¡Precaucin!, angeles trabajando

Menores caracterizados como ángeles, payasos, malabaristas, etcétera, pululan en calles de Tuxtla. Sus sueños se escapan de sus manos, mientras consiguen el pan de cada día. De acuerdo al Inegi, hasta el 2017, Chiapas contaba con 164 mil 678 niños, de entre 5 y 17 años de edad incorporados al trabajo infantil

Lucero Nataren / Aquínoticias

Durante un paseo por la calles de Tuxtla Gutiérrez en un día nublado, el fotógrafo Ariel Silva tonó en el cruce por la Torre Chiapas a un niño caracterizado como ángel de crucero. Lo invitó a jugar a hacer caras, Ariel sabía que ese niño debía estar en la escuela, pero se entusiasmó al verlo. «Su breve compañía me da tantos ánimos y me hace pensar por qué disfruto tanto la compañía de extraños», caviló.
En México, alrededor de 3.2 millones de niños, niñas y adolescentes realizan algún tipo de trabajo en actividades económicas no permitidas y trabajo no remunerado en actividades domésticas. En Chiapas de acuerdo al Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), más de 160 mil niños están en condiciones laborales.
Así como ese ángel, hay más niños en los cruceros y calles de Tuxtla. Pedrito, un niño que limpia parabrisas por el semáforo de cabeza maya, recibe alimentos de las personas que salen del restaurant de a lado, los benefactores observan cómo le habla a sus demás compañeros para que se acerquen a comer, compartirá su «botín». Cerca de él, una mochila con el logo del partido verde le recuerda sus días de escuela, la falta de oportunidades y el tener que trabajar para comer, lo alejan cada vez más de esos días gloriosos.
Estas son algunas historias por las cuales cada 12 de junio se conmemora el Día Internacional Contra el Trabajo Infantil. En todo el mundo, 218 millones de niños de entre 5 y 17 años están ocupados en la producción económica. Entre ellos, 152 millones son víctimas del trabajo infantil; casi la mitad, 73 millones, están en situación de trabajo infantil peligroso.
Datos de Inegi señalan que hasta el 2017 Chiapas contaba con 164 mil 678 niños, de entre cinco y 17 años de edad incorporados al trabajo infantil.
No solo está la historia de Pedrito, también lo está el de ese par de niños entre cinco y seis años que venden rosas en el crucero del puente de colores. Los padres de esos niños no se ven, no hay quién los cuide, y si lo están, quizá estén bajo un árbol tranquilamente esperando recibir el dinero que los niños han ganado trabajando.
En la capital chiapaneca se estima existan aproximadamente 2 mil niños en condiciones laborales desde cruceros, vendedores ambulantes, mercados, negocios informales, ayudante de albañil, recolectores, entre muchas actividades más.
La desigualdad no sólo se observa en las ciudades, sino incluso en las zonas agrícolas, en donde los menores se dedican a trabajo de campo, labor que requiere mayor esfuerzo y desgaste. Esos niños tampoco acuden a la escuela. La educación, desigualdad en la distribución de ingresos, migración rural hacia las urbes, son de los tantos factores que han fomentado el trabajo infantil.
El trabajo infantil pone en riesgo a los menores y viola tanto el derecho internacional como las legislaciones nacionales. Priva a los niños de su educación o les exige asumir una doble carga: el trabajo y la escuela. El trabajo infantil, que debe ser eliminado, es un subconjunto de actividades laborales llevadas a cabo por menores de edad e incluye: Las incuestionablemente peores formas de trabajo infantil, tales como la esclavitud, o prácticas similares, y el uso de niños en la prostitución u otras actividades ilegales. El trabajo hecho por los niños menores de la edad legal para ese tipo de tareas, tal y como se establece en las legislaciones nacionales de acuerdo con los estándares internacionales.
El representante en México del Fondo de Naciones Unidas Para la Infancia en México (UNICEF) Christian Skoog, dijo que no existen estadísticas exactas de lo que pasa en Chiapas en cuanto al trabajo infantil porque mucho del trabajo es informal, por lo que comentó que la UNICEF recomienda que los niños vayan a la escuela.
«Por eso la UNICEF promueve una formalización de la economía para poder medir y contar cuantos niños se encuentran en esta situación porque deben estar en la escuela y no trabajando».

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