Soberbia / Rodrigo Ramn Aquino

Soberbia es lo que padece Fernando Castellanos Cal y Mayor. Es tal la burbuja de asesores locales como del centro, chamacos como él, que de verdad se sienten superiores a los demás y poseedores de la verdad absoluta. Cometen el error de pensar que su tiempo, decisiones y pensamientos son más importantes que el del resto de los ciudadanos.
Se les ha escuchado hablar y comportarse, burlarse de quienes, oh atrevimiento, piensan distinto a ellos y no les aplauden cada ocurrencia y despilfarro. Convencidos, porque eso sí hay que reconocerle a esta pléyade de neopolíticos frívolos, rebosan de convencimiento de que Fernando está destinado a algo más grande que la presidencia de Tuxtla.
Deben abandonar la soberbia. No es posible que los cortesanos del ayuntamiento le hayan permitido a Castellanos ir contracorriente de la opinión pública. Los libros de imagen insisten hasta el cansancio que aunque se goce de la verdad un choque contra lo que la mayoría da por cierto es contraproducente. La acción indirecta es lo mejor.
Pero quizá así es el hijo político de Manuel Velasco Coello cuando tiene iniciativa: caprichoso y soberbio, maleducado en las artes públicas. Debe volver a la humildad de quien la buena fortuna le ha sonreído si mayores méritos. La humildad exigida a quien una diputación local pluri y una presidencia municipal con calzador le cambiaron la vida.

Compartir:

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *