Casquito, inicia el camino de Joan

Con base en observaciones, se concibió esta obra unipersonal contextualizada en Cabeza de Toro. Uno de los propósitos del autor era que su público lograra identificarse con los personajes o con las situaciones expuestas en su montaje

La vida ficticia de un niño en el manglar

Monserrat Contreras/Colaboración

[dropcap]E[/dropcap]n Cabeza de Toro en Tonalá, Chiapas, nació Joan Alexis Robles, quien comenta que desde que era adolescente supo que quería dedicarse al quehacer teatral; años después, dejó el lugar que lo vio nacer para estudiar teatro en la Universidad Veracruzana.
En su estancia en aquel estado, mientras estudiaba la licenciatura, Joan siempre se destacó trabajando en obras de teatro, dentro y fuera de la escuela. Siendo una persona multifacética en la disciplina, Joan dice disfrutar todo lo que éste arte conlleva: actuar, dirigir, escribir e incluso diseñar la iluminación.
Después de 17 años de vivir en Xalapa, decide regresar a sus raíces para hacer algo por su comunidad, generar contenido teatral para así crear un público y finalmente, fundar una compañía de teatro en Cabeza de Toro. En palabras del actor, «en toda la Costa del estado la oferta cultural es nula, por lo que los jóvenes no encuentran cosas qué hacer y lo más común es que se vuelven borrachos». «Quiero que sepan que hacer teatro es una opción», confesó. Por esta inquietud nació La Pochota Teatro.
«Las obras que quiero hacer tienen que tener un impacto social, no sólo porque son bonitas», aclara Joan respecto al trabajo que ha comenzado. A pesar que él llegó de Veracruz con la idea de presentar sus obras ya escritas, se da cuenta que las tramas estaban muy lejanas de la realidad de los habitantes de su comunidad y así no servirían de nada.
Con base en observaciones, nace Casquito, una obra unipersonal contextualizada en Cabeza de Toro. Uno de los propósitos de Joan era que su público lograra identificarse con los personajes o con las situaciones expuestas en su obra, porque para él este suceso es de los más importante en cuanto relación público/actor.
«Si el público se identifica, se conmueven, algo sucede, como una catarsis», comenta. Eso y su interés por los niños le dan vida a su historia. «Allá, todos los niños son «Casquito»», dice.
Casquito participó en la Muestra Estatal con el propósito de dar a conocer el teatro que se estaba haciendo en la Costa; como resultado, fue el elegido para representar a Chiapas en la Muestra Regional de Teatro celebrada en Campeche, en fechas pasadas, donde también fue designado para representar a la región en la Muestra Nacional a realizarse en Guanajuato.
Para Joan resulta difícil sacar a la obra de su zona de confort, ya que el lenguaje que se utiliza es muy local, de Tonalá y sus alrededores, pero la aceptación ha sido muy buena no sólo en Cabeza de Toro, sino también en otras ciudades de Chiapas y en Campeche.
A pesar que a Joan le gusta todo de Casquito, le gustaría incluir a alguien que interprete el personaje de «M»; para él, es un papel que le cuesta hacer ya que le conmueve mucho el desarrollo de su personaje. «Veo a «M» desde mí, «Casquito» no logra ver a «M» como quiere verla», explica.

El teatro en Chiapas desde los ojos de Joan

Joan cree que el teatro en Chiapas está muy atrás con respecto a lo que se hace en otros estados. «Faltan grupos, falta frecuencia en los montajes y también la elección de los textos y sobre todo, la formación», consideró.
Joan, quien también fue acreedor a dos premios FONCA, dice que no es necesario asistir a una escuela para tener una formación teatral y cree que los grupos deberían ser autodidactas y de verdad enfocarse en las lecturas obligatorias para cualquier teatrista.
Comenta que las ganas están pero hace falta involucrase más y saber para qué se están haciendo teatro, porque si lo que quieren hacer los grupos es presentarse en la universidad, tienen que estar conscientes que no van a salir de sus festivales de la escuela.
Considera que al gremio en el estado le falta ser más incisivo, más curioso a la hora del montaje y de la selección de textos; de la misma forma, ser consciente de la mirada, de la voz y de la energía que éstas tienen, y sobre todo debe haber entrenamiento.
«El entrenamiento debe ser diario, si no tienen un entrenamiento diario y un conocimiento de saber para qué están entrenando, nunca van a poder subir escalones, y puedes hacer teatro toda tu vida, pero vas a hacer mal teatro», concluyó.

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