Periodistas en la mira / Francisco Gmez Maza

Por andar de metiches

Muchos han sido eliminados por metiches; por andar entre las patas de los caballos. Fueron asesinados por gatilleros de poderosos, hijos del Leviatán, que no soportan que les restrieguen en la cara sus verdades, sus injusticias, sus robos, sus negocios sucios, sus violaciones.
Muchos han sido asesinados desde cuando enterramos a Manuel Buendía Tellezjirón, asesinado por servidores del narco, por narco políticos, o desde cuando fue asesinado el Gato Félix, reporterazo policiaco de Zeta, aquel semanario que fundó en Tijuana y que imprimía en San Diego, porque era más barato y más seguro, el queridísimo Chucho Blancornelas.
Muchos periodistas – todavía puedes ser tú Francisco Gómez Maza, o tú Francisco Rodríguez – han sido borrados de la faz de la tierra. Y en Veracruz, el más reciente asesinado por manos diabólicas, que fueron a matarlo en Oaxaca, fue Armando Saldaña Morales, reportero de la radio Ke Buena, atrevido denunciador de «chupaductos», que ya no se sabe si son de la delincuencia organizada, o de la delincuencia institucionalizada.
Ésta de los asesinatos de periodistas es una historia de nunca acabar en este México narcotizado. Una muerte sin fin, como la descrita por mi cuasipaisano, el tabasqueño Pepe Gorostieta.
Cómo será de dramática la situación por la que viene atravesando el periodista en México, pero desde endenantes, que ya somos piedra de escándalo en el mundo occidental. Hasta el embajador de Barack Obama, Anthony Wayne, está escandalizado porque él, siendo reportero, nunca pensó que un periodista podía estar en la mira de personajes siniestros de la criminalidad organizada, y de la institucionalizada. Y ha advertido que debe ponerse más atención y mayor protección a los periodistas, ante el alto índice de asesinatos e impunidad que prevalece en nuestro país. Eso es terrible. La Impunidad. No hay castigo para quienes agreden, torturan, golpean, matan. Y los crímenes se replican, porque no hay castigo. Digo yo.
Qué lo diga un extranjero y más el representante del presidente de la nación más poderosa del planeta es digno de tomarse en cuenta; debería de darle vergüenza a las autoridades encabezadas por el presidente de la república, aunque Wayne no está descubriendo el agua tibia cuando asegura que «los niveles de impunidad se mantienen alarmantemente altos, y aún no hemos visto una sentencia exitosa a nivel federal para crímenes contra periodistas».
El embajador comentó que las sociedades abiertas – ojo, Peña Nieto quiere un gobierno abierto – «deben asegurar que los responsables de los ataques y los actos de intimidación contra la prensa sean llevados ante la justicia, porque la impunidad es un incentivo para más ataques, y también conlleva a la autocensura. Ésta puede silenciar una sociedad tanto como los actos de violencia».
Y es que Wayne está asustado porque desde su llegada a México, en 2011, docenas de periodistas han perdido la vida asesinados, al estar haciendo su trabajo.
La situación de los periodistas en México recibió una tercera crítica internacional en menos de dos meses. En esta ocasión, el reclamo provino de la organización Freedom House, que en su más reciente reporte lo ubica como un país sin libertad de prensa. Otras dos agrupaciones civiles, Artículo 19 y el Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ), publican informes con conclusiones similares.
De 197 países evaluados por Freedom House, México se encuentra en el lugar 132 en libertad de prensa, una situación que la organización atribuye a que los contextos político, económico y legal son adversos para los periodistas. México es una de las 66 naciones sin medios libres (el 33% del total evaluado).
Según la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), poco más de 80 periodistas han sido asesinados, entre 2000 y 2013.
Es gravísima la situación: México reprueba en perseguir y castigar los crímenes contra la prensa, al ubicarse como el séptimo país con mayor impunidad en ese rubro, sólo debajo de naciones con conflictos armados como Iraq y Siria, según la más reciente evaluación del Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ, por sus siglas en inglés).
Con esto, México se mantiene en la misma posición que tenía en 2013 en el Índice Global de Impunidad del CPJ, luego de que sus autoridades no tomaran acciones suficientes para resolver los crímenes contra comunicadores, señala la organización con sede en Nueva York.
Pero qué queríamos por un tostón. A quién le importa la vida en este país. Como en Guanajuato, la vida no vale nada.

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