Informalidad acentúa indefensin de trabajadoras del hogar

Sigue sin ratificarse el convenio 189 de la OIT que reconoce el trabajo en el hogar en la legislación mexicana y proteger los derechos de un importante sector dedicado al trabajo doméstico remunerado; falta voluntad política y cambio cultural

SEMMÉXICO

[dropcap]V[/dropcap]oluntad política y un cambio cultural son elementos indispensables para terminar con la informalidad y la violación de derechos que enfrentan diariamente más de dos millones de personas dedicadas al trabajo doméstico remunerado en México, de las cuales, el 95 por ciento son mujeres.
En los últimos 35 años las trabajadoras del hogar han tenido una participación más activa en la defensa de sus derechos laborales a través de la creación de espacios como el Colectivo de Acción Solidaria con las Empleadas Domésticas (CASED) en 1980, el Centro de Apoyo y Capacitación para Empleadas del Hogar (CACEH), hace casi 12 años, o la conformación en 2015 del Sindicato Nacional de Trabajadoras y Trabajadores del Hogar (Sinacttraho).
A pesar de ello, persiste la falta de voluntad política del Gobierno Federal para ratificar el convenio 189 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) para reconocer en la legislación los derechos de las trabajadoras del hogar.
Al mismo tiempo, la sociedad sigue demeritando este tipo de empleos, a pesar de que éste permite a otras familias desarrollarse en diversos ámbitos.
Para garantizar el cumplimiento de sus derechos, las trabajadoras del hogar han iniciado una nueva estrategia: Hablar con las propias trabajadoras y las personas empleadoras para explicar los beneficios de contar con un contrato de trabajo, situación que las ha llevado a firmar los primeros contratos de trabajo en la Ciudad de México.

Situación actual

De acuerdo a la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) para el primer trimestre de 2017, en México hay 2 millones 480 mil 466 personas ocupadas en trabajo doméstico remunerado, y el 90 por ciento son mujeres.
La encuesta señala que de las personas dedicadas a esta actividad, 99 de cada 100 laboran sin un contrato escrito y el 76.5 por ciento recibe como ingreso por su trabajo, hasta dos salarios mínimos o menos.
En cuanto a la duración de la jornada laboral, 59.5 por ciento de las mujeres ocupadas en este tipo de actividades cumplen jornadas menores a 40 horas y 38.6 por ciento trabaja 40 horas o más a la semana.

«Trabajo digno por ti, por mí y por todas mis compañeras»

Hasta el momento, 18 contratos de trabajadoras de hogar se han firmado en la Ciudad de México, explicó en entrevista Marcelina Bautista, Secretaria General del Sinacttraho.
Dijo que estos contratos son resultado de la campaña «Trabajo digno por ti, por mí y por todas mis compañeras» en la que participan organizaciones civiles como Hogar Justo Hogar y el Instituto de Liderazgo Simone de Beauvoir.
Con esta campaña, señaló, buscan llegar a 10 mil contratos de trabajo para el 20 de diciembre, fecha límite de entrega del aguinaldo.
«El objetivo es terminar con la situación irregular de las trabajadoras del hogar quienes son víctimas de violaciones a sus derechos laborales ya que no se respetan sus horas de trabajo; no tienen acceso a ningún tipo de prestaciones como seguridad social, vacaciones o aguinaldo; y en ocasiones no reciben un sueldo so pretexto de que las y los patrones les brindan habitación y comida» explicó Bautista.

El papel de las autoridades y la armonización legislativa

Pero la campaña no queda sólo en la firma de contrato, dijo, también busca exigir que el Senado ratifique el Convenio 189 de la OIT, y las autoridades federales y locales reconozcan y dignifiquen el trabajo en el hogar.
De acuerdo a la OIT, de los 17 países que han ratificado el Convenio 189, nueve se encuentran en América Latina y el Caribe: Argentina, Bolivia, Colombia, Costa Rica, Ecuador, Guyana, Nicaragua, Paraguay y Uruguay.
Este convenio establece lineamientos sobre el salario, prestaciones, seguridad social y diseño de políticas públicas en beneficio de este sector.
«En México vemos que hay resistencia a ratificar el convenio por un tema sobre todo económico, ya que si son más de 2 millones de trabajadoras del hogar, se piensa que requerían servicios de salud o guarderías, entre otras prestaciones, de manera inmediata, situación que no es así.
«Experiencias internacionales nos muestran que esto no es un proceso que se dé de golpe, sino que va lentamente y mientras tanto trabajadoras y empleadoras pagarían sus cuotas» explica Christian Aurora Mendoza, investigadora del Instituto de Liderazgo Simone de Beauvoir.
A este llamado al ejecutivo se han unido, desde hace años, diversas organizaciones e instituciones como el Conapred o el Inmujeres, e incluso en el Congreso de la Unión se han hecho más de 10 exhortos desde 2011 para que ratifique el convenio; en 2014 la senadora del PRI, Diva Gastélum, abordó el tema desde la perspectiva del sistema tributario e indicó que este debe ser atractivo para el gobierno, a fin de que no se piense que sólo es un gasto.
Pero en México además quedan otras reformas por hacerse, independientemente de la ratificación del Convenio de la OIT, que tienen que ver con las modificaciones a la Ley Federal del Trabajo y a la Ley de Seguro Social.
«La Ley Federal Trabajo establece que este grupo puede laborar 12 horas consecutivas y no 8 horas como el resto de las personas trabajadoras; además la Ley de Seguro Social establece que no se pueden inscribir al régimen obligatorio y por lo tanto no tienen derecho a servicios de salud, pero tampoco a guarderías, cuando son un grupo que tiene en promedio más de 2 hijos/as» señala la investigadora Mendoza.

Un cambio de cultura

La campaña del Sinacttraho apuesta también por un cambio de cultura que logre dignificar y hacer visible este trabajo.
Marcelina Bautista señaló que el Sindicato trabaja por una parte con las empleadas para que éstas puedan conocer sus derechos, ver la importancia del trabajo que realizan, conocer los beneficios de contar con un contrato, y de tener prestaciones, a fin de que sean ellas mismas quienes acudan ante las empleadoras para convencerlas.
«Que vean que luego las contratan para algo y como el hogar y sus dinámicas van cambiando, les van pidiendo que hagan más cosas, por más tiempo y por el mismo salario».
Por otra parte, la organización Hogar Justo Hogar y el Instituto de Liderazgo Simone de Beauvoir trabajarán también con las empleadoras a través de una campaña audiovisual que está próxima a lanzarse.
La señora Petra Leyva, una trabajadora de entrada por salida en diversas casas ubicadas en la colonia Del Valle en la Ciudad de México, habla de la necesidad de cambiar esta cultura respecto a su trabajo.
«Nos siguen viendo como si fuéramos menos, como si lo que hacemos no valiera. Pero no sólo las familias para las que trabajamos, sino también nuestras propias familias o amistades. Pero no es algo de dar vergüenza dedicarnos a esto, o al menos no debería serlo».

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