Nadia Vera, a dos años de su irreparable perdida

El artista chiapaneco Enrique Díaz se ha caracterizado por sus trabajos con compromiso social y hace un año realizó dos obras para inmortalizar a la activista chiapaneca que fue asesinada junto a cuatro personas más en la Ciudad de México

Elizabeth Marina / Portavoz

[dropcap]E[/dropcap]l 31 de julio de 2015, el cuerpo de la activista chiapaneca Nadia Vera Pérez fue encontrado en su departamento de la Ciudad de México con una herida en la cabeza, ocasionada por el disparo de un arma calibre 9 milímetros.
A dos años de aquella trágica noticia, el asesinato de la joven chiapaneca, así como del fotoperiodista Rubén Espinosa Becerril, Mile Virginia Martín, Yesenia Quiroz Alfaro y Olivia Alejandra Negrete Avilés, sigue impune; persisten las inconsistencias en el proceso penal y no hay sentencias.
Debido a las actividades políticas y periodísticas de dos de las víctimas: Nadia Vera y Rubén Espinosa, la noticia del crimen fue ampliamente conocida y en distintos estados se hicieron homenajes en memoria no sólo de ellos sino también de Mile Virginia, Yesenia y Olivia Alejandra. Hoy las familias y amistades siguen exigiendo que se haga justicia.

Nadia Vera, inmortalizada en el arte de Enrique Díaz

El artista chiapaneco Enrique Díaz se ha caracterizado por sus trabajos con compromiso social y hace un año realizó dos obras para inmortalizar a la activista chiapaneca asesinada en un departamento de la colonia Narvarte.
A través de la impresión de un zapato plasmada en cartón, el artista plástico pintó el rostro Nadia Vera como signo de la huella imborrable que a su paso dejó y en el que también plasmó parte del poema «Balada para una niña citadina», que escribió su madre, la poeta chiapaneca Mirtha Luz Pérez Robledo.
«El legado de luchadora social y activista fue mi inspiración. Recordar que no debemos dejar de exigir justicia, que no debemos olvidar las causas sociales, que no debemos dejar callar la voz de aquellos que luchan por una mejor sociedad», señaló el artista respecto a su inspiración.
El rostro de Nadia también fue plasmado sobre un paliacate rojo, símbolo de la clase marginada, de lucha y resistencia.
«Mi voz se vuelve la voz de una sociedad, son mensajes de conciencia, amor y reconciliación», dijo el creador.

FRASE
«El legado de luchadora social y activista fue mi inspiración. Recordar que no debemos dejar de exigir justicia, que no debemos olvidar las causas sociales, que no debemos dejar callar la voz de aquellos que luchan por una mejor sociedad» Enrique Díaz

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