Los bazares en línea una forma de fomentar la economía local
Sandra de los Santos
Todos los días por la tarde frente a la catedral de San Marcos en el centro de Tuxtla Gutiérrez se encuentran varias mujeres que intercambian diferentes productos tanto usados como nuevos. No es el único punto de encuentro que tienen, también se ven en otros sitios como el parque de la marimba, el bicentenario e inclusive en las plazas comerciales.
Las redes sociales están permitiendo otras formas de comercio que un poco recuerdan los mercados de trueque prehispánicos, pero también las ventas de garaje tan populares en Estados Unidos. Solo que ahora las ofertas se hacen en línea, usando la plataforma de Facebook. Son grupos de bazares en donde se ofrecen por igual productos y servicios.
Los bazares en línea en Tuxtla –como en diferentes lados de la república porque no es un fenómeno propio de esta ciudad- funcionan como una especie de «mercado libre». Las personas suben los productos o servicios que ofertan, le ponen precio y acuerdan vía inbox del Facebook día, lugar y hora del intercambio. La mayoría ofrece productos usados, pero también hay quienes venden mercancía nueva.
Al igual que en «mercado libre» –la plataforma más popular de venta en línea- en estos bazares locales también se ponen reglas. Se amonesta a las personas que no cumplen los tratos, se puede recomendar o comentar el tipo de experiencia que se tuvo tanto como compradora o vendedora, lo cual puede favorecer o perjudicar las futuras transacciones.
La propagación de estos bazares tiene que ver con la búsqueda de recursos, la influencia de las TIC´s en todos los aspectos de nuestra vida, los nuevos hábitos de consumo, pero también está relacionado con un asunto de género.
Antes comprar cosas usadas no era algo común si me apuran estaba hasta mal visto, pero ahora, es todo lo contrario. La misma situación económica y ambiental nos obliga a replantearnos nuestra forma de comprar. «Me compré un vestido de noche casi nuevecito en 400 pesos que lo acababa de ver en una tienda en mil 900 pesos» me dijo una amiga mientras me mostraba cómo funcionaban los bazares en línea.
No me atrevería jamás a decir que esto es un golpe al capitalismo o algo así porque al final del día también se podría estar consumiendo mucho por esta vía y sin necesitarlo. Pero, sí es una forma distinta de consumir que favorece la economía local, y en particular, a mujeres que encuentran una forma de generar recursos con la venta por este medio, que además pueden combinar con otras tareas. Ojalá y al gobierno federal no se le ocurra implementar otro impuesto para este tipo de transacciones. Ese impuesto a la venta por catálogo a quien más va afectar es a la economía de las mujeres.
Los productos y servicios que se pueden encontrar en estos bazares son diversos: maquillaje, artesanías, ropa, muebles, bisutería, artículos para la cocina, la variedad es infinita. Además también se puede decir qué se está buscando y ver si alguien lo ofrece.
Aquí les dejo algunos bazares en los que pueden participar si conocen algún otro compartan: