Cdigo Nucú / Cesar Trujillo

La inminente caída de Deschamps

El escritor Robert Harris afirma que la gran lección del mundo antiguo es que nada dura para siempre y que la historia de Roma demuestra que ningún imperio es eterno. Llevando esto a un plano menor, alguien debería enseñar a los políticos mexicanos esta sentencia que, incluso, viene inmersa entre las líneas de El príncipe de Nicolás Maquiavelo y que desconocen hasta que los intereses particulares, o los mediáticos, los alcanzan disfrazados de justicia y su pequeño mundo de despilfarros terminan desmoronándose.
El líder del Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana (STPRM), Carlos Romero Deschamps, debió entender que la historia no miente, que es cíclica y que no perdona los errores cuando éstos se fincan en los excesos. Y, sobre todo, que los emporios construidos desde la corrupción y la impunidad, tarde que temprano, terminan desplomándose entre un ruido que deja un eco, por un cierto tiempo, hasta que de nuevo todo se repite.
Algunos disidentes de la industria petrolera han elevado la voz al ver la coyuntura que ha abierto el gobierno federal al declarar la guerra al huachicol y a esos ladrones de cuello blanco (que no caen aún, pero que esperemos caigan). En esas voces de inconformidad el apellido Deschamps ha saltado y es sindicado de ser parte de la corrupción del país e, incluso, afirman que ha tenido participación en el robo de combustible: lo cual es por demás delicado.
Y pareciera que el miedo no conoce límites, porque de inmediato el líder petrolero se buscó amparar para sabrá Dios qué tanto le puede pasar, o que tan chueco se ha dirigido (otra explicación no existe pues). Es más, este fin de semana un juez federal le negó el amparo 11/2019 al líder contra cualquier orden de detención y/o aprehensión, por no presentar las aclaraciones solicitadas por la autoridad judicial.
Lo cierto es que desde que el gobierno de Andrés Manuel López Obrador hizo mención de que varios funcionarios de Petróleos Mexicanos (Pemex) están relacionados con el robo de combustibles, y se empezó la guerra contra el huachicol, a Deschamps lo persiguen la incertidumbre, el temor y la duda de lo que podrá pasarle tras años de tener secuestrado al sindicato y servirse con la cuchara grande hasta ser mal visto por la sociedad en el país.
Imagino que a su cabeza llegan las imágenes de cuando fue chofer y asistente del otrora líder sindical Joaquín Hernández Galicia, alias La Quina; incluso, debe recordar cómo el 10 de enero de 1989, por órdenes del entonces presidente Carlos Salinas de Gortari, miembros del Ejército irrumpieron en la residencia de su exjefe donde los medios impresos tienen registrado que «en la residencia en Ciudad Madero fueron halladas ametralladoras, municiones y un cadáver».
La causa de la detención de La Quina la sabemos todos y tiene que ver con haberse trepado a las barbas del sistema y apoyar a los contrarios liderados por Cárdenas. Desacatar lo que los grupos de poder señalaban en tiempos del priismo, antes de la llegada de Ernesto Zedillo Ponce de León, era un pase directo al infierno o un boleto por algunos lustros en prisión: nombres y casos dan sustento a lo que digo.
El error de Romero Deschamps es no haber previsto que la historia de La Quina era una película que se debía estudiar minuciosamente para no repetir la función, sobre todo porque a él eso le favoreció por sobre manera y terminó subiéndose al poder: acaparando todos los reflectores e hinchándose en dinero a costa de la clase trabajadora.
El mismo Lorenzo Meyer lo señaló sin tapujos al decir que la detención de La Quina se trataba de un «castigo ejemplar» por desacato a Carlos Salinas de Gortari y expuso una frase que deberá servir para la posteridad: «lo que le pasó a La Quina le puede pasar a cualquier otro de los líderes obreros» (ojo aquí).
Hoy, ese «otro» líder petrolero es Romero Deschamps. A ese «otro» al que lo puede alcanzar el brazo de la ley es él. La diferencia es que no tiene problemas de desacato con el nuevo gobierno, pero sí una larga cola de impunidad en la que ha forjado todo lo que es y AMLO lo sabe.
Deschamps cumplió su ciclo y es evidente. Seguramente en el gobierno federal y en común acuerdo con los cabecillas del sindicato un nuevo liderazgo se está ya formando y será quien ponga fin a años de corruptelas. Lo ha dicho AMLO entre líneas, y lo han remarcado varios políticos adheridos al Movimiento Regeneración Nacional (Morena): vienen tiempos nuevos para el sindicalismo y en estos, seguro estoy, que el priista no tiene cabida. Pendientes, pues, de lo que venga.

Manjar
Seis años de frivolidad y apatía fueron la característica del gobierno de Manuel Velasco Coello. El asunto de los maestros interinos, de diversas partes del estado y que se han manifestado en Tuxtla Gutiérrez, es herencia de ese desgobierno y esa forma tan vil de ver a la entidad. Según informaron, desde el 2016 vienen arrastrando los adeudos en sus pagos. El gobierno actual es quien ha firmado los resolutivos llegando al acuerdo de que será en marzo cuando posiblemente empiecen a liquidar todo lo que el exgobernador verdeecologista dejó de pagar. Se habla de más de mil 800 millones de pesos: el monto sólo en este rubro que, seguramente, llegó etiquetado y que los verdes hicieron humo. Vaya que Maveco dejó patas arriba el estado. Vaya que merece el fresco bote, aunque esos es sólo nuestro deseo porque a él le importa un soberano bledo lo que pensemos. #VidaDeMirrey // «Un político hará cualquier cosa por conservar su puesto. Incluso se convertirá en un patriota». William Randolph Hearst. #LaFrase // La recomendación de hoy es el libroZona de obras de Leila Guerriero y el disco Selling England by the Pound de Genesis. // Recuerde: no compre mascotas, mejor adopte. // Si no tiene nada mejor qué hacer, póngase a leer.

* Miembro de la Asociación de Columnistas Chiapanecos.

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