Hasta siempre, Ñoño

El ámbito de la lucha libre en Tuxtla Gutiérrez muestra su pena por el fallecimiento de un personaje icónico de los encordados, un réferi inolvidable

Texto: Óscar Aquino
Fotografía: Ariel Silva

[dropcap]U[/dropcap]n vacío se siente desde hace días en el ambiente de la lucha libre profesional de Chiapas. Desde el 29 de marzo, un personaje icónico dejó la vida en la tierra; falleció Mario Hernández, conocido en el ámbito de la lucha libre como el «ñoño», quien dedicó muchos años al oficio de ser réferi en los enfrentamientos locales.
Su nombre completo era Mario David Hernández Rojas. En su largo historial también cuenta su etapa como luchador profesional, iniciada cuando rondaba los 23 años, y finalmente como miembro de la Comisión de Box y Lucha de Tuxtla Gutiérrez, organismo que ha manifestado sus condolencias por su sensible fallecimiento.
El oficio que heredó de familia es el de tapicero. Mario tenía un negocio propio de ese rubro; dicha actividad la alternaba con su papel como juez en funciones de lucha libre. Reconocido por la sobriedad de su vestimenta en el cuadrilátero, tuvo la oportunidad de dirigir contiendas de personajes legendarios a nivel nacional e internacional.
El medio de este deporte en la capital del estado lo recuerda con gratitud. A partir de que se dio la noticia de su muerte, comenzaron las muestras de cariño y solidaridad hacia él y su familia. Por ejemplo, la Promotora Nueva Generación, en su portal de Facebook, publicó el siguiente mensaje:
«Promociones Nueva Generación, así como los luchadores, staff y todos los que conformamos esta empresa, se unen a la profunda pena por el fallecimiento del profesor, amigo y referee, Mario Hernández, más conocido como el «ñoño». Descanse en paz y pronta resignación a todos sus seres queridos».
También el portal llamado «El Pancracio chiapaneco», especializado en lucha libre local, expresó sus condolencias por medio de redes sociales.
Como esos, hay muchos mensajes de solidaridad por la muerte del «Ñoño», cuya historia de vida ha sido contada en diversos medios chiapanecos y de otras partes del país. Con ese reconocimiento le han dado el último adiós, la campana final.

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