El manuscrito hallado verde / Rodrigo Ramn Aquino

Hace tiempo tomé un taller de cuento con el escritor Héctor Cortés Mandujano. Entre otras cosas, me familiaricé un poco con estructuras narrativas y recursos literarios. Respecto a la forma de presentar historias conocí, por citar algunos ejemplos, las técnicas El Iceberg (cuyo padre es Ernest Hemingway), Cajas Chinas (una historia dentro de otra historia) o la del Manuscrito Hallado (la presunta existencia de un documento que le da verosimilitud a las acciones).
Y aunque hablamos de literatura, muchas veces la realidad suele adquirir estas formas. Pongamos un ejemplo real de manuscrito hallado. Y este sin duda puede ser la presunta existencia de una encuesta de posicionamiento político, recientemente mandada a hacer por el que, en teoría, manda en el estado.
En ella, por ejemplo, se confirma que Roberto Albores Gleason es el mejor posicionado de los priistas y por mucho. Prácticamente es el candidato natural e idóneo para ese partido si es que en verdad busca regresar al poder (en ese escenario, Willy Ochoa se encaminaría a la senaduría). En este escenario, por tanto, no cabe repetir alianza gubernamental en 2018 con el PVEM (que se convertiría en automático en su principal rival).
Si el PRI va a ir solo, el PVEM hará uso, evidentemente, del Partido Mover a Chiapas, Chiapas Unido, Nueva Alianza y hasta del PRD, reduciendo por mucho las posibilidades de competencia real de los candidatos de oposición o por la vía independiente.
Quién será el candidato que encabece la gran alianza verde. Hasta hace poco había para elegir entre tres: Luis Armando Melgar Bravo, Fernando Castellanos Cal y Mayor y Eduardo Ramírez Aguilar. Ahora hay un cuarto en discordia: Emilio Salazar Farías, quien hará uso de todos sus recursos para intentar alcanzar a los tres primeros en los dos años que faltan para la definición.
Si esa encuesta existe, y parece que existe dadas las sorpresas y los cambios paulatinos de dinámicas de los aludidos, tendremos una recargada agenda de los verdes, principalmente de Fernando Castellanos y Luis Armando Melgar. Le cuento porqué.
Esta encuesta, a la que nos hemos referido como el manuscrito hallado, muestra que a quien más conocen los chiapanecos de los candidateables verdes es al presidente municipal de Tuxtla Gutiérrez (aunque con más negativos que los otros), le siguen el presidente del Congreso, el senador de la República y, sin haber hecho prácticamente nada por aparecer, el diputado federal (de ahí su interés de ver hasta dónde puede llegar, ya haciendo).
Se antoja que con este reciente corte, se le deje caminar más y con apoyo al proyecto más empático para el gobernador y ese es Castellanos. Se le deje caminar a Melgar, que es el proyecto que más le conviene al gobernador en términos de relación con el centro del país y los capitales, y se le deje caminar a Emilio para que, solito y sus recursos, se convierta eventualmente en opción, si llegase a ser necesaria.
¿Y ERA? Bueno, la foto en San Cristóbal de Las Casas nos hace suponer que se descarta su salida del partido en el que es, además, dirigente estatal. Se descarta romper con el proyecto de su amigo el gobernador y se entiende que será institucional. De lo contrario, su salida sería un duro golpe al proyecto sucesorio oficial, pues incluso podría desfondar al Verde.
Si Melgar representa las importantes alianzas, si Castellanos representa la empatía personal, si Emilio la construcción de otra opción, Ramírez representa, sin duda, la estructura del partido (esa que sólo se logra recorriendo el estado y sumando lealtades). Puede que al interior muchos no lo quieran, pero hay algo indiscutible, lo necesitan.
Esta es, pues, la fotografía del momento.

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