañón en lancha termina en el embarcadero de la presa hidroeléctrica «Manuel Moreno Torres», conocida como presa «Chicoasén». Ahí está otra de las atracciones: el «Oxxumacinta». Se trata de una lancha en la que una familia ofrece productos como refrescos, micheladas, frituras de maíz y algunos dulces típicos chiapanecos a todos los visitantes.
Dicha lancha, que se ubica en la parte donde el río alcanza 200 metros de profundidad, está de nueve de la mañana a cinco de la tarde, en medio del río, frente a las compuertas de la presa hidroeléctrica construida en el año 1980, bajo la tutela del ingeniero Manuel Moreno Torres, de quien se ve su estatua, junto a la de tres de los obreros que construyeron la presa.
En ese punto termina el recorrido de 42 kilómetros por el Cañón del Sumidero. El regreso se hace sin paradas, directamente hasta parar en el embarcadero y concluir las casi tres horas de trayecto, al final del cual, los visitantes dijeron sentirse asombrados por la magnitud de esta belleza natural.

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