Galardonada trabajadora del Zoomat fue «desechada» sin mas

Maiam Anza Farrera, no obstante haber sido premiada por su labor con la medalla «Miguel Álvarez del Toro», hoy que presenta problemas de salud, por un accidente laboral, es una trabajadora más

Rodolfo Flores / Reporte Ciudadano

[dropcap]T[/dropcap]ras haber laborado 14 años en el Zoológico Miguel Álvarez del Toro de Tuxtla, Maiam Anza Farrera fue despedida por presentar problemas de salud derivado de un accidente de trabajo.
Ingresó a laborar en el año 2003 en el área de analista D, tras haber ganado el concurso correspondiente.
Sin embargo, en el 2014 sufrió un grave accidente de trabajo, pues al estar alimentando a ejemplares del lugar, la rama de un árbol cayó sobre ella, sufriendo fractura de hombro.
Tras esto y enfermar gravemente de manera repentina, fue notificada a principios de este año que había sido despedida, por lo que desde febrero de este año dejaron de darle el sueldo correspondiente.
«Mi trabajo fue siempre atender a los «peluditos» enfermos y crías, lo irónico de la vida es que después de un accidente laboral y en la peor situación de salud que padecía y padezco, pidieron mi renuncia por ser -según ellos- la candidata ideal de despido», refiere la afectada.
Antes del accidente Amai era una empleada ejemplar del Zoomat -excelente refieren sus amigos-, amante de los animales, entregada a su labor; lo que le valió ser reconocida con la Medalla Miguel Álvarez del Toro.
Todo eso parece no valer para los directivos de lugar y las autoridades de la Semahn, quienes le ofrecieron una liquidación de 70 mil pesos por los 14 años de esfuerzo, de la ahora convaleciente analista del Zoomat.
La liquidación que le ofrecen no cubren los gastos de las operaciones que ha requerido: «Ni si quiera cubre una cirugía de las que he gastado aproximadamente 100 mil pesos cada una. No sé si alcance a ver el resultado de la demanda laboral, pero quiero obtener los beneficios del seguro de vida, pensión justa o seguro médico para dejar protegida a mi mamá».
Aunado al despido, también fue víctima de negligencia médica en los servicios de salud pública de Chiapas pues ya había sido desahuciada y notificada que no volvería a caminar.
Por ello y ante el deseo de vivir, optó por buscar otras opiniones médicas en el centro del país, donde fue hospitalizada y tratada.
«Estoy delicada de salud y no sé si pueda compartirlo en otro momento, pero extraño tanto mi labor, estar con los peluditos. Estar entre los árboles era parte de mi medicina, seguir con ellos, los extraño mucho», expone en su cuenta personal de Facebook.
En este difícil escenario la mujer de 38 años expone: «después de ser premiada como la mejor trabajadora con la presea Miguel Álvarez del Toro, me sentí como una botella de Pet. Fuera y a la basura».
Sin adelantar conclusiones, Anza Farrera hace público su caso para dar a conocer la situación de vulnerabilidad que padece como trabajadora de una dependencia estatal.

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