En la Mira / Hector Estrada

Alianza PRD-PAN en Chiapas ¿con candidato verde?

La presencia del multipartidista Diego Valera Fuentes en el evento político del aspirante a la presidencia de la república por el Partido Acción Nacional Rafael Moreno Valle, a primera instancia, parece haber fortalecido las teorías que aseguran una inminente alianza entre el PRD y el PAN en Chiapas para 2018, pero también abre otras lecturas sobre los planes de la dirigencia nacional perredista y un posible fracaso en las estrategias diseñadas para Chiapas por el equipo de Alejandra Barrales.
Y es que la presencia de Valera Fuentes no se trató de un acto fortuito o de cortesía. Su acompañamiento cercano y posición protagónica en el evento se ejecutaron como mensajes claros rumbo a la contienda electoral que se aproxima. Para el diputado de orígenes verde-ecologistas, recién mudado al Partido de la Revolución Democrática, no hubo el menor empacho a la hora de exhibirse dentro del evento panista.
Aunque Valera es realmente un político de poca trascendencia y presencia en el conocimiento público, para la actual dirigencia nacional del PRD su integración al partido representa objetivos serios e importantes entre los objetivos del equipo que hoy encabeza Alejandra Barrales y Beatriz Mojica. Fue prácticamente vendido por sus paisanos perredistas como «potencial figura» para obstaculizar los planes del dirigente estatal César Espinosa y obtener el respaldo de Manuel Velasco Coello.
Diego Valera ha sido un personaje ligado al gobierno de Manuel Velasco, con quien hasta el momento mantiene muy buena relación personal. Proviene de una familia de buena posición económica, con opulentos «padrinos» dispuestos a patrocinar su incipiente carrera política. Esas fueron las bondades expuestas por quienes promovieron su incorporación al PRD, a cambio de candidaturas a modo.
El diputado federal ingresó al PRD a razón de acuerdos de conveniencia para ambas partes. Dinero, patrocinios políticos y negociación directa con Manuel Velasco a cambio de plataformas partidistas que difícilmente obtendría desde el Verde Ecologista de México, ante el intenso jaloneo de liderazgos que mantiene al partido en tensión desde hace años. A Valera los principios y objetivos del partido realmente le importan un bledo. Él sigue sirviendo a los mismo de siempre bajo la casaca de otro color.
Por eso su presencia enrarece el ambiente en torno a su figura y los acuerdos con la dirigencia nacional. La cercanía a desparpajo con Moreno Valle podría estar ventilando los objetivos aún ocultos de la dirigencia de Alejandra Barrales para respaldar en la candidatura nacional panista al ex gobernador de Puebla, dando la espalda de manera anticipada a la posible coalición con el PAN, en caso de que la candidata sea de Margarita Zavala.
De lo contrario, si Valera Fuentes asistió al evento político de Moreno Valle sin el conocimiento y consentimiento de la dirigencia nacional perredista, las cosas podrían ser completamente distintas. La estrategia de Barrales y Mojica para Chiapas podrían haber enfrentado su primer gran fracaso político y alguien seguramente pagará los platos rotos. Sería una posibilidad que no sorprendería ante el debilitamiento de la actual dirigencia y su inminente relevo.
A Diego Velara Fuente no le interesa la dirigencia estatal del PRD. Él quiere una candidatura que mejore su posición política en el mapa estatal y nacional. Ha fijado como objetivo (aunque parezca guajiro) una posible candidatura al gobierno de Chiapas o un puesto en el Senado de la República y así lo va a buscar sea por el partido político que sea. Al fin y al cabo, los señalamientos en su contra por traiciones partidistas o «chapulinazos» no le preocupan en nada… así las cosas.

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