Cdigo Nucú / Cesar Trujillo

Chiapas y la historia que viene

Chiapas está por culminar uno de los peores sexenios de su historia. Con un gobierno endeble y frívolo, las facturas apenas se empiezan a pagar. El daño está hecho y las instituciones rebasadas: minadas por políticas de escritorio que cobija la impericia real de los problemas que nos aquejan y que nos han sumido en un impasse que parece no tener salida. ¿El error? Colocar en sus filas a personas inoperantes que abanderan promesas al vapor donde se exhibe la torpeza e ingenuidad de la magnitud de los obstáculos que nos lapidan.
Así, inmersos en una crisis terrible, en Chiapas nos encontramos en la antesala de las elecciones y tendremos, en breve, un nuevo gobierno. Varias son las manos levantadas y varios los intereses inmersos. Tras el pésimo desempeño de un gobierno fallido, como el que encabezan Manuel Velasco Coello y el Partido Verde Ecologista de México (PVEM), los retos son muchos. La solución no se asoma. Por el contrario, desde el aparato gubernamental se sigue buscando torcer los hilos para salvaguardar el pellejo de aquellos que se sirvieron con la cuchara grande.
Hoy, el desencanto ciudadano es ingente. Se respira la desconfianza que han sembrado los propios institutos políticos y que han mostrado, hoy por hoy, que todos los colores partidistas están cortados y tejidos en la misma máquina, cocidos bajo el mismo fuego y bañados por el mismo sistema. Sí, el mismo que cimentó las bases de una política que en México data desde el PNR y que reforzó con ahínco, después, el propio PRI. Los patrones, si bien han evolucionado en sus formas, sostienen el mismo fondo.
¿Qué se requiere entonces?, me he preguntado en repetidas ocasiones. Pienso, utópicamente quizá, que a estas alturas requerimos pues de un gobierno incluyente, de uno que tome en cuenta a la ciudadanía para su plan de trabajo, que conozca lo que quiere en realidad, y que parta de lo que sí se puede hacer, de lo que sí es posible, alejándose de toda la demagogia inservible que pulula por doquier.
El daño que han logrado causar con tan sólo el discurso es irreversible e, incluso risible. No olvidamos cuando nos dijeron que era posible lograr «una calle diaria pavimentada», «agua para todos, todos los días», «tarifas preferencias de luz», entre otras diatribas, y podemos seguir enumerando cada propuesta, cada frase, cada elemento que fue perversamente insertado en unas líneas para enganchar a los ciudadanos. Y pegó en cada caso. Y tampoco se vieron dichos proyectos más que en la retórica rancia que está peleada con los hechos desde hace mucho.
Por eso ahora la historia que se empiece a escribir Chiapas y su gente es importante. Quien llegue tendrá una tarea titánica y una papa muy caliente entre manos. Encontrará municipios que son ya un polvorín y que, esperemos, no revienten en pleno proceso electoral (San Juan Chamula, San pedro Chenalhó, Oxchuc, por mencionar algunos); adeudos millonarios, la nula aplicación el estado de derecho y la paz social fracturadas, y el descrédito de la propia ciudadanía que ha visto el descaro con el que se manejaron las cosas en este sexenio.
Ojalá que las cosas mejoren para la entidad. No me gustaría imaginar en qué condiciones quedaría el estado si llega otro personaje frívolo que se meta a una burbuja y que no se ocupe por nada. Salir del top ten de los estados con más pobreza y con menor índice de desarrollo es una necesidad apremiante. No falta mucho ya para que sepamos cuando millones más le sumaron a la deuda, cuantos elefantes blancos nos dejaron en toda la geografía y qué barbarismos se cometieron bajo el cobijo de los otros dos poderes (Judicial y Legislativo). ¡Es cuanto!

Manjar

Partiendo de una nula capacidad al frente de la Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDH), el ombudsman Juan José Zepeda Bermúdez piensa que estar en ese espacio es mostrar un comportamiento servil al Poder Ejecutivo. Quizá por ello planea desprestigiar la lucha que trae Diego Cadenas en la defensa de los desplazados del Ejido Puebla desde hace ya dos años. Con el mismo comportamiento de Juan Óscar Trinidad Palacios, Zepeda pondera su rechazo a los ciudadanos y muestra por qué llegó a ese puesto pese a su inoperancia: dar respaldo al poder y vejar los derechos humanos, son su propósito y se nota. #CámaraNoMeAgüito // La recomendación de hoy es el libro Gringo viejo de Carlos Fuentes y el disco Presence de Led Zeppelin. // Recuerde: no compre mascotas, mejor adopte. // Si no tiene nada mejor qué hacer, póngase a leer.

* Miembro de la Asociación de Columnistas Chiapanecos.

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