Falta de equidad de genero impide la plena conservacin del ambiente

La Alianza México REDD+ impulsa la igualdad entre hombres y mujeres en comunidades de Chiapas con el fin de ejecutar políticas ambientales que permitan al sector tomar decisiones y manejar activamente los recursos

Elizabeth Marina / Portavoz

[dropcap]A[/dropcap]unque la mujer desempeña un papel importante en la preservación del medio ambiente a nivel mundial, el reconocimiento de su labor es casi nulo. Y es que siguen existiendo brechas de desigualdad de género que obstaculizan el desarrollo, impiden que el tema de las mujeres y políticas ambientales sea prioridad en la agenda pública, pese a que éstas representan una fuerza que contribuye al logro de un manejo adecuado del medio ambiente e inciden en la producción y el consumo sustentable.
En nuestro país no existe un solo estado que tenga la voluntad de ejecutar políticas ambientales con una perspectiva de género, aunque sean cada vez son más las que se suman a la defensa de los recursos naturales, a la exigencia de una mejor calidad de vida y desde luego, a una mayor equidad social.
La participación de las mujeres en los programas y políticas públicas representa para la Alianza México REDD+, el primer acercamiento para transversalizar la perspectiva de género y obtener resultados óptimos en la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero.
De acuerdo con la Gerente del Proyecto de la Alianza México REDD+, Lesly Aldana Márquez, el trabajo de las mujeres es indispensable para el logro de cualquier meta de desarrollo –incluyendo el combate del cambio climático– ya que tienen conocimientos y habilidades que contribuirían al trabajo que realizan los hombres en el cuidado y preservación del medio ambiente.
Por esa razón, Alianza México REDD+ impulsa la igualdad entre hombres y mujeres en comunidades de Chiapas, Oaxaca, Quintana Roo, Campeche, Yucatán y Chihuahua a fin que las mujeres resulten usuarias y sean involucradas activamente en la toma de decisiones sobre el uso y manejo de los recursos naturales, ya que en estos estados no son tomadas en cuenta.
Explicó que principalmente en las zonas indígenas, el sector no es beneficiado con programas públicos y acceso a recursos porque, en la mayoría de los casos, no son propietarias de los territorios en los que trabajan en el uso, aprovechamiento y conservación de los bosques.
«Existe un vacío en la relación medio ambiente, etnia y género, es necesario que en breve, el país incorpore la perspectiva de igualdad de género en las políticas de medio ambiente, los derechos humanos de las mujeres tienen que ser respetados y sus voces escuchadas, es necesario trabajar en conjunto para lograr resultados y contribuir a un desarrollo rural sustentable».
Una de las brechas más sobresalientes que existe en el estado es la desinformación sobre el papel de las mujeres en las actividades productivas de sector rural, principalmente de quienes se encargan de implementar las políticas públicas, lo que ocasiona un claro vacío y deficiencia en las leyes.
Tomando en cuenta las brechas de desigualdad en estas comunidades, REDD+ puso en marcha el análisis de las leyes asociadas al medio ambiente para conocer los retos y con base en ello creó un programa de acción de género en el que organizaciones civiles, productores y productoras participan conjuntamente con las autoridades estatales y municipales.
«A través del análisis descubrimos que se beneficia más a unos que a otros, incluso, hemos observado desigualdad en el lenguaje en las políticas públicas, este un problema sistemático, queremos que los beneficios sean más integrales, para lo que es necesaria la integración de políticas de deforestación, degradación y cambio climático de nivel nacional, estatal y elementos locales.»

Impulsan participación de las mujeres

Fue así, como REDD+ inició una serie de trabajos desde la organización civil de las mujeres, con el apoyo de Pro Natura Sur y Cecropia, organizaciones civiles que se han convertido en aliados indispensables para el desarrollo de capacidades e impulso la cooperación y la civilización en las comunidades.
«Aún hace falta mucho trabajo, los institutos de las mujeres deberían estar trabajando con más fuerza, hemos notado que se trabaja aisladamente, no existe transversalización por ello que el trabajo en Chiapas se haya realizado de la mano con organizaciones civiles que están haciendo un trabajo extraordinario en la conservación del medio ambiente, la defensa de la tierra y el desarrollo sustentable.»
En este sentido, Lesly Aldana detalló que han sido cinco años los que han dado seguimiento a la política pública orientada al sector rural y han realizado capacitaciones con perfectiva de género con la participación de 40 personas, en las que se analizan temas de cambio climático, uso de suelo y desarrollo sustentable.
«Lo que buscamos es que las mujeres sean capaces de tomar decisiones en el manejo de recursos, que tengan acceso a ellos y se conviertan en administradoras y cuidadoras de los bosques y las estrategias a favor de su conservación.»

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