¿Que pas en Nochixtlan? No se sabe; autoridades se contradicen

Foto: Jesús Cruz / Proceso

A dos meses de los hechos violentos en Oaxaca, el gobierno federal no ha podido señalar quienes son los responsables, mientras tanto sostienen una línea de investigación sin que se presenten pruebas que la sustenten

Redacción

[dropcap]A[/dropcap] dos meses de los hechos, las dudas continúan y el gobierno federal no ha sido capaz de explicar qué ocurrió el 19 de junio pasado, ocho personas murieron y cien más resultaron heridas durante un operativo de desalojo en la autopista federal que cruza el pueblo de Nochixtlán, Oaxaca.
La Procuraduría General de la República (PGR) abrió 32 carpetas de investigación, sin que hasta el momento se tengan resultados que permitan conocer a los responsables de las muertes.
De acuerdo a la PGR, seis de las víctimas del operativo en Nochixtlán (una séptima murió en Hacienda Blanca y la octava presuntamente falleció por un cohetón que explotó cuando lo manipulaba) murieron por impactos de bala en el cuerpo.
Pese a que las autopsias a las personas fallecidas se realizaron en las horas siguientes, no se ha informado hasta el momento si los disparos provinieron de las armas utilizadas por los policías estatales, federales y oficiales de gendarmería que participaron en el despliegue.
Lo que se sabe es el calibre, ya que la PGR dijo contar con todas las armas que portaban las corporaciones policiales, pero aún no se determina con cuales se les disparó a las víctimas.
El subprocurador de la PGR, Gilberto Higuera, dijo en entrevista radiofónica que los policías que participaron en el operativo portaban pistolas 9 milímetros y fusiles .223, calibres que coinciden con los que terminaron con la vida de dos personas.
«Tenemos los datos y armas completas y no nos costará problema, criminalísticamente hablando, determinar si de las armas de los miembros participantes salieron los proyectiles», dijo Higuera.
Señaló que iba una patrulla con seis policías frente del contingente de 850 elementos de las tres corporaciones que participaron en el operativo estatales, que portaban armas, cinco de ellas largas y seis cortas que coinciden con los calibres 9 milímetros y .223 milímetros con los que fallecieron las víctimas.
La PGR mantiene la hipótesis de que civiles de grupos ajenos a los manifestantes dispararon contra los policías, a pesar de no presentar evidencias que sustente esta línea de investigación
Entre los datos que la PGR ha integrado a la investigación están los informes sobre la actuación de la Policía Federal, la Gendarmería y la Policía Estatal, pero sus versiones parecen contradecirse entre sí.
Animal Político publicó el pasado 1 de agosto, los reportes que rindió la Policía Federal y la Gendarmería; hoy presentamos la versión de la Policía Estatal de Oaxaca.
De acuerdo con el reporte que rindió, el 20 de junio pasado, el director de División de las fuerzas estatales de Oaxaca, Juan Peralta, ellos se enteraron que encabezarían el operativo de desalojo hasta que llegaron al punto donde se encontraba la Policía Federal.

