En la Mira / Hector Estrada

La crisis humanitaria en la frontera de Chiapas y Guatemala

La crisis migratoria que hoy tiene a decenas de africanos detenidos en las estaciones migratorias de Chiapas se agudiza con el paso de los días. Los prolongados tiempos de espera para resolver las solicitudes de refugio o pases de salida han complicado la situación, abriendo y fomentando nuevas rutas aún más peligrosas que ya han dejado nuevas víctimas fatales.
Las imágenes de hace unos días sobre los cuerpos de migrantes cameruneses en las costas chiapanecas, debido al naufragio de una embarcación llena de africanos en busca del «sueño americano», reavivaron en los medios de comunicación un tema que parece transcurrir entre la apatía de las autoridades y xenofobia que todavía es palpable en el sentir de muchos mexicanos.
Irineo Mújica, presidente de la asociación civil «Pueblo Sin Fronteras», aseguró que en los últimos días alrededor de 300 migrantes africanos fueron detenidos y encerrados de manera arbitraria en la estación migratoria Siglo XXI; otros 280 en un complejo de Tuxtla Gutiérrez y un pequeño grupo de 90 en el municipio de Huixtla.
La mayoría de ellos han solicitado asilo pero las respuestas se han demorado demasiado. La desesperación de los migrantes llevó a uno de los africanos a tratar de suicidarse el pasado domingo en la estación Siglo XXI. La noticia se extendió rápidamente entre las cientos de personas que permanecen acampadas en el exterior del centro de detención y fue confirmada por varios hondureños y salvadoreños que recuperaron la libertad en la tarde.
«Al parecer, el hombre, del que no ha trascendido el nombre ni la nacionalidad, fue detenido el sábado en la caravana. Los agentes lo separaron de su esposa y sus dos hijos. Según diversos testimonios de personas que estuvieron encerradas con él, el migrante pidió, sin éxito, una llamada. Finalmente, el domingo trató de ahorcarse con una venda que le habían colocado después de que un agente le dañase la mano en su arresto», precisa un reporte del portal Animal Político.
Hoy, cientos de migrantes africanos permanecen en el exterior de Siglo XXI desde hace más de tres meses. Como sus países no les reconocen, no pueden ser deportados y México los considera «apátridas». Hasta el mes de julio, los miembros de este colectivo recibían un oficio de salida que aprovechaban para atravesar México. No obstante, a partir de julio, un oficio del INM limitó la salida del país a la frontera sur, hacia Guatemala. Desde entonces, cientos permanecen varados, durmiendo a la intemperie y sin empleo.
De acuerdo con datos de la Comar, Chiapas ocupa el primer lugar en solicitudes de refugio recibidas, ya que de enero a julio un total 25 mil 819 migrantes hicieron la petición de refugio para transitar por México. La entidad chiapaneca es seguida por la Ciudad de México con 7 mil 607 peticiones, Tabasco con 3 mil 414, y Veracruz con 3 mil 143. Se estima que las cifras a finales de año lleguen a más de 80 mil personas.
La condición de refugiado en México se otorga a cualquier extranjero que, encontrándose en territorio nacional, realice la petición. Para ello, debe presentar una solicitud ante la Comar o el INM. La respuesta debe emitirse en un plazo de 45 días hábiles. Sin embargo, aunque la Comar reportó más de 20 mil solicitudes pendientes, este año la Comisión sufrió una importante reducción presupuestal, al pasar de 55.7 a 20.8 millones de pesos anuales.
La situación se ha convertido en un verdadera complicación para la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados y el Instituto Nacional de Migración (INM) que se han visto rebasados en sus capacidades de atención a una problemática que sigue agudizándose pese al silencio intencional para minimizar la evidente crisis humanitaria que afecta a la frontera sur mexicana… así las cosas.

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