La lucha por el reconocimiento de la mujer arabe

Una ONG catarí impulsa la inclusión femenina en el mercado laboral y la defensa de los desfavorecidos

Agencias

[dropcap]L[/dropcap]a familia es la mejor base para el desarrollo y una herramienta de inclusión de la mujer. Es uno de los mensajes que trajo este jueves a Madrid Amal Al-Mannai, presidenta ejecutiva de la Fundación de Qatar para el Trabajo Social, una ONG paraguas que apoya desde 2013 la labor de siete organizaciones en diferentes ámbitos: personas con discapacidad, ancianidad, familias, juventud, emprendimiento, violencia contra las mujeres y los niños y orfandad.
«La base de cualquier desarrollo es la cohesión familiar», aseguró en un acto en la Casa Árabe, en el que estuvo acompañada del responsable de la Dirección General de Cooperación Internacional del Ministerio catarí de Exteriores, Tariq Al-Ansari. Al-Mannai explicó que su fundación apuesta por los partenariados y trabaja a favor del empoderamiento y de la plasmación en la legislación nacional de los convenios internacionales firmados por el emirato. «Cuando hay un espacio que permite el trabajo social, hay espacio para el desarrollo», añade.
En un almuerzo previo con una veintena de mujeres profesionales de diversos sectores, entre ellas la Fiscal General para la Violencia de género, Pilar Martín-Nájera, Al Mannai aseguró que «está claro» que en su país «a la mujer hay que activarla». «Son ellas las que tienen que querer desempeñar un papel fundamental en la sociedad», añadió. Lo que pretende con su organización es dar un impulso en este sentido.
La Fundación, que tiene carácter consultivo en el Consejo Económico y Social de la ONU, ayuda a las mujeres a elegir «una buena pareja», señala Al Mannai. O les aconseja cuando tienen problemas con sus esposos para que lo afronten de la mejor manera posible y dentro de casa. La convivencia, cuando se ve afectada por la violencia machista —»fundamentalmente por el consumo de drogas y alcohol», dice— se hace muy dura. «Los problemas a los que se enfrentan las mujeres son iguales en todo el mundo», se lamenta, consciente de lo tradicional que puede sonar su discurso en España.
Esta economista de formación (tras ejercer dos años como profesora se fue al sector del trabajo social para «estar cerca de las personas») cree firmemente que la mujer debe tener su propia autonomía y no depender exclusivamente de un padre, un esposo o un hermano. Por eso, su fundación enseña «un oficio para que se mantengan ocupadas el mayor tiempo posible y de esta forma puedan montar un negocio y tener sus ingresos». Así se van haciendo, poco a poco, más independientes de los hombres.
Al Mannai, que dará este viernes una charla en el Instituto Elcano, considera que la prevención de todo machismo está en la educación. En Qatar, y en otros países de la zona, una niña no puede dejar el colegio o casarse hasta que alcance la mayoría de edad con 18 años. «Hay muchos países que son avanzados, como Emiratos Árabes Unidos o Bahréin, pero al final la imagen que llega al exterior es siempre la de Arabia Saudí», se queja antes de matizar inmediatamente: «Es que es mucho más grande».

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