Minihistorias del transporte público en Tuxtla
Sandra de los Santos
Uno
En el colectivo no cabe ni un alma más. Son casi las 10:00 de la noche y es probable que esta unidad sea de las últimas en llegar a una de las colonias más pobladas de Tuxtla Gutiérrez. En teoría en un colectivo entran 16 personas más el chófer, pero en esta ciudad las combis están llenas hasta que van 20 pasajeros, pero esta noche en este transporte colectivo viajan 24 personas. Nadie se queja, ni dice nada. Al contrario los propios pasajeros piden ir parados con tal de llegar a su destino.
Dos
Cuando voy en un taxi de noche siempre voy pensando en las diversas formas en que puedo matar al chófer si él se va por otro lado o intenta hacerme algo. En algunas ideas que se me han ocurrido los dos terminamos muertos.
Tres
Antes de abordar un taxi siempre me detengo a ver al taxista y le pregunto por cuanto me lleva a mi destino, el costo es importante, pero el ritual de hacer el trato para mí tiene otro significado. Me permite ver al conductor y considerar que tan difícil sería noquearlo. Si es alto y corpulento cualquier precio que diga es caro y lo dejo ir, en cambio, si el conductor es «enclenque» me subo con mayor tranquilidad.
Cuatro
Hace unos días leía una nota sobre las recomendaciones que daba un trabajador del volante para abordar un taxi. «Que lleve su tarjetón de identificación visible». Jamás he visto uno de esos en Tuxtla Gutiérrez. ¿No se les exige?
Seis
En Tuxtla Gutiérrez hay tantos taxis piratas, que inclusive, hasta entre ellos se clonan. «Mire, mire ahí van dos taxis con el mismo número económico y son piratas» me dijo una vez un taxista atacado de la risa porque no lograba entender cómo a alguien se le ocurría clonar un taxi que era pirata. Me explicó que aquellos números económicos que rebasan los 4 mil no están regularizados. «¿Y por qué circulan?» le pregunté y se volvió a atacar de la risa.
Siete
Cuando se pusieron en marcha las unidades del «conejo bus», que supuestamente funcionarían con biodisel, era común ver en las redes sociales las fotografías de la fila de microbuses cargando en las gasolineras, era un engaño eso del biocombustible. Ahora, es imposible, ver una de esas imágenes y es porque a lo mucho hay un par de unidades circulando en la ciudad, no dan para formar una fila en ningún lado.