Tatiana Clouthier, la promotora y ferrea critica de AMLO

Foto: ADN40

Desde pequeña ha mostrado su fortaleza, autenticidad y pasión por México. Si bien es parte de la llamada «cuarta transformación», no ha dejado de ser imparcial.

Agencias

[dropcap]E[/dropcap]l 1 de julio Tatiana Clouthier Carrillo lucía feliz a eso de las cinco de la tarde, cuando la voz se corría sobre la tendencia de los resultados de los comicios más importantes de la historia de México.
Salió emocionada de la entonces casa de campaña de Andrés Manuel López Obrador ubicada en la calle Chihuahua en la colonia Roma, en la Ciudad de México, acompañada de la entonces sólo Ministra en retiro Olga Sánchez Cordero y contestó a la prensa que el arroz no sólo se había cocido, sino que se estaba quemando.
Más tarde, en el Hotel Hilton, cuando era un hecho que el tabasqueño, a quien ella le coordinó la campaña, había ganado la Presidencia de la República y daría su primer discurso de la noche acompañado de su familia, Tatiana llegó y tomó uno de los asientos de la primera fila.
Clouthier tenía las emociones desbordadas, como la mayoría de los colaboradores de López Obrador y las personas que gritaban porras y se amontonaban en la entrada del hotel por Avenida Juárez para intentar ver al izquierdista que había ido por «la tercera es la vencida» y lo había logrado. Una mujer se acercó a Clouthier Carillo y la abrazó mientras le dijo: «esto es también gracias a ti». Tatiana, sonrojada y conmovida cerró los ojos y sonrió.
En ese momento se cerró un ciclo para la hija de Manuel Clouthier «Maquío» y se abrió otro –que no sería la Subsecretaría en Gobernación que López Obrador le había ofrecido–, porque ese día Clouthier Carrillo con el éxito abrumador del partido Movimiento Regeneración Nacional (Morena) en el Congreso de la Unión, obtuvo una curul federal desde la cual, y para sorpresa de muchos, se ha convertido en una de una férrea crítica de una de las principales iniciativas del Presidente de la República: la Guardia Nacional.

«Una mujer congruente a más no poder»
«Ella es tan auténtica que, mira te voy a decir algo: cuando vas caminado con ella en el centro; cuando nadie te ve como dice la canción, y si ve una botella, un papel en el suelo, cosas tan pequeñas como esas, se agacha y recoge lo que encuentra. Me ha tocado varias veces y me impresiona mucho eso, porque a mí me da asco. Imagínate recoger un papel en el centro de Monterrey, que como el centro de la Ciudad de México, son sucias las calles. Pero ella lo hace», dice María Elena Assad, activista de la organización Evolución Mexicana.
Quienes la conocen y conviven con ella coinciden en una palabra cuando la definen: solidaria. Ella se define incansable. Es una mujer, afirman, honesta de una pieza que siempre está para sus hermanos, amigos y familia.
Tatiana Clouthier Carrillo nació en Culiacán, Sinaloa el 12 de agosto de 1964 en el seno de una familia de empresarios de la región. Hija del ex candidato presidencial por el Partido Acción Nacional (PAN) en 1988, Manuel Clouthier Maquío, y de Leticia Carrillo. Fue la quinta de 11 hermanos, de los que actualmente sobreviven 10.
«Te puedo decir algo: si me dijeran te vas a tener que ausentar y tienes que dejarle encargado a alguien que supervise a tus hijos y tu negocio, la dejaría a ella. Es congruente a más no poder, honesta. Meto las manos al fuego por ella, y son pocas las personas por las que metería las manos, me sobrarían dedos de la mano; pero ella sería de las primeras», dice María Elena, amiga de Tatiana desde hace 10 años y una de las fundadoras, junto con Clouthier Carrillo, de la organización Evolución Mexicana que promueve la participación ciudadana y rendición de cuentas en el norte del país.
María Elena, quien conoció a Tatiana en 2009, cuando contendió para la Alcaldía de San Pedro Garza García, en Nuevo León, la define como «inteligente, congruente, compasiva».
Manuel Clouthier Carrillo, su hermano, «solidaria, detallista, íntegra»; y Rebeca Clouthier Carrillo, la hermana con la que creció como «gemela», como «solidaria, compañera, justa».
Ella se define como una mujer incansable: «incansable, porque creo que tengo mucha energía. Porque creo que a este mundo vine a gastarme, en el buen sentido de la palabra. Vine a usarme, a ponerme al servicio de los demás en ese sentido».
Para sus hermanos y amigos es una mujer virtuosa que tiene dos defectos: es «extremadamente directa» y «aferrada a sus ideas». Y aunque Tatiana tiene un rostro adusto y a primera vista parece una mujer rígida, dicen, es una persona cariñosa que apoya a su familia y amistades cuando la llaman y nunca dice no.
Es quizás ese defecto, el ser «extremadamente directa», el que la ha llevado a oponerse tajantemente a la propuesta de la iniciativa de Ley para crear la Guardia Nacional que propuso el partido que la llevó a su curul, Morena, y que es uno de los emblemas de López Obrador, quien ha dicho en reiteradas ocasiones que a Tatiana «se le quiere», a pesar de esa oposición.
El 18 de diciembre Tatiana pidió replantear la iniciativa durante un encuentro de los integrantes de la Comisión de Puntos Constitucionales de la Cámara de Diputados con Alfonso Durazo Montaño, Secretario de Seguridad Pública y Protección Ciudadana, al argumentar que su contenido no era lo que se le había prometido a la población durante el proceso electoral de la elección presidencial de este año.
«Decía (Alfonso Durazo) muy claramente «desechamos la propuesta de campaña, recorrimos el país y dijimos otra cosa y 30 millones nos dieron la confianza porque dijimos otra cosa, y hoy les estamos diciendo que no». Entonces yo me pongo ahí y me da nervio y empiezo a preguntarme ¿por qué tan pronto y por qué en la Constitución?», dijo ese día.
Durazo Montaño precisó que si el Congreso no aprobaba la creación de la Guardia Nacional, el Ