Slo asi / Rodrigo Ramn Aquino

Aunque los que nos dedicamos a la construcción de escenarios y a la prospectiva política damos por cierta su aspiración. Aunque hemos padecido el jaguar por aquí y el jaguar por allá hasta el cansancio (todo en exceso aburre), lo cierto es que de todos los aspirantes a la silla gubernamental de Chiapas en 2018, el único que no ha dicho esa boca es mía es Eduardo.
Para muchos el vicegobernador de este sexenio, el hermano político de Manuel, la élite que emerge de lo popular, Ramírez Aguilar volvió a aparecer ante los medios de comunicación, luego de una reunión en Tapachula con su aliado Luis Armando Melgar, para confirmar que es y seguirá siendo verde y que con esta camiseta hará frente al proceso electoral.
Al menos —fotografía del momento— es lo que declaró ayer a los reporteros que cubren la fuente del Congreso del Estado: «el partido Verde es el único partido que está fuerte, unido y que tiene varios aspirantes, lo que es normal pues es un partido de 700 mil votos». Hay temas pendientes en su aún dirigencia, dijo, y que, ojo, es innegable que cuentan con «aliados naturales».
¿Por qué en otros estados, donde el verde no representa lo mismo, se ha podido romper la alianza con el PRI? Justamente porque su fortaleza obliga al yugo. El presidenciable tricolor, quien sea, no dejará ir esos votos. Así, si no se supera esa complicación, sólo quedará apostarlo todo a un proceso de selección abierto a la ciudadanía para evitar imposición. Sólo así.

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