En la Mira / Hector Estrada

Los intentos de Velasco por reactivar su proyecto político

Con el falso rumor de su supuesta llegada a la Secretaría de Gobernación Manuel Velasco reapareció en la escena pública del recién iniciado 2019 desatando inmediatas reacciones de rechazo. Esta semana se cumplió un mes desde que, como su propio interino, finalmente dejó el gobierno de Chiapas y su desastre gubernamental se encuentra demasiado fresco en la memoria de miles de chiapanecos.
El futuro del ex gobernador es aún incierto. La presunta insistencia para mantenerse en el poder político y propiciar su ingreso al gabinete cercano a Andrés Manuel López Obrador parecen mantener en pausa su retorno al Senado de la República. No ha habido pronunciamiento alguno sobre ello y el inicio del próximo periodo ordinario se acerca… ¿Pero qué tan benéfico o perjudicial sería esto para el nuevo gobierno de Morena?
Los señalamientos sobre los vínculos entre Obrador y Velasco ya han causado demasiado daño a la imagen y credibilidad del ahora Presidente de la República para brindar más material de ataque a sus adversarios. Las críticas desatadas durante la solicitud de licencia en el Senado para regresar al gobierno de Chiapas como interino y la invitación a coordinar el Tren Maya fueron suficientes para propiciar una ola de decepciones y descalificaciones contra el tabasqueño.
Y es que sobre Velasco pesan duros señalamientos de corrupción, adeudamiento, saqueo y abuso de poder que lo persiguen incluso después de haber dejado la gubernatura. Las manifestaciones de proveedores sin pago, profesores con salarios adeudados desde 2016 y el cobarde asesinato del activista Sinar Corzo se han sumado a las innumerables acusaciones en contra el ahora ex gobernador verde.
Basta recordar los señalamientos hechos por la Auditoria Superior de la Federación debido al presunto desvío de más de dos mil millones de pesos al presupuesto de Salud, el desfalco al Seguro Mutuo de los burócratas estatales y los más de 600 millones de pesos del programa Bienestar para madres solteras que hasta el momento sigue sin esclarecerse.
Y qué decir de la violencia desatada por el Partido Verde en las zonas indígenas de Chiapas que dejó una avalancha de muerte y más de cinco mil desplazados; sin olvidar el fraude cometido al proceso de reconstrucción por los terremotos de 2017, la falta de pago a miles de docentes y la deuda pública de más de 20 mil millones de pesos que heredó al gobierno de Escandón Cadenas.
El solo rumor de su ingreso al gabinete de López Obrador significa veneno puro para la llamada cuarta transformación. Llevarlo a los hechos se convertiría en un suicidio francamente innecesario. Manuel Velasco fue uno de los gobernadores más turbios del sexenio pasado y Andrés Manuel sabe perfectamente que, aunque también es costoso, lo máximo que pude ofrecerle es la inmunidad.
Pero Velasco no se va a quedar tan tranquilo. La desesperación y la presión de su grupo cercano para regresar al juego de «poder gubernamental» y reavivar el proyecto político dentro del nuevo sexenio serán combustible suficiente para no cesar los intentos de reactivación. Por eso no deberán extrañar más episodios de sabotaje, guerra sucia y adulaciones desproporcionadas para conseguir el objetivo.
Obrador, que hoy juega en el filo de la navaja, no pude darse el lujo de caer en más caprichos o chantajes de alto costo político. Con el silencio y la desaparición de su vida pública Manuel Velasco debe estar agradecido de la impunidad con la que hoy vive después de lo hecho al pueblo de Chiapas. Su verdadero destino debería estar tras la rejas y no en la «tranquilidad» que hoy le brinda la inmunidad del perdón presidencial… así las cosas.

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