Con el NAIM encima… ¿consultas ya para que?

Foto: Cri Rodrí­guez, SinEmbargo

Varios lugares como San Agustín Actipan pueden verse minas donde antes había cerros. «Nosotros no queremos el Aeropuerto porque nos afecta. Ellos hacen proyectos sin consultar, lamentan los afectados. Una consulta en este momento ya no tiene sentido, «debió haber sido previa», reclaman, pero ya es tarde, sus campos, sus casas, sufren la decisión de unos pocos

Agencias

[dropcap]D[/dropcap]esde uno de los puntos de San Agustín Actipan, lugar afectado por la construcción del Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM), pueden verse por lo menos tres minas o lugares que antes fueron cerros. Es por lo menos un camino desde el que se observan cerros de tres localidades en la misma situación. Y más adelante hay otros dos y más adelante otros tantos.
«Nosotros no queremos el Aeropuerto porque nos afecta. Ellos hacen proyectos sin consultar. Y una consulta ahorita ya para qué, debió haber sido previa, desde hace más de dos años cuando inició todo. Ahora vivimos con el paso de las góndolas, afectaron nuestro campo, nuestro nopal y del corte de tuna, xoconostle. Pasa una góndola y suelta polvo y lo afecta. Dinamitan la tierra para que afloje el material y todo inicia desde las cuatro de la mañana. El ruido es diario», contó Abundio Gutiérrez Gutiérrez.
Y exigen resultados. Víctor Montoya Lozano, habitante de la localidad, contó que aquí en 2017, ganó Morena aunque Delfina Gómez no ganó la gobernatura y que en 2018, aquí ganó Andrés Manuel López Obrador y Morena en todos los puestos en los que contendió. Consideran que el proceso de consulta es imparcial porque es a nivel nacional y no hay un pleno conocimiento de las afectaciones que ellos tienen junto a sus hogares.
«No estamos en contra del desarrollo. Sólo queremos que se tomen las medidas adecuadas para hacer ese tipo de obras porque sí afectan muchísimo a la población», agregó.
En San Luis Tecuahutitlán, la gente llevaba algunas horas esperando al futuro Secretario de Comunicaciones y Transportes, Javier Jiménez Espriú. Por motivos de logística en una caravana de más de 50 automóviles, la ruta se cambió y se les dijo a los habitantes que ya no podría venir.
La gente sentenció: si ya está a media hora de aquí, que venga. Nosotros lo esperamos.
En la entrada de este pueblo hay un cerro que tiene la mitad un color verde y la otra, arena roja. Una parte es la que aún explotan, la otra se logró proteger.
Y esa es la exigencia: que dejen los cerros. «Hay cerros prácticamente destruidos. Queremos que respeten nuestro entorno, no nos oponemos a su aeropuerto, pero no destruyan nuestros cerros. Ahí hay casas, a la orilla de sus minas», explicó una señora que prefirió no dar su nombre.
Viven así desde hace más de dos años que iniciaron las actividades en las minas y lo resienten hasta en el viento. La mujer dijo que los cerros protegen la localidad de las rachas de aire y ahora con varios cerros destruidos las corrientes de aire se sienten más fuertes que antes.
Esta es una localidad que no tiene ni una calle pavimentada, tampoco se ve infraestructura para iluminación y las casas cuentan con lo básico. Aún así insistieron en que nos oponen al aeropuerto, sino a que continúe la destrucción de su entorno, a que dejen de llevarse material de este lugar.
A pesar de que una comitiva salió en búsqueda de Espriú, fue demasiado tarde; ya no hubo manera de que regresara a este punto en el que la gente que aspiraba a ser escuchada, por primera vez en mucho tiempo, por una autoridad federal (aunque aún él no lo sea).
Y se quedó un aire de molestia. Uno de los pobladores recordó que Andrés Manuel había dicho en campaña que iba a cancelar el Aeropuerto y que si no cumplía eso, se le soltaría un tigre, como también lo dijo. Otra persona dijo a los medios de comunicación que ahí el 80 por ciento de la gente votó por él en la pasada elección y que por eso podían exigirle que así como ha escuchado a los empresarios, debe escucharlos a ellos. Que no hacerlo sería una incongruencia.
En un mensaje conjunto de la comunidad dirigido a Andrés Manuel y a Jiménez Espriú informaron que ellos han sufrido lo mismo que el resto de pueblos que visitaron: intimidación, devastación, amenazas, demandas penales y que si se valora la gobernabilidad, su «necesidad de continuar con el NAIM» los obligaría a defenderse con sus propios medios, que esto era una bomba de tiempo.

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