David Tapia y su arte con las cuerdas

Presentamos un breve recuento de la trayectoria del joven chiapaneco que ha encontrado en el violín su medio favorito de expresión

Portavoz Staff

[dropcap]H[/dropcap]ace 11 años, David Tapia sintió una corazonada definitiva; un llamado del destino. Tenía 13 años cuando pidió a su madre que le comprase un violín, instrumento que llamó su atención de tal manera que terminó haciéndolo su medio de expresión artística.
Es muy joven, apenas ronda los 25 años, pero en su vida ha contado con suficiente experiencia para saber qué es lo que quiere. Por ejemplo: sabe tocar la batería y tiene nociones de canto. Aparte, antes participó en un grupo de danza y en taekwondo.
Sus primeras lecciones de violín, las recibió del maestro Juan Ramírez, como alumno del Centro Cultural «Jaime Sabines». Posteriormente se convirtió en pupilo de la Escuela de Música de la Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas.


La idea de tocar el violín surgió por el interés que David sentía hacia ciertos géneros musicales, como el metal y sus variedades, ya que algunos de los principales exponentes de esa música, usan ese tipo de instrumentos de cuerda dentro de sus melodías sinfónicas.
David es un joven sereno, cuya voz se escucha mejor si es transmitida por las cuatro cuerdas y el arco del violín que lo representa. Su talento, innegable; aún tiene para dar mucho más de sí; él lo sabe, por eso se aplica en el estudio y en disfrutar sus cosas favoritas de la vida, como leer novelas clásicas, pintar o cualquier actividad creativa que le impida quedarse sin hacer nada.


Enfrenta un reto: los géneros musicales que él prefiere y el instrumento que ejecuta, no son populares. Es consciente de que actualmente la predilección de los públicos más amplios, no concuerdan con lo que él hace. Es lo interesante y lo propositivo de David.


Ahora está enfocado en ser un medio por el cual llegue a más gente la música clásica y el gusto por otros géneros musicales. Se mantiene sembrando las semillas de lo que puede ser una vida llena de frutos como músico y como persona.
Su base musical clásica no lo aleja de ser un artista con tintes urbanos. Su talento tampoco lo separa de ser un joven como muchos otros. Sin embargo, David ha tejido una historia de vida que bien podría colocarlo en lugares excepcionales.

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