Poligrafo Politico / Darinel Zacarias

¡La urgencia de un Interlocutor!

«El día del juicio final puede que Dios sea mi abogado de oficio» Joaquín Sabina

El tema del Ejercito Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) tiene muchas aristas y es caldo de cultivo fértil para los ministros de la crítica y la argumentación. El caso es que quién aparece en los reflectores es Eduardo Ramírez Aguilar y pide que el tema a toda costa, se evite su polarización.
El Senador por Chiapas, instó a que se debe apostar a la sensibilidad y a la unidad en beneficio de la paz social y es necesario apostarle al diálogo y la concertación. Más allá de cualquier interés.
En este sentido, el senador por Chiapas señaló que las recientes discrepancias que se han suscitado sobre este tema, no debe ser motivo de una ruptura, sino por el contrario, buscar los
El motejado en la jerga política como el «Jaguar Negro» se pronunció en la urgencia de construir los canales necesarios para los acuerdos en donde se establezca el respeto de la autonomía que ha tenido el zapatismo en estos 25 años.
Su tarea es, a la voz de ya, solicitar ante el pleno del Senado de la República se comisione un canal de interlocución que permita brindar la atención y gestiones necesarias con el llamado movimiento zapatista en Chiapas.
En su misiva externó Eduardo Ramírez «Vivimos en un marco democrático de libertad de expresión donde se respeta y se debe seguir respetando la autonomía del denominado Ejército Zapatista de Liberación Nacional (…) La democracia republicana, ponderada desde el Senado, lleva a procurar la armonía y la paz social, vigilando el pacto federal para que los mejores proyectos puedan ejecutarse, con el pleno respeto de todas las comunidades coexistentes en el territorio nacional».
La historia del ejército Zapatista de Liberación Nacional marcó un parteaguas en la defensa de los pueblos originarios de México, toda vez que fue el movimiento que salió en custodia por el reconocimiento de los derechos de los pueblos indígenas.
Y es que en su aniversario 25, los voceros del EZLN resurgieron con la bandera de negarse al régimen del novel gobierno obradorista.
Aparece a cuadro con una ideología de resistencia, es decir divorciada de Andrés Manuel López Obrador. Y le dice no, con un guiño de intransigencia.
Desde su apabullante triunfo y arribo al gobierno de México, AMLO recibió el aplauso de los líderes del mundo hasta del acre de Donald Trump.
Los candidatos que derrotó, los sindicalistas, el clan de los intelectuales y hasta de los empresarios encabezados por Slim. Mandaron fanfarreas al nuevo Mesías de la izquierda.
Sin embargo, la herida no ha cicatrizado con el movimiento indígena en Chiapas. Y ni 30 millones de votos han lograda aliviar esa discordancia con el líder de la izquierda en México.
La epístola de los zapatista fue certera y un texto a la letra decía «Podrán cambiar de capataz, los mayordomos y caporales, pero el finquero sigue siendo el mismo».
Y aunque ya hubo un intento de interlocutor, sí el clérigo de Alejandro Solalinde, mismo que desairó el EZLN.
Lo cierto es que, quién desee aventarse el paquete de esa envergadura, deberá gozar de honorabilidad y sensatez para sosegar la animadversión del zapatismo al nuevo gobierno

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