Entrelineas / Jorge Ceballos

La cuarta transformación no ha comenzado

La llamada cuarta transformación, esa que ofreció en campaña Andrés Manuel López Obrador, y que lo llevó a ganar la presidencia de la República, aún no ha comenzado, sus retales se sentirán cuando el tabasqueño esté sentado en la silla presidencial del despacho principal de Palacio Nacional -no antes-, aunque muchos ya lo critican.
Es cierto que, con la toma de protesta de diputados federales y senadores de la República, algunos creen que ya ha comenzado el cambio, pero, eso no es así, los efectos del cambio, se podrán comenzar a sentir una vez que tome posesión; es cierto que los legisladores ahora se sienten virreyes, porque no tienen el mando del presidente de la República.
Por más que López Obrador diga que no habrá intromisión de un poder a otro, el autor de este material, duda que así sea, porque los legisladores, vía sus coordinadores, obedecerán la linea que desde Palacio Nacional dicte quien obtuvo más de 30 millones de votos.
Si los legisladores federales, tendrán que obedecer las órdenes que desde la presidencia de la República se dicten, imagínese usted estimado lector, cual será la actitud de los gobernadores que en breve tomarán posesión de sus cargos: obvio la sumisión y acatamiento de lo que exija Andrés Manuel, porque los que ganaron por Morena, saben que gozarán del poder, precisamente por el arrastre del tabasqueño.
En el plano local, los legisladores se convertirán en una extensión del poder que tendrá Rutilio Escandón Cadenas cuando asuma la gubernatura, no navegarán en la independencia legislativa, así que, ni se vayan haciendo ideas de que se mandarán solos.
Tan ya están actuando bajo sumisión los recién llegados legisladores locales que, ninguno se ha pronunciado en torno a la galopante corrupción que imperó en el gobierno de Manuel Velasco, ese que termina para bien de los chiapanecos en 59 días.
Y no se han pronunciado, porque en el imaginario colectivo, existe la percepción que Manuel Velasco Coello y su circulo cercano, operó para favorecer a Morena y sus candidatos: una patente de Corzo para evitar los juicios que deberían fincársele.
Los legisladores locales, esos que acaban de llegar al puesto, saben precisamente que, si quieren contribuir a la transformación de Chiapas, deben legislar de la mano del futuro gobernador Rutilio Escandón, de lo contrario, les espera el ostracismo en sus incipientes carreras políticas.
Pero, una cosa es que tengan que caminar de la mano del próximo gobernador y otra que, a todo legislen con la cabeza agachada, no, quien estará al frente de la entidad, de vez en cuando necesitará que le marquen los errores que se puedan cometer: nadie es perfecto y en su equipo, no todos son expertos en la materia, guardar silencio, seria como seguir condenando al Estado.
Muchas criticas en torno a la cuarta transformación, es justamente que Andrés Manuel López Obrador, haya incluido en Morena a personajes que persigue la sombra de la corrupción, ejemplos hay muchos, Eduardo Ramírez Aguilar el más claro, quien incluso, parece ya arrancó su precampaña por la gubernatura, cuando ni siquiera ha asumido el nuevo gobierno.
Si los ciudadanos que tenemos el honor de vivir en Chiapas queremos ver un cambio, no debemos ser agachones, denunciar las cosas cuando no estén haciéndose bien, los aplaudidores deben entender que eso en nada ayudará al Estado.

¿Historias inventadas?
Hace dos meses a través de Twitter, un servidor dio a conocer las graves observaciones que a nivel federal tenia la Secretaría de Salud del Estado, desde esa dependencia, se desviaron millones de pesos, esto, durante el paso de Francisco Ortega Farrera; la respuesta fue la utilización de un perfil en la misma red social, en la que se decía que era una historia inventada y que solo existía en la imaginación del reportero.
El tiempo ha demostrado que no es invento de quien escribe Entrelíneas, en su reporte, la Auditoria Superior de la Federación, ha dado a conocer que cerca de 187 millones de pesos, tuvieron un uso indebido, a la Cámara de Diputados acudió con motivo de la glosa del informe de Enrique Peña Nieto, el titular de la dependencia a nivel federal, José Narro Robles, encontró el adjetivo perfecto para quienes hicieron mal uso de los recursos para el rubro de salud: criminales.
Queda demostrado que, la corrupción en Chiapas fue galopante, no solo es culpa de Francisco Ortega Farrera, lo fue de igual forma de Manuel Velasco Coello, de su tío José Agustín Velasco Siles, hubo omisión y silencio sepulcral de Humberto Pedrero Moreno en su calidad de secretario de Hacienda.
Ahora bien, no se trata solo de denunciar el desvío de recursos, se necesita que esas acciones sean castigadas, para que ningún acto corrupto quede impune, lo necesita y exigen los ciudadanos.
Quizá, Francisco Ortega Farrera será el señalado y futurizando, tal vez sea al que enjuicien, lastima por su juventud, lastima, porque un hombre que pudo tener una carrera ascendente dentro del servicio público, esté en el ojo del huracán y sus días pueden tornarse grises y tormentosos.
Pero no solo debe ser Ortega Farrera a quien se castigue, se tiene que castigar la raíz de toda la corrupción.

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