Cdigo Nucú / Cesar Trujillo

Tan sólo credibilidad

El político sin ideales, decía el maestro Jesús Reyes Heroles, es, a la vez, ingenuo y oportunista. La radiografía es perfecta para muchos en México. Sumidos en el limbo del arribismo y la ignorancia, dan rienda suelta a la búsqueda del poder por el poder sin importar nada. Lo mismo les da vestir un color que otro, ocupar un puesto de elección popular, volar sin trabajar o simplemente cortar canonjías que les permiten una vida de excesos por sobre todos los demás.
Parecen empecinarse en torcer el sendero que recorren y en el que tropiezan de forma constante. Se ven torpes y ante la ignorancia que los aplasta, lanzan epítetos o evaden responsabilidades. Apuestan, pues, al silencio. Olvidan que la credibilidad es cimiento de todo liderazgo y de toda sociedad que se diga democrática (o que aspire a serlo), por lo que sin ésta un político no es ni será jamás confiable. Ejemplos, le confieso, abundan.
Ahí están aquellos que niegan algún dato que recorrió las redes, que fue motivo de exposición de culpas y que buscan explicar algo que nadie les pidió y que su estulticia los lleva a tocar. Pasan por alto una regla no escrita en política que afirma que «a explicación no pedida, culpabilidad manifestada». Simple. Y es que, siendo honestos, a los políticos no se les pide mucho: tan sólo credibilidad (concepto donde la transparencia, la confianza y el profesionalismo convergen) y congruencia (que lo que la lengua diga, lo firmen con hechos).
Luis Antonio Espino en su artículo La importancia de la credibilidad, publicado en la revista Letras Libres en febrero de 2015, expone que para cuidar la credibilidad no solo se tiene que ser sino que se tiene que parecer. En efecto. No se trata sólo de ser elocuente en el discurso, sino que cada acto debe ser consistente, firme y regido por principios y valores. Se debe mostrar que aquel que dice se rige y mide con la misma vara que a los demás, que se monta en el mismo toro bajo los mismos reparos: que sirva de ejemplo pues.
No es raro, entonces, ver que los políticos mexicanos mantengan los peores niveles de credibilidad en toda América Latina. Basta ver que México es uno de los cinco países donde los ciudadanos consideran que la clase política ha perdido la credibilidad, para entender que las sentencias de Reyes Heroles fueron una advertencia a esta decadencia que se viene generando desde hace años en el país y que ya la alcanzó.
Lo cierto es que esa crisis de descrédito en los políticos no es para nada nueva. Se ha venido formando como una bola de nieve al grado que ha trastocado al sistema de partidos que hoy se ha visto rebasado, donde diversos factores han contribuido a que la debacle política esté frente a nosotros y donde sus actores se encuentren bajo el escrutinio público.
Y esto, aclaro, va más allá de idealismos o posturas pragmáticas, e incluso de tinturas moralistas (como las que acaricia la Cuarta Transformación). Se encuentra, sí, en una realidad avasallante en la que la credibilidad se hizo un humo denso al que los políticos no les importa evocar y a la que prefieren evadir.
Y aunque no se trata de ver «hombres buenos» (¿Quién puede tirar piedras sin un dejo de culpabilidad?), sí, de ese hartazgo de ver a cínicos hablar de democracia, de igualdad, de miseria, de justicia, cuando su realidad no se asemeja a la de los que no tienen nada.
En fin, esperemos que aquellos que apenas asoman la cabeza al redil político puedan entender que la credibilidad es la voz rectora, que a través de ella se puede llegar a sustentar un liderazgo político en el que se identifique la voz del pueblo. Porque como muchos de los que escriben, también yo creo que aún hay esperanza en todo. Ya lo dijo Mercedes Sosa: ¿Quién dijo que todo está perdido? Yo vengo a ofrecer mi corazón.

Manjar.- Que el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, haya llamado al gobernador de Chiapas, Rutilio Escandón Cadenas, «mi hermano» no fue fortuito. Tampoco fue producto de la improvisación ni de una palabra lanzada al azar en su discurso emitido en tierras chiapanecas. Fue, en cambio, la manera de respaldar todas y cada una de las acciones que el gobernador está llevando a cabo en la entidad más allá de colores partidistas, pese a quienes se esfuerzan en criticar, pero sobre todo de dejar enmarcado que en cada paso dado va su apoyo incondicional y su brazo inquebrantable. Sabemos de la cercanía de AMLO con el góber y en esta nueva visita no pasó por alto el dejar muy claro quién es Rutilio para él y dónde están parados ambos. Ya lo dijo Platón: Que el hermano ayude al hermano. ¿Vendrá, acaso, tras la exigencia de los chiapanecos, la tarifa preferencial? #Espaldarazo // «Los rayos del sol pueden morir y volver a levantarse. Pero nosotros, cuando este breve día muera, hemos de dormir una noche eterna». Gayo Valerio Catulo. #LaFrase // La recomendación de hoy es el libro El gran Gatsby de F. Scott Fitzgerald y el disco The Man Machine de Kraftwerk. // Recuerde: no compre mascotas, mejor adopte. // Si no tiene nada mejor qué hacer, póngase a leer.

* Miembro de la Asociación de Columnistas Chiapanecos.
Contacto directo al 961-167-8136
Twitter: @C_T1
Mail: palabrasdeotro@gmail.com

Compartir:

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *