En la mira / Hector Estrada

Velasco dejó deuda de mil 800 mdp a maestros interinos

La deuda al sector docente de la entidad, sobe todo a los profesores idóneos e interinos, es sin duda una de las de las herencias más escabrosas dejadas por el gobierno de Manuel Velasco al interior de el Secretaría de Educación, una «bomba de tiempo» que requerirá más que buenas intenciones para alcanzar una solución definitiva.
Aunque la deuda en materia de salarios a profesores interinos no es un asunto nuevo, la administración de Velasco Coello dejó elevar la problemática a niveles que hoy parecen insostenibles. Durante los últimos seis años a los interinos se les ha mantenido bajo engaños, con protestas intermitentes que terminan siendo disuadidas mediante abonos raquíticos y promesas huecas.
Se les colocó en un complicada situación bastante conveniente para las autoridades educativas; o esperan a que se les pague o las puertas están abiertas para que alguien más ocupe su puesto bajo las mismas condiciones. Finalmente, arriesgar las horas escolares de miles de niños no es un asunto de prioridad o preocupación para la Secretaría de Educación. Dejaron cómodamente esa responsabilidad sobre los hombros de los docentes a los que no ha quedado de otra que aguantar o aguantar.
Y no se trata de victimizar a nadie. Sólo de hablar de una realidad recurrente dentro del sector docente. Los interinatos son verdaderos retos para miles de egresados de las normales superiores. Desplazarse hasta comunidades donde ni siquiera existe transporte público debería ser la mayor de las complicaciones y no tener que sumarse a la falta de pagos salariales que termina obligándolos a endeudarse con préstamos y comprometer dinero francamente incierto.
La práctica de adeudar pagos nominales se volvió tan recurrente dentro de la Secretaría de Educación que finalmente se normalizó. El manejo de los fondos presupuestales destinados al pago de nóminas se convirtió en un verdadero «cochinero». La impuntualidad, el incumplimiento y las mentiras constantes se volvieron acuerdos entendidos prácticamente institucionalizados.
Y no es para menos. El gobierno de Manuel Velasco generó una cartera de morosidad tan agravada que a muchos de los docentes se les acumularon deudas por uno, dos y hasta tres años de trabajo consecutivos. De manera extraoficial se contabilizan alrededor de mil 500 casos con uno o dos años de salarios adeudados.
El nuevo gobierno estatal ha reconocido una deuda general a maestro interinos que alcanza los mil 800 millones de pesos. Para que usted tenga una idea de la magnitud de la deuda, se trata de un monto equivalente al presupuesto total asignado a la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana en 2017 o cinco veces el presupuesto otorgado a la Secretaría de Turismo el año pasado.
Sin embargo, la principal interrogante tiene que ver con un asunto de fondo. Un duda inevitable que surge ante semejante situación. ¿Dónde está el dinero etiquetado anualmente para el pago de esos salarios? Si el presupuesto de egresos en materia educativa contempla el rubro de interinatos, por qué no se pagó de manera puntual los sueldos a los cientos de maestros dados de alta dentro de la nómina estatal.
Es evidente que se ha convertido en un deuda que se pueda pagar con simple voluntad. Se trata adeudos que se dejaron crecer tanto que se volvieron impagables. Son pues la consecuencia de graves irresponsabilidades financieras o evidencias de prácticas corruptas que deben investigarse a fondo hasta dar con los responsables materiales e intelectuales cuyos nombres resultan adivinables… así las cosas.

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