Enoc Hernández Cruz no es el dirigente estatal de Mover a Chiapas, no obstante es quien encabeza los trabajos de organización de comités municipales y dicta las líneas discursivas del que pronto será un nuevo partido político local.
No podemos negar que es responsable del posicionamiento de Mover a Chiapas en la agenda pública y política del estado. Tiene muchas facilidades sí, pero ha hecho la chamba. Es un personaje hábil en las relaciones públicas y en la comunicación política. Y aunque cause resquemor en muchos, es, en estricto sentido, un líder.
Pero de eso a llamarlo líder moral hay mucho trecho. El liderazgo moral tiene que ver con un asunto de fuero interno, de convicciones, ideales, virtudes. Un líder digno de ejemplo. Un modelo a seguir.
¿Es Enoc Hernández el tipo de personas que reúne en sí las cualidades necesarias para despojarse de sí mismo y dedicarse al servicio de sus semejantes? ¿Representa él la esperanza de miles de personas desfavorecidas del sistema?
El verdadero líder moral se caracteriza no por la influencia que ejerce en los demás, sino por el servicio que, desinteresadamente, les brinda.
¿Tiene Enoc la estatura moral para tan honroso título? Usted, lector, seguro tiene la respuesta.
ÁGORA
Aunque todo cabe sabiéndolo acomodar, el verdadero talento radica en saber qué llevar a la despensa.
Una acumulación arbitraria de abastos puede bien llenarnos la barriga, pero no satisfará nuestro apetito. Bocaza llena de razón cuando de apetito lector hablamos.
Por eso conviene referirnos a la revista mensual y gratuita La despensa, que dirige con creatividad, divertimento y buen olfato el comunicador Carlos Revueltas.
Revueltas no es sólo el encargado de seleccionar el contenido (textos diáfanos, de lectura rápida, amena, inteligente, otras irreverente, pero al fin y cabo un guiño constante), sino, también, de enriquecerlo con un discurso visual libre de alambrados, un diseño con harto pájaro revoloteando.
Y, efectivamente, todo se acomoda bien: la amistad, el trabajo, la historia, la anécdota, la ficción, los paseos, la música, el deporte, el cine, la tecnología, la literatura, y hasta la cocina.
Cada mes presenciamos el parto de una revista que lleva risas, pero también sangre y músculo de «Los despensa» (Arturo Barrientos, en la edición; Gabriel Toledo, en la corrección de estilo; e Isabel Ruiz, en la administración), un equipo que ha logrado lo que parece imposible para la mayoría de los proyectos editoriales nacientes: subsistir al chaz chaz de los anunciantes.
Ya con cinco números en su haber, con distribución en Tuxtla Gutiérrez y San Cristóbal, La despensa quiere ir, de a poquito, tampoco son cochis, acomodándose en su gusto y en su corazoncito. Así que le recomendamos que si se la encuentra por ahí, no lo dude, échela a su morraleta y llévesela pa su casa.
CORRILLO
De dónde sacan que el diputado Emilio Salazar Farías goza de la suficiente influencia política como para solicitar a los perredistas voten por Ismael Brito Mazariegos el próximo 7 de septiembre en la elección interna del PRD. Es cierto que Brito fue alumno de Salazar y son amigos, pero resulta un sinsentido siquiera imaginar que el empresario-político detente tanto poder como para intervenir en la vida interna de un partido. Es mera política-ficción.
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