Éxodo migrante: Soñar con un hogar y no pertenecer a ningún lado

La violencia, la marginación y la pobreza, son algunos de los monstruos que desterraron a muchas personas de sus tierras, su hogar. Hondureños, guatemaltecos, nicaragüenses, salvadoreños y haitianos esperan un milagro, las fronteras estadounidenses les han cerrado su corazón. Sólo tienen una esperanza, ser acogidos por México, de no ser así, sólo les espera el «infierno»; ¿qué decidirá el gobierno mexicano?, ¿los dejará a su suerte?

Texto: Darinel Zacarías

Fotografía: Brandon Ramírez/Elías Villacinda

Don Walter Cuello, con un bebé en brazos y mochila a la espalda, junto con tantos miles, ha recorrido tantos miles de kilómetros desde la ciudad de Tegucigalpa, Honduras hasta la frontera sur de México, específicamente Tecún Umán, Guatemala.


Él, luego de la captura de Bartolo Fuentes, se convirtió en el cabecilla y coordinador de la llamada Caravana Migrante, que arribó a esta fronteriza municipalidad conjuntamente con mil 200 personas más.
Walter Cuello dice que huyen de la violencia, la pobreza, la marginación, el desempleo, la miseria, la inseguridad, los asesinatos, secuestros, las amenazas, el reclutamiento por actores armados, extorsiones, violencia sexual y desaparición forzada.


Nacidos en un lugar, donde la moneda está desvalorizada, una tierra sin oportunidades. Se trata del resultado más macilento y descarnado. Un movimiento que deja al desnudo la fragilidad de un país en severa crisis.
Sí, la de una Honduras lesa y agónica, liderada por Juan Orlando Hernández que no les da garantías de vida. Por ello, persiguen el sueño americano que ya, topó con la declaración contundente de Donald Trump: O detienen la caravana en México o mando al ejército a la frontera sur de EU.


Permanecen varados en el parque central de Tecún Umán, se han reagrupado por afinidades, esperan el arribo de un contingente de más de dos mil migrantes.
-Ya no somos una caravana hondureña- Expresó Walter Cuello, pues dijo, se han unido en menos de 48 horas, ciudadanos guatemaltecos, nicaragüenses, salvadoreños y haitianos.


Pero enfatiza -No vamos a cruzar a México, sin esperan a nuestros demás hermanos- Sin embargo, algunas familias han optado de manera aleatoria por cruzar a través de balsas y por los puntos ciegos a territorio mexicano.
Cerca de 400 migrantes, se encuentran en el parque central de Suchiate y unos más, en el albergue que abrió el gobierno municipal, donde reciben atención médica y alimentación.
Los migrantes en tanto se reorganizan, se enlistan y nombran subcoordinadores. El objetivo, evitar a toda costa que los Maras se infiltren.


Sin embargo abiertamente han manifestado que han cambiado su idea central.
– Vamos a quedarnos en México, buscaremos la Visa humanitaria y con Andrés Manuel, estamos seguros lo vamos a lograr- manifestó el líder de la caravana migrante.
Pero en las riberas del Suchiate, el equipo antimotines de la Gendarmeria montó barricadas y se encuentran dispersados en los diversos puntos de trasiego, donde aguardan y esperan las indicaciones para frenar a los migrantes.
Desde hace 72 horas, arribaron a la frontera sur más de 400 elementos de la Policía Federal a bordo de dos aviones Boeing 727, para dispersarse y colocar anillos de seguridad.
Sin embargo, las autoridades mexicanas también han dicho que podrán ingresar a territorio nacional, quienes cumplan con los requerimientos normativos y legaloides. Y eso, es imposible, todos ellos vienen en calidad de «Sin Papeles» huyendo de una hecatombe.
Pese a su esperanza, aquí del lado mexicano las frías cifras de desempleo cunde el pánico en las nuevas generaciones. Pero cosa contraria al mandatario gringo, el héroe, el Mesías de México ha dicho hace unas horas que empleará a los migrantes y les pondrá a tiro de piedra las visas humanitarias.
Y ellos, le van a tomar la palabra y lo van adoptar, como su salvador. El cataclismo cobra vida.

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