En la Mira / Hector Estrada

A 5 meses, damnificados de Chiapas siguen recibir recursos del Fonden

Han pasado cinco meses desde el terremoto que sacudió a Chiapas el pasado 7 de septiembre y decenas de damnificados, empadronados en la lista de beneficiarios del fondo para la reconstrucción, siguen sin recibir el dinero que les corresponde. Las tarjetas Bansefi se las entregaron sin fondos y pese a las protestas continúan sin hacerles efectivo el depósito correspondiente a cargo de las autoridades federales.
Este jueves damnificados de los municipios Villa Corzo, El Parral, La Concordia, Villaflores y Ángel Albino Corzo cumplieron 24 horas de protesta para exigir a la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano, al Banco de Ahorro Nacional y Servicios Financieros, agilice la entrega de tarjetas con recursos económicos para que puedan reconstruir sus viviendas.
Desde este miércoles, integrantes de las familias damnificadas comenzaron un plantón indefinido a las afueras de la sucursal de Bansefi en Villaflores. El comisariado ejidal de Nuevo México, municipio de Villaflores, Darvil López Gómez, dio a conocer que desde septiembre, Sedatu les pidió a los damnificados documentos, mientras que funcionarios de la dependencia llegaron a censar sus viviendas y les dieron un folio; sin embargo e dinero nunca llegó.
Desde que ocurrió el sismo, las familias han realizado gestiones ante la Sedatu y Bansefi, en Ciudad de México, Tuxtla Gutiérreez y Villaflores, pero los recursos no aparecen. En la misma situación están habitantes de los ejidos Los Ángeles, Nuevo México, Cuahtémoc, Cristóbal Obregón, San Pedrito, Joaquín Miguel Gutiérrez, 30 de Noviembre, Tenochtitlán, Santa Margarita y otros.
Y es que, aunque las denuncias no dejan de sumarse día tras día, hasta el momento no existe una cifra de personas afectadas en Chiapas por el incumplimiento en la entrega de las tarjetas o la entrega de las mismas sin fondos. Desde hace alrededor de tres meses en que el escandalo se destapó los responsables de la investigación han guardado un silencio inquietante.
Se trataba, según lo argumentado por el mismísimo Enrique Peña Nieto, de un proceso vigilado y controlado por el gobierno federal que garantizaba la seguridad y trasparencia de todo lo realizado para ese fin. Sin embargo, las irregularidades no tardaron en hacerse presentes. Las denuncias sobre la clonación de tarjetas comenzaron a inundar las redes a principios del mes de noviembre. Se habían entregado tarjetas cuyos fondos ya habían sido retirados.
Incluso, la tarjeta entregada por el propio presidente Enrique Peña se encontró dentro de las que habían sido entregadas sin fondos, clonadas y saqueadas días antes de su propia entrega oficial. Un hecho inaudito. Y los reportes se propagaron a Chiapas donde las denuncias relacionadas con el mismo fraude aumentaron con el paso de los días. El asunto se convirtió rápidamente en un problema de dominio público.
A sólo un mes de cumplirse medio año de la tragedia es inconcebible que el dinero para la reconstrucción siga sin entregarse a los afectados. Que el escándalo de las tarjetas sin fondos continúe sin esclarecerse, pero, sobre todo, que decenas de familias se mantengan viviendo en espacios improvisados a la espera de que las estatales y federales cumplan con la entrega de los recursos para iniciar la reconstrucción de sus viviendas y sus vidas… así las cosas.

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