En la Mira / Hector Estrada

Arden ayuntamientos de Chiapas entre reclamos y violencia

En menos de una semana tres presidentes municipales de Chiapas han acaparado las portadas de los medios de comunicación a nivel nacional; uno de ellos por la desfachatez de mandar figuras de cartón suyas en tamaño real para eventos a los que no desea asistir y los otros dos, los de verdadera preocupación, por intentos de linchamiento en su contra debido a presuntos incumplimientos de promesas electorales.
Algo no está bien en los municipios de Chiapas y es evidente. El último conato de linchamiento público sucedió este lunes cuando, tras no se atendidos, un grupo de 300 personas, provenientes de la localidad de Pueblo Nuevo Sitalá y la comunidad La Ceiba, ingresaron por la fuerza a la presidencia municipal de Simojovel para intentar retener y secuestrar a la alcaldesa Viridiana Hernández.
Al no poder capturar a la presidenta municipal, la turba enfurecida tomó como rehén al síndico, Gilberto Martínez Andrade, que fue herido con armas punzocortantes, para luego ser liberado por policías municipales y personal del ayuntamiento mediante un enfrentamiento a golpes y machetazos en plenas calles de la cabecera municipal. El zafarrancho quedó capturado en videos que inmediatamente se viralizaron en redes sociales y medios de comunicación.
Se trata del segundo intento de linchamiento a un presidente municipal de Chiapas, por supuestos incumplimientos de promesas de campaña, en menos de una semana. Y es que, apenas el pasado 8 de octubre pobladores de la comunidad de Santa Rita Invernadero, del municipio de Las Margaritas, ingresaron a la alcaldía para someter al presidente municipal, Jorge Luis Escandón Hernández, a quien amarraron y arrastraron con una camioneta por las calles de la cabecera municipal.
Lo preocupante del caso es que no se trata de una violencia aislada. Se han convertido en episodios repetitivos en diversos municipios de la entidad, que inevitablemente han activado las alertas. Basta recordar lo sucedido el pasado 26 de septiembre cuando un grupo de hombres vestidos con ropa tipo militar, que portaban armas de grueso calibre, secuestraron al segundo regidor, Mariano Sántiz Méndez, y dos «mayoles» (policías tradicionales) del municipio indígena San Juan Chamula, en el marco de la disputa por la presidencia municipal.
A lo anterior se suma el episodio violento desatado el 10 septiembre en el municipio de Escuintla cuando un nutrido grupo de campesinos, de la cabecera municipal y otras comunidades, se manifestaron frente a la presidencia municipal para exigir la destitución del alcalde Daniel Velázquez por no cumplir con la obra pública prometida para el primer año de gobierno. La protesta terminó con la quema de la alcaldía y varios detenidos.
Sin embargo, la agresión fatal más preocupante contra una autoridad municipal de Chiapas se suscitó el pasado mes de mayo cuando fuera localizado el cuerpo del síndico municipal de Zinacantán, Ignacio Pérez Girón, reportado como desaparecido dos días antes. Los restos de Pérez Girón fueron encontrados en la entrada del paraje Yalebtay con signos de violencia en lo que, finalmente, se determinó como un homicidio por secuestro agravado.
Y la lista de tensiones, violencia y agresiones en otros ayuntamientos de Chiapas podría ser aún más extensa. Resulta evidente que algo no está bien dentro de algunos viejos y nuevos polvorines municipales. La falta de cumplimiento de obras públicas y los intereses oscuros de grupos opositores tienen a varios municipios en una peligrosa combustión que, de no ser atendida con premura, podrían terminar en estallidos de mayores consecuencias… así las cosas.

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