En la Mira / Hector Estrada

En juego el futuro de Tuxtla

[dropcap]A[/dropcap] poco más de 24 horas de haber entregado la constancia de mayoría al candidato del PRI-PVEM en Tuxtla Gutiérrez, en un evento casi «clandestino» que elevó aún más la temperatura de la irritación ciudadana, este martes la efervescencia social en la capital chiapaneca pareció tomar un respiro en los tiempos post electorales más álgidos que se hayan vivido en esta ciudad.
Sin las movilizaciones y manifestaciones que se hicieron recurrentes durante los últimos días, Tuxtla Gutiérrez pareció retomar una aparente normalidad, sin declaraciones o convocatorias de ambos ex candidatos, pero con una ciudadanía alerta a los siguientes pasos que deban tomarse en la lucha contra la denominada «imposición del candidato oficial» en la alcaldía.
Para este sábado el ex candidato Francisco Rojas Toledo ha convocado a una nueva «megamarcha» que partirá en punto de las cinco de la tarde del cruce vial donde se ubicaba la extinta Fuente Mactumatzá para concluir en las inmediaciones del Parque Bicentenario. La movilización, dijo, pretende contar con medios nacionales y reunir más gente que la congregada el pasado 24 de julio.
La multitudinaria movilización es parte de las estrategias de lo que él mismo ha denominado como el «plan de acción contra el fraude del siglo» en Tuxtla Gutiérrez, que ahora está siendo turnado a los tribunales electorales para su resolución definitiva.
Hasta esas instancias deberán arribar las pruebas contundentes de la ilegalidad señalada durante el proceso electoral pasado. Ahí deberán demostrarse las arbitrariedades documentadas por miles de ciudadanos que hicieron uso de la tecnología a su alcance para fotografiar o grabar los delitos electorales que tanto deambularon por la ciudad.
Porque si finalmente los tribunales no modifican la resolución del Instituto de Elecciones y Participación Ciudadana (IEPC), al ex candidato Fernando Castellanos Cal y Mayor le espera uno de los escenario más adversos que pueda enfrentar un nuevo alcalde. Un panorama aún más complicado que el de sus mismos antecesores en la Presidencia Municipal.
Si las autoridades ratifican su constancia de mayoría, Castellanos Cal y Mayor deberá gobernar con un importante sector de la ciudadanía volcado en su contra, enojado e incrédulo ante su administración. Le corresponderá asumir con humildad semejante realidad y convencer a sus opositores con hechos y resultados indiscutibles que vayan más allá de los discursos huecos.
Su mejor defensa ante el rechazo y desconfianza ciudadana serán sus actos de gobernanza; cumplir sus promesas de campaña, llamar a cuentas a quienes endeudaron la ciudad como lo prometió, no recurrir a nuevos endeudamientos, deshacerse de figuras que hacen de su equipo de trabajo un grupo desconfiable y sobre todo reconciliar a una ciudad que se siente agraviada.
Fernando Castellanos podría enfrentar complicados retos en materia de gobernabilidad que desde ahora deberá estar abordando, por si las determinaciones no se modifican. Pero al proceso post electoral de Tuxtla Gutiérrez aún le hacen falta varias semanas para tener su resolución final. Aún le quedan instancias y litigios jurídicos que determinarán la suerte de la capital chiapaneca.

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