Entrelineas / Jorge Ceballos

Los falsos amigos de AMLO

La naturaleza humana de los políticos, no conoce la vergüenza, la decencia, y mucho menos los valores, no, quienes se dedican al arte de la política, solo saben de intereses y ambiciones.
¿Por qué digo esto? Fácil y sencillo de responder: muchos políticos locales, en aras de cumplir sus ambiciones de poder, se han acercado al árbol que, creen les dará buena sombra: morena.
Olvidando sus pasados ambiguos de poder, hoy se declaran más obradoristas que el mismo Andrés Manuel.
Se han sumado a la causa del tabasqueño, porque creen que eso, les generará triunfos electorales que los lleve a gozar de poder y dinero.
A lo largo de dos años, el autor de éste material periodístico, ha escuchado muchas barbaridades de políticos chiapanecos; hay quienes aseguran que pusieron a sus hijos el nombre del candidato presidencial en su honor, otros que, aseguran que siguen a López Obrador desde que inició su trayectoria política hace 40 años, otros tantos inventan historias familiares y amistades poco creíbles.
Sin embargo, esos que se dicen amigos y casi «hermanos» de López Obrador, pecan de mentirosos, no tienen conciencia y les falla la memoria: si recorremos el tiempo 23 años, nos encontraremos con que, en 1995, año en que el nacido en Tepetitán, Macuspana, iniciara el segundo Éxodo por la Democracia, al reclamar la dimisión de Roberto Madrazo Pintado de la gubernatura de Tabasco, por el excesivo gasto de campaña, fueron pocos los que lo acompañaron.
En esa lucha que incluyó una marcha desde Tabasco a la capital del país, eran pocos los personajes que permanecían estoicos y firmes a la exigencia de respeto a la voluntad de los tabasqueños y sobre todo: elecciones limpias.
En esos años, decir o gritar ser amigo de Andrés Manuel, era casi un delito, se exponía el osado, a persecución política y en algunos casos al encarcelamiento.
En aquellos momentos decisivos que, dio paso a lo que muchos llamaron la Industria de la Reclamación, eran pocos los que se declaraban obradoristas: Dorilián Díaz, Auldarico Hernández Gerónimo (poeta indígena que llegó a ser senador por Tabasco), Darwin González Ballinas, el siempre bien recordado Alberto Pérez Mendoza, Octavio Romero Oropeza, Julieta Uribe Calderas, entre otros, hombres y mujeres tabasqueñas que creyeron en el hoy candidato presidencial.
Otros por desgracia, perdieron la vida en la lucha democrática, producto de extraños accidentes, de los que por cierto no hay culpables.
Al autor de Entrelíneas, le tocó cubrir periodísticamente ese movimiento encabezado por López Obrador, por ello, solo se ríe de las barrabasadas que señalan algunos políticos chiapanecos, quienes solo se han subido al tren de Morena y López Obrador, por el arrastre que tiene en el país y que lo tiene con cuerpo y medio en Palacio Nacional.
Muchos —si no es que la mayoría—, están fincando sus posibilidades de triunfo en el fenómeno electoral en el que se convirtió Andrés Manuel, de ahí que inventen historias poco creíbles: llegaron por ambición.
Muchos no conocen la historia, se han ido solo por lo que se construyó a la par de la imagen de aspirante presidencial de Morena, el cual, aunque suene duro, se ha convertido en una industria, porque hasta los que le pegan ganan por ello.
López Obrador está en los cuernos de la luna electoralmente hablando, de.eso se aprovechan muchos ambiciosos de la política en Chiapas. Pero no deben olvidar que la ciudadanía en estos tiempos, nota y anota, y, al final todo se cobra. Así que quienes se arriman a Morena, creyendo que con eso tienen seguro una alcaldía, diputación y cualquier otra posición, simplemente se están equivocando.

Izquierda negociante
Con el paso de los años, el PRD fue perdiendo su sentido, la esencia para la que fue fundada luego de las elecciones del 88. De ser un partido que cobijara la lucha social, se convirtió en la universidad del mercadeo.
Precisamente, por ese alto sentido de negociación en la que cayeron muchos dirigentes de tribus, personajes que ayudaron a la fundación y crecimiento como partido, decidieron renunciar, quedando un grupúsculo de personajes que, solo persiguen los negocios y posiciones políticas.
Si usted, amable lector (a) no me cree, solo basta ver la actitud que asumen los dirigentes perredista en la actualidad: están sometidos a las órdenes gubernamentales.
Del dirigente estatal, César Espinoza, se puede escribir un libro con historias de horror, pero no hace falta hacerlo, porque la mayoría de los perredistas lo conocen.
Si hay un personaje que tiene empantanada, la designación del candidato a gobernador, ese es justamente el líder del sol azteca.
A chaleco y por instrucciones gubernamentales, opera al interior, para que sea nombrado candidato común a la gubernatura, su familiar Eduardo Ramírez Aguilar.
El joven César, desde hace un buen tiempo, dejó de ser un interlocutor confiable, ya no es un líder, se ha convertido en simple esquirol de intereses gubernamentales.

Fuerte Urbina
En la contienda interna para designar candidata a la alcaldía de Tapachula por Morena, la figura de la regidora Rosa Irene Urbina, se encuentra bien posicionada.
El trabajo que ha realizado desde el 1 de octubre de 2015, la ponen en la palestra de la alcaldía, y más ponen a Morena con posibilidades de triunfo por diversos factores.
Uno de esos factores que otorgan la posibilidad de triunfo en Tapachula, es el trabajo organizativo que la estructura que conformó Óscar Gurría Penagos, trabaja incansable, es más desde el día siguiente de la elección de 2015, no han dejado de organizarse para construir un partido fuerte.
Pero, no hay que pasar por alto que, Neftalí del Toro, ha hecho un desastroso papel como alcalde, además de que ya no recibirá el respaldo del gobierno nayarita como en 2015.
Rosa Irene Urbina, tiene todo para ganar si la decisión final le acompaña y resulta ungida como candidata.

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