Poligrafo Politico / Darinel Zacarias

Latrocinio y Corrupción en Huixtla

«A los políticos los desprecio porque venden mercancía averiada de segunda mano, y no tengo mayor interés (…) Antes de político sería atracador de bancos o algo así, pues me parece mucho más noble»
Joaquín Sabina

Dice el dicho que gallina que come huevo, ni porque le quemen el hocico. El edil de Huixtla carga con un maratónico historial de corrupción, cuando fue edil en el 2011-2012.
Tiene en su haber 38 observaciones ante el Órgano de Fiscalización Superior del Congreso del Estado. Obras fantasmas, unas iniciadas y otras más, abandonadas.
Mientras el discurso obradorista es de acabar y frenar a los políticos de uña larga, parece que a José Luís Laparra nada lo amedrenta. Es un mago para desaparecer la lana de los huixtlecos.
Un consorcio de empresas fantasmas le permite maniobrar la paga del erario público. Tiene una horda de subordinados que saben la operatividad para vaciar las arcas de Huixtla.
Lamentablemente el adagio llegó tarde. Aquel que dice «Un pueblo que no conoce su historia está condenado a repetirla».
El Colocho, así se le conoce a José Luis Laparra, aun no comprueba aquella triangulación de 100 millones de pesos.
Con la ayuda de su parentela y de otros chivos de cristalería, fraguó una estafa descomunal en la Ciudad de la Piedra.
Y la historia amigo lector, se repite. Y es que de entrada incrustó en la nómina a su yerno de nombre Emiliano Castañeda Alfaro quién despacha en la Contraloría Interna del municipio de Huixtla.
Sus alfiles son el secretario particular Segismundo Artemio Ruiz Sánchez y el secretario técnico Ángel Eduardo Jiménez Godínez, ambos son los encargados de los desvíos excesivos de dinero, que deben ir aparar a los bolsillos de José Luis Laparra.
Fíjese estimado lector, en la cuenta de Banorte con número 103422242-4 del municipio de Huixtla FGP 2018 MHC 850101V86 exactamente el 27 de diciembre del año 2018 se le emitió el cheque número 0000069 por la cantidad de 19 mil pesos.
Asimismo en la misma fecha, se emitió un cheque más con número 0000070 por la cantidad de 12 mil pesos.
Ahí no para la cosa, también ese mismo día, se extendió otro cheque con número 0000071, del mismo número de cuenta por 78 mil 950 pesos.
Segismundo Artemio Ruiz Sánchez también cobró el 21 de diciembre del mismo año el cheque número 34807563 0000027 pero ahora en Bancomer de la cuenta 00112359146, por la cantidad de 28 mil 478 pesos.
La otra pieza en esta triangulación de corrupción es el secretario técnico Ángel Eduardo Jiménez Godínez.
Este angelito cobró el 31 de diciembre un cheque con número 86474285 0000011 de Bancomer y de la cuenta del ayuntamiento número 00112359170 cantidad de 284 mil 380.52 pesos.
Jiménez Godínez además también recibió otro cheque más, en la misma fecha y con número de cheque 55553986 0000009 por la cantidad de 58 mil 282.21 pesos.
Pero tampoco acabó allí el primer saqueo de José Luis Laparra. Ese mismo 31 de diciembre se extendió el cheque número 64145662 0000032 de Bancomer, con número de cuenta 00112359146 por la bonita cantidad de 160 mil pesos.
Esto es una mini estafa. Lo que le destina a Huixtla con este tipo de funcionarios que tienen el colmillo largo y retorcido y que vitorean que para ellos la Austeridad Republicana es una simulación.
En un abrir y cerrar de ojos, sacaron más de 700 mil pesos de las arcas municipales de Huixtla. Y si a eso le agregamos que las patrullas de la policía que pidieron fiadas con un costo de 400 mil pesos, las facturaron en un millón de pesos, que habilidad para robar de manera vil y descarada.
Por lo pronto, si hablamos de justicia y de Cuarta Transformación. Aquí hay un claro ejemplo para ejercer la sonada justicia elemental. De lo contrario, hablamos de una justicia de oropel.
Pregunta ingenua ¿José Luis Laparra sería entonces candidato fuerte para ser desaforada y enjuiciado?
¿Quién dijo que tengo sed?

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