Policías sólo iban de apoyo

El subprocurador de Control Regional y Procesos Penales y Amparo de la PRG, Gilberto Higuera Bernal, aseguró que el operativo «no fue determinado unilateralmente o uniinstitucionalmente. Fue acordado y decidido por las tres corporaciones policiales en el ámbito estatal» durante reunión el pasado 11 de agosto, entre la procuradora Arely Gómez y su equipo con la comisión especial de senadores y diputados que da seguimiento al caso.
De acuerdo a la tarjeta informativa policial con número 28, la corporación se enteró de su rol en el desalojo justo cuando llegaron en apoyo de la Policía Federal.
El director de División de las fuerzas estatales, Juan Peralta, relata que cuando sus 400 elementos arribaron al destacamento de la Policía Federal, el encargado del operativo, Carlos Guerrero, Suboficial de la corporación, le informó en ese momento que la policía estatal «iría en (la) primera línea del operativo».
«La orden que yo tenía era de ir en apoyo al operativo de la policía federal, por lo que consulté de inmediato por radio al Comisionado de la policía estatal, quien me indicó que acatara la orden recibida, ya que la Policía Federal tenía a cargo el operativo», declaró.
Según un oficio dirigido al Comisionado de la Policía estatal, Froylán Carlos Cruz. Los elementos partieron hacia el bloqueo de Nochixtlán a las 6:40 de la mañana. «Al frente del convoy iba la policía estatal, seguido de la Agencia Estatal de Investigaciones y por último la Policía Federal, arribando a las 7:50 horas».
A las 7:50 llegaron al cruce de la carretera federal y la súper carretera Cuacnopalan-Oaxaca, 800 metros antes del bloqueo.
Peralta relata que el avance comenzó a las 8 de la mañana, dijo, que la policía estatal al frente del operativo se encontró con «una barricada de aproximadamente 10 tracto camiones que obstruían el paso… escuchando en ese momento y observando que empezaron a lanzar cohetones hacía arriba y momentos después se escuchó el replicar de las campanas de la población».
Según el informe, cuando los policías estatales estaban a 50 metros de distancia de «300 manifestantes», detectaron que estos estaban armados con palos, piedras y cohetones y algunos tenían el rostro cubierto. «Observamos en las lomas a personas cubiertas del rostro que se escondían detrás de algunos matorrales y algunas casas y se movían constantemente de lugar, afirmó.
La policía estatal refiere que hubo disparos poco después de las 9:15 de la mañana. Para «dispersar y desalentar la actitud violenta de las personas», los policías lanzaron gases lacrimógenos, provocando que los manifestantes se replegaran a los límites del panteón municipal, escuchando, de acuerdo a su versión, detonaciones de armas de fuego que provenían de los manifestantes que se encontraban en el panteón.
La Policía Estatal detalla que mientras escuchaban detonaciones de arma se acercaron al panteón, donde había aproximadamente 15 manifestantes que golpearon a un policía, uno de ellos portaba un machete y otros presuntamente lanzaban bombas molotov y piedras.
Por ello, argumentaron, que «ante la presencia de los delitos en flagrancia, se procedió a la detención de esas personas», sin embargo, dos días después del operativo fueron liberados por falta de pruebas. De hecho, según los testimonios de pobladores, los detenidos estaban en el panteón cavando la tumba de un hombre fallecido un día antes.
En ese momento, describe el reporte de la Policía Estatal, escucharon nuevamente detonaciones de armas de fuego, por lo que temiendo por sus vidas, empezaron «a retroceder hacia el primer punto de contacto».
En grabaciones realizadas por turistas que se encontraban en la zona obtenidas por Animal Político se observan acciones distintas a las contenidas en los reportes policiacos. De hecho, a las 8:45 de la mañana, el número de manifestantes parece menor a los más de mil 500 que relatan los policías y la mayoría sólo portaba palos y piedras.
De acuerdo con los videos, a las 8:57 horas, los policías rebasan un tráiler que transportaba pollos vivos y que en ese momento estaba incendiado y servía como barricada para la población. A las 9:09 horas, policías se ubican a un costado de la refriega, del lado del panteón.
En el video se observan ráfagas, que parecen ser detonaciones de armas de fuego, hecho que hace que la gente se repliegue y corra hacia el pueblo. Hasta ahí, los policías dominaban la situación y continuaban avanzando.
Según las actas de defunción, el primer fallecido fue Óscar Luna y murió a las 9:30 de la mañana, a unos metros del panteón a un costado de la refriega. El siguiente ocurrió a entre 9:30 y 10 horas, en la parte trasera de la manifestación, es decir, lejos de la confrontación directa. Los cuatro decesos siguientes ocurrieron entre las 11 y 11:30, según los documentos oficiales.
A dos meses del operativo de Nochixtlán lo único claro es que no hay castigo para los responsables de la muerte de ocho personas. Los encargados de las investigaciones no han resuelto los crímenes, en tanto las corporaciones que tuvieron participación en estos hechos se deslindan con contradicciones.

(Con información de Animal Político)

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