Mariano Gmez, el tzeltal que llev internet mas alla de la marginacin

El joven de 23 años gana premio global de la Internet Society; no podrá recibirlo: EU le niega visa

Portavoz / Staff

[dropcap]S[/dropcap]er escogido entre todos los jóvenes del mundo por una organización global como Internet Society (ISOC) es un éxito que no se repite todos los días. Sin embargo, el talento de Mariano Gómez fue menospreciado durante el trámite de la visa; se la denegaron y ahora no podrá acudir a Estados Unidos para recibir su reconocimiento.
El tzeltal de 23 años fue elegido por el organismo debido a que hizo llegar el Internet a su comunidad, Abasolo —ubicada en el municipio de Ocosingo—, que sufre marginación.
Tenía la intención de viajar a Estados Unidos así que comenzó los trámites pero le indicaron que no aplicaba por razones que, él considera, conforman un evidente acto de discriminación.
Gómez, quien pertenece al colectivo Ik» ta K»op, efectuó la instalación de una red inalámbrica de Internet e Intranet que permitió la conductividad y el acceso a la información a su localidad indígena, la cual no posee servicio de telefonía ni radio.
Según datos de SinEmbargo, Internet Society decidió premiar su esfuerzo debido a que el joven no ha tenido una formación técnica formal, y por ser uno de los fundadores del colectivo Ikta K»op que tiene como objetivo extender la iniciativa en Abasolo.

Lápiz y papel

Al no conseguir la visa, Gómez redactó una carta donde describe cómo fue el proceso de su nominación y cómo se truncaron sus ilusiones de asistir al evento del próximo 19 de septiembre, en el que recibiría su reconociendo y estaría en contacto tanto con los otros jóvenes creadores como con la organización para compartir sus experiencias.
El joven puntualiza que fue nominado para ser parte de los «25 menores de 25» del ISOPC por Nicolás Altermundi, un argentino amigo de su comunidad. Fue con él que compartió su «pequeña experiencia» de llevar Internet a las comunidades indígenas donde los operadores tradicionales no llegan, «esto con un modelo económico y social que tiene principios de la vida comunitaria de los pueblos».
Con trabajo en equipo, él y su colectivo pusieron en marcha el desarrollo de un servicio de Intranet comunitario sobre la red de Wifi en el que se comparten contenidos educativos, video, audio, archivos, Wikipedia y software.
Gómez explica que los integrantes de su equipo no son informáticos o técnicos; sino que comenzaron con el proyecto a raíz de que un profesor de su pueblo, llamado Luis Ramón Alvarado, alentó la necesidad entre los estudiantes de estar conectados a la Internet; luego pudieron hacer cosas tan sencillas como crear un correo electrónico o navegar por páginas web.
Desde que la organización le notificó que había sido seleccionado, Mariano comenzó los trámites para la visa. El día de la cita, la entrevista en la Ciudad de México duró sólo cinco minutos, y la respuesta fue negativa. «Disculpe, no aplica a la visa, el motivo se le explica en el siguiente papel», le explicaron.
Ante esta respuesta, acudió a Redes por la Diversidad, Equidad y Sustentabilidad, asociación civil (Redes A.C.), la misma que le ayudó a pagar los 160 dólares que le requería el consulado como pago por el trámite.
«Me molestó (agredió o hizo sentir ofendido, tú decides que palabra poner) e indignó fue que para llegar a esa cita realicé un viaje de 16 horas por camión para llegar a la capital de mi país. Para ello tuve que viajar un día antes de la cita y el primer día caminé por la ciudad y llegué a las oficinas en la cual sólo tardé 10 minutos para la toma de foto y huellas digitales. Posterior a eso tuve que esperar otro día para realizar la entrevista y después de ser notificado que no aplicaba a la visa, teniendo que tomar el camión de regreso a casa», enfatizó en su carta.
La explicación enumera una lista de razones desatinadas: «En primera, no lograron identificar la dirección de mi casa, esto debido a que vivo en una comunidad indígena en la cual las calles no tienen nombres; la segunda: no tengo cuentas bancarias con mucho dinero que demuestren que tengo un estatus económico alto, lo cual en ese modelo de mundo, «el que no tiene dinero no vale», y el tercero: soy un joven de una comunidad marginada, del cual mi región es considerada como una de los puntos donde más migrantes viajan a los Estados Unidos de manera ilegal (en donde muchos mueren en el intento). Incluso cuando fue la entrevista me preguntaron si hablaba dos lenguas. Con orgullo respondí que sí, que mi lengua materna es el tzeltal, descendiente de la lengua maya y la segunda el español».
El motivo de su carta es divulgar el escenario de «miles de hermanos indígenas o no indígenas que pasan por lo mismo». Está consciente de que su experiencia «es el reflejo de una sociedad con estereotipos en la cual ser parte de un pueblo indígena es considerado como alguien inferior, en la cual no tener una cuenta bancaria y grandes recursos económicos es el sinónimo de nada. El racismo es claramente visible, la sociedad clasificada por el color de piel, lengua, religión y estatus económico para definir un modelo de mundo. Más en estos tiempos que piensan dividirnos entre muros».
No obstante, gracias a la herramienta del Internet ha logrado exponer lo que siente, defender su territorio, comunicarse y relacionarse con el mundo exterior.
Por último, pide en su carta que el dinero que iba a ser invertido para su traslado, estancia y comida, sea donado para su Colectivo Ik» ta K»op y obtener un servidor apropiado para el Intrabach porque en la actualidad trabajan en equipos viejos ensamblados.
«En realidad el logro que he tenido no es sólo mío sino de una gran familia de hermanos que hemos hecho, en las que involucra a nuestro colectivo, las comunidades que solicitan el servicio y a todas las organizaciones hermanas que han confiado y apoyado nuestra iniciativa», finaliza.

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