Caos en la frontera hacia la sociedad del conocimiento / Raúl Rios Trujillo

Una de las grandes paradojas de la modernidad es que a pesar de que existan las herramientas de interacción con las que se puede lograr una verdadera y efectiva comunicación, hoy mismo pareciera que entre más comunicados estamos, como sociedad actuamos de forma más desordenada y caótica.
Estamos viviendo un momento de desorden por la intensa actividad en los temas de comunicación y agenda pública que desde las redes sociales se generan originando desinformación, el ejemplo claro es la respuesta de este llamado quinto poder a los hechos y fenómenos informativos que se generan todos los días, miles de memes circulan con temas de actualidad, decenas de bytes a través de cadenas en mensajería instantánea del Whatsapp, algunos de esos contenidos no son reales o son verdaderas odas a la manipulación, hoy más que nunca los únicos que ganan son los que hacen ruído.
Este mismo ejemplo en el ecosistema social que a partir del internet pareciera permear, pudiera aleccionarnos un poco y darnos luces acerca de lo que estamos viviendo hoy mismo en los microcosmos regionales.
Tal parece que el exceso de información y la fácil libertad para expresar ideas a través de las redes sociales está creando burbujas de caos que si al principio pudiera verse como simple catarsis, ahora mismo significa estancamiento y retroceso en los ciclos normales de comunicación social.
Es decir, estamos como civilización dando pasos hacía atrás en los procesos de comunicación verdaderamente efectivos, cuando los contenidos son producidos e incluso creados sin fuentes de información legítimos y confiables, cuando estos contenidos responden de manera compulsa a una agenda sin orden e impuesta por el caos del ruido sucederá lo contrario al orden.
Miles de versiones no podrán confluir en una sola, cientos de verdades ramificarán en caos, sin la dirección de verdaderos medios de comunicación y/o aparatos sociales que funcionen como filtro no podremos como sociedad de la información arribar al siguiente estadío.
Las útiles herramientas básicas para poner a prueba la democracia, tales como el periodismo y la propia crítica social son ahora temas rebasados, justo cuando la sociedad del internet se siente capaz de asumir el propio control de su consumo de información los tradicionales medios de comunicación fallan en lo que debiera ser su trabajo principal, filtrar y diseñar mensajes de calidad que generen cohesión social.
En la actualidad las generaciones que han activado el fenómeno comunicacional en las redes sociales y en los medios de información actual no son las generaciones nativas del internet, los migrantes digitales, la generación de coyuntura es la que ha asumido el reino de nuevos medios, en tanto los millenials y los jóvenes nativos se distraen en los beneficios de la tecnología y la generación de conocimiento, los más viejos asumen con demasiada actividad empática los cambios sociales.
Tendría que pasar algún tiempo todavía, quizá cuando los nativos digitales asuman el papel de agentes de cambio social, cuando las generaciones de coyuntura hayan saciado su catarsis, quizá cuando como sociedad nos demos cuenta del valor de lo que tenemos en las manos empecemos a avanzar rumbo a la sociedad del conocimiento, en tanto eso no suceda seguiremos encendiendo y apagando infiernitos y la roca se caerá de nuestra espalda sin que podamos subir la cuesta arriba, como en el mito de Sísifo.

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