Himno a Chiapas, 103 años convocando a la serenidad

Es autoría del poeta, periodista, político, médico y compositor José Emilio Grajales Moguel

Portavoz

[dropcap]U[/dropcap]n 8 de diciembre de 1913, durante los festejos cívicos denominados «Día Unión de Chiapas», un grupo de alumnas de la Escuela Normal de Señoritas, acompañadas por las bandas de música del Estado y del Batallón N°30 de Infantería, entonaron por primera vez El Himno a Chiapas.
Canto de unión y esperanza que convocaba a los chiapanecos a olvidar los trágicos acontecimientos que desde el año de 1911, la disputa de poderes entre San Cristóbal de Las Casas y Tuxtla Gutiérrez nubló la paz en la entidad.
Para el aquel entonces gobernador del Estado, el General Bernardo A. Z. Palafox, esta melodía significó un llamado de hermandad que 103 años después, sigue siendo entonado con fervor por todos los chiapanecos.
Fue durante la celebración de la Virgen de Guadalupe en Tuxtla Gutiérrez donde el general convocó a un concurso de composición de un Himno que no sólo representara sino que también uniera el sentimiento de los chiapanecos, para el 07 de octubre de 1998, todas las instituciones del Sistema Educativo estatal y federal, y dependencias públicas del estado estaban obligadas a entonarlo en todos los actos cívicos que celebraran.
El Himno a Chiapas es autoría del poeta, periodista, político, médico y compositor, José Emilio Grajales Moguel, y se compone de 28 versos: un coro de cuatro versos y cuatro estrofas de ocho versos cada una.
Originalmente, se conformaba de 44 versos, un coro de cuatro versos y de cinco estrofas de ocho versos pero al enviarlo al concurso, el autor le suprimió la cuarta estrofa, por lo que la quinta ocupó su lugar.

Himno del Estado de Chiapas

CORO
¡Compatriotas, que Chiapas levante
una oliva de paz inmortal,
y marchando con paso gigante
a la gloria camine triunfal! (Bis)
ESTROFA I
Cesen ya de la angustia y las penas
los momentos de triste sufrir;
que retornen las horas serenas
que prometen feliz porvenir.
Que se olvide la odiosa venganza;
que termine por siempre el rencor;
que una sea nuestra hermosa esperanza
y uno sólo también nuestro amor.
ESTROFA II
Contemplad esos campos desiertos
que antes fueron florido vergel.
Están tristes, y mudos, y yertos,
arrasados por la lucha cruel.
No la sangre fecunda la tierra,
ni al hermano es glorioso matar.
Si es horrible entre extraños la guerra,
a la patria es infame acabar.
ESTROFA III
Chiapanecos, la paz os reclama,
y el trabajo también y la unión.
Que el amor como fúlgida llama
os inflame el viril corazón.
Vuestro arrojo guardad, quizá un día
una hueste extranjera vendrá.
¿Quién entonces con gran bizarría
de la patria el honor salvará?
ESTROFA IV
Chiapanecos, unid vuestras manos
y un anhelo tened más:
de estimarnos cual nobles hermanos
sin pensar en los odios jamás.
No haya un pueblo que sea tenebroso
en la tierra que viónos nacer.
Que de Chiapas el nombre glorioso
con respeto se diga doquier.

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