Injerencia rusa en UE sera debatida por el Parlamento

La Eurocámara abordará la cuestión el próximo miércoles en Estrasburgo

Agencias

[dropcap]E[/dropcap]l Parlamento Europeo debatirá en la tarde del miércoles de la próxima semana acerca de los efectos de la propaganda rusa en la Unión Europea. La discusión se celebrará a petición del Partido Popular Europeo bajo el título Rusia, la influencia de la propaganda en países de la UE. Dentro de la Cámara, la presencia de posturas dispares sobre el asunto puede polarizar el debate: mientras los grupos popular, socialista y liberal mantienen una posición contraria a la influencia rusa, otras fuerzas como la Izquierda Unitaria Europea de la que forma parte Podemos, o los ultras de la Europa de las Naciones donde se cobija la francesa Marine Le Pen, no comparten esa inquietud.
Los eurodiputados tratarán la cuestión en el hemiciclo de Estrasburgo, y aunque este tipo de debates no contemplan que se apruebe ninguna resolución, su mera convocatoria es indicativa de que los temores ante posibles injerencias rusas para desestabilizar el continente siguen latentes. En el horizonte aparecen fechas muy sensibles para el futuro europeo, por lo que los precedentes de intromisiones en procesos electorales desde Rusia hacen temer intentos similares. 2018 es año de elecciones en Hungría, plaza fuerte de uno de los grandes quebraderos de cabeza comunitarios, el primer ministro Viktor Orban. Y sobre todo, es año de votar en Italia, a corto plazo el flanco más débil por el que puede romperse la eurozona, con la Liga Norte y el Movimiento 5 Estrellas flirteando con la idea de volver a una moneda propia si consiguen la mayoría necesaria.
La movilización de miembros de la Eurocámara para que la UE incremente los recursos para frenar la influencia rusa ha sido una constante en los últimos tiempos. Hace mes y medio, cuatro eurodiputados españoles solicitaron por carta a la alta representante para la Política Exterior de la Unión Europea, Federica Mogherini, que utilizara todos los instrumentos a su alcance para evitar cualquier tipo de injerencia extranjera, especialmente rusa, en las elecciones catalanas. La alta representante reconoció que el problema existe y que se toma «muy en serio», y recordó que desde 2015 está en funcionamiento una unidad contra la desinformación que opera en Bruselas. La UE dedicará este año 1,1 millones a plantar batalla contra la propaganda exterior. Además, diputados y expertos de más de 20 países, gran parte de ellos del Este europeo, firmaron la denominada Declaración de Praga, que urge a Mogherini a actuar con más contundencia frente a manipulaciones externas.
Entre los Veintiocho también ha habido iniciativas individuales por parte de los Estados. El presidente francés, Emmanuel Macron, se ha embarcado en una guerra contra las noticias falsas tras anunciar la semana pasada una ley contra su propagación. Y la evidencia creciente de que las agencias de inteligencia rusas interfirieron en procesos democráticos en Reino Unido llevó a un comité del Parlamento británico a abrir una investigación. El fenómeno se ha reproducido una y otra vez con cada cita electoral de importancia para el destino del continente. Temores parecidos surgieron en las elecciones de Alemania, Francia u Holanda, donde el recuento de votos fue manual para evitar la eventual acción de los hackers rusos.

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