Poligrafo Politico / Darinel Zacarias

¡Qué! ¿El apaga fuegos?

«Probablemente en su pueblo se les recordará, como cachorros de buenas personas, que hurtaban flores para regalar a su mamá y daban de comer a las palomas» Joaquín Sabina

La adulación la hizo la Auditoria Superior del Estado (ASE), como Institución dotada de autonomía técnica y de gestión, orientada a revisar y fiscalizar la cuenta pública del estado y los municipios.
Este órgano fue quién halagó al municipio de Cacahoatán. Destacó su responsabilidad en el manejo de los recursos públicos.
Y dentro del ranking, Cacahoatán figura entre los cinco municipios ejemplares. Eso prendió el cólera para muchos.
Para nadie es novedad, que más allá de filias o fobias, Carlos Enrique Álvarez Morales, mostró su vasta experiencia como servidor público.
Tres años, le han servido para mostrar su hechura. Diestro en la administración pública. Los resultados están, ante los ojos del escrutinio público.
Cosa distante a otras aldeas, donde las cosas están cerrando muy mal y precisamente, allí, el progreso fue el gran ausente.
Cacahoatán se ha dado el lujo de cerrar con cero deudas, obras de impacto en algunas comunidades y entregar una administración saneada, completamente.
Pero, los carniceros han fraguado una inestabilidad en la Villa de las Hortensias. Son los mismos de siempre, sí, ellos. Los que sienten ya la responsabilidad que deberán asumir, la lápida que les va tocar cargar y que saben es de grandes dimensiones.
Los dos últimos actos de supuesta insurrección suscitados en Cacahoatán, tienen nombre y apellido. El objetivo es único: tratar de mancillar el trabajo de Carlos Enrique.
Julio César Calderón Sen el edil electo, debe sacudirse de su círculo cercano este tipo de asesores maquiavélicos. Con esos bueyes en su carreta, difícilmente podrá arar en el camino de la gobernabilidad.
Está a tiempo de reivindicar su política. Si el hartazgo, según sus corifeos lo llevaron al triunfo, debe entender que no hay cabida para los mismos lobos disfrazados de corderos.
El reciclaje debe ser cosa ya de las viejas prácticas. Sin embargo, sus múltiples compromisos y los infiernos que se han creado ante el arribo de su gobierno, parece que han creado fuego amigo, en lo que él llama, su war room.
Un consejo sano es, no dejarse embelesar por quienes piensan en venganzas y revanchismos. En sus manos está, marcar un antes y un después.
Que ese estribillo de ¡Elección hipotecada! no trascienda más. Que sólo sea un presagio. Un ave de mal agüero.
Nadie gana nada creando escenarios de encono. Alebrestando a la comuna. No, no creo que Julio Sen, cambie su etiqueta de célebre «Halcón», por el mote de ¡Apaga fuego!
Por el contrario, el exhortó al nuevo inquilino es reforzar los trabajos, sumar ideas, crear proyectos, mantener a Cacahoatán en el desarrollo y la gobernabilidad.
No debe ser rehén ni prestarse a vilezas. Para nadie es novedad que este jueves un diminuto grupo de jenízaros fraguó la función de hoy, en el traspatio del extesorero Ervin Orellana.
La vísceras y la mala leche no le van ayudar en nada para conseguir sus deseos como gobernante.
Que no se olvide de ese adagio que dice ¡Los carniceros de hoy, serán las reses del mañana!
Julio, no te enganches. Como dijo Sabina ¡Que no te vendan amor sin espinas!
¿Quién dijo que tengo sed?

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