Control vial, fuera de las manos de Transito

Además de la contaminación ambiental y el excesivo ruido, la limitada fuerza vial no se da abasto con el descontrol; no hay quien ponga orden

Portavoz Staff

[dropcap]U[/dropcap]no de los factores que más influye en el descontrol vial, que ocurre con más frecuencia en Tuxtla Gutiérrez, es la poca fuerza de elementos de tránsito que puedan controlar a una localidad sobrepoblada de automóviles.
En la edición de ayer, Portavoz señaló que la ciudad capital del estado cuenta con un parque vehicular de casi 200 mil vehículos, sin contabilizar motocicletas. Esto, de acuerdo con el reporte «México en cifras» publicado por el Instituto Nacional de Geografía y Estadística (Inegi).
En Tuxtla, diariamente se pueden presenciar percances automovilísticos, embotellamientos y conflictos viales ocasionados por la saturación de vehículos en todos los rincones de la ciudad.
Aunado a esto, la Secretaría de Seguridad Pública y Tránsito Municipal, cuenta con una fuerza de tránsito de 400 elementos, quienes se encargan de controlar el desorden vial cotidiano.
De dicha cantidad, a cada agente de tránsito municipal le corresponde dirigir o cuidar a 500 vehículos, cifra que resulta irrisoria y podría arrojar como resultado la infracción de las reglas de tránsito, con muy pocas posibilidades de que alguien los sancione.
Lo anterior, sin contar las 19 mil 853 motocicletas que circulan por sus calles y que en el estado suman un total de 92 mil 543.
Con relación al transporte público, del cual existen cerca de 4 mil unidades, a cada agente de tránsito le correspondería controlar a 10 de esas unidades.
Actualmente y desde hace más de un mes, en la zona poniente del boulevard Belisario Domínguez se están realizando trabajos de infraestructura vial por lo que se ha mantenido cerrado el carril de oriente a poniente, que comienza por el cruce de Plaza Galerías y termina en el crucero de Terán.
Portavoz, a través de observaciones a dicha zona, constató que por el día es cuando se manifiesta el flujo más nutrido de unidades del transporte público, particularmente en la esquina del boulevard Belisario Domínguez con el boulevard Ciro Farrera. Ahí, todos los días llegan dos agentes a las ocho de la mañana para intentar poner orden en la circulación, objetivo que no logran pues muchos automovilistas pasan por alto la presencia de los oficiales y cometen infracciones sin que estos hagan nada.
Al trasladar el problema a nivel estatal, es importante señalar que en toda la entidad y de acuerdo con el estudio señalado, existen más de 717 mil vehículos automotrices; en contraste, sólo hay más de 8 mil elementos de seguridad municipal, no únicamente de tránsito. A nivel nacional, son 331 mil personas trabajando como elementos de seguridad pública y tránsito municipal.
El Inegi también indica que, de acuerdo con datos de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo 2016, a nivel nacional por cada 100 mil habitantes hay 231 policías y agentes de tránsito, es decir, a cada agente le corresponde el cuidado de 432 personas.
Los elementos de tránsito, según el Inegi: «Tienen como funciones mantener la seguridad y el orden en lugares públicos; hacer respetar las leyes y reglamentos y proteger a los ciudadanos y sus bienes contra la comisión de delitos; prevenir los accidentes de tránsito; proteger a personas y sus bienes de peligros y actos delictivos».
La situación de muchos vehículos y pocos agentes de tránsito puede ser una de las causas principales para que la ciudad de Tuxtla Gutiérrez esté convertida, como ahora, en un problema vial constante y con pocas posibilidades de solución.

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