Poder Legislativo se «viste» de arte

Artistas chiapanecos de la Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas vistieron de color los pasillos del Congreso del Estado. A través de dos murales, los creadores plasmaron con habilidad artística motivos de la historia y las costumbres del país y del estado

Elizabeth Marina / Portavoz

[dropcap]A[/dropcap]l tomar como punto de partida el centenario de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y de las expresiones multiculturales del estado de Chiapas, estudiantes de la licenciatura en Artes Visuales de la Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas (Unicach) incorporaron el arte como elemento constitutivo del Congreso del Estado.
Los elementos visuales representan la idiosincrasia y creatividad de los artistas, quienes con el apoyo de Ninfa Torres Lagunes y Robie Espinoza Gutiérrez, docentes de la institución, lograron un convenio para que a través de imágenes recrearan la lucha de México y las tradiciones que caracterizan a las y los chiapanecos.
Esta iniciativa es un primer acercamiento a la recuperación de los espacios públicos y las artes en Tuxtla Gutiérrez.
En entrevista para Portavoz, el artista plástico y docente de esta universidad, Robie Espinoza Gutiérrez, explica el trasfondo de los murales que hoy visten de color al Congreso del Estado.

Los esfuerzos

La gráfica expandida se realizó por espacio de tres meses con la colaboración de 29 personas; en su mayoría, jóvenes estudiantes de la Unicach y algunos egresados de la misma institución.
Previamente, estos artistas hicieron un ejercicio de debate para determinar la narrativa visual y el mensaje que el mural reflejaría, propuestas a nivel técnico e iconográfico que con el apoyo económico del Congreso, hoy están a la vista de todas y todos los ciudadanos que visitan el recinto.
Los murales tuvieron una inversión aproximada a los 60 mil pesos, a fin de brindar un aporte estético al edificio, cuyas paredes blancas se habían adherido al desértico ambiente del centro.
Robie Espinoza asegura que gracias al esfuerzo de las y los estudiantes, el arte se está adhiriendo a la ciudad; una ciudad desértica, sin acervo cultural.
«Tuvimos la fortuna de entrar al centro del poder en donde se concentra el poder político y en ese sentido era importante que el espacio se habitara visualmente» expresó.
La apertura de este pabellón se hizo con miras a que, en un futuro, se convierta en un espacio completamente invadido por las artes y aunque la universidad fue la puerta que se abrió para que los jóvenes en Chiapas puedan usar este espacio público, el también artista plástico señala que aún hay apatía en el medio político hacia este tipo de manifestaciones.
Aunque los murales no están tan apegados a la crítica social sí incluyen momentos concretos de la historia de México y el estado; además, conserva elementos simbólicos como el billete de cien pesos de los 80″s que fusionado con el Street art ofrece un viaje en el tiempo a quienes visualizan las imágenes.
«Por un lado se pretende armonizar y por el otro lado hacer que los chiapanecos, las chiapanecas y quienes visiten esta sede admiren esta relevancia cultural y analicen su entorno».

Van por más espacios

Aunque el inmueble ha sido el primero en pintarse, se espera que a través de la pintura, muchos edificios más empiecen a destacar, principalmente en el centro de la ciudad.
De acuerdo con Robie Espinoza, el objetivo es que otras dependencias se contagien y que el arte que llegue a los espacios públicos no sólo desde la universidad sino que también se incluyan a colectivos y artistas independientes que desean expresarse a través de la pintura y los murales.
«Se van perfilando para que otras generaciones empiecen a apropiarse de los espacios; el arte tiene que estar en cada esquina, parque y edificio; y desde luego, el edificio más importante de un estado».
En este sentido destacó que Chiapas vivía en un periodo austero que a partir de las secuelas de la tragedia que dejo el pasado desastre natural promete abrir los ojos y exigir un mejor futuro; el arte dijo, es el arma contra la desigualdad y la mejor forma para expresar los sentimientos del pueblo.
«En algún momento esto tiene que estar habitado de arte, todo el centro tiene que estarlo porque si no se convierte en un círculo vicioso destructivo. Los edificios coloridos se contagian; lo abandonados también», finalizó.

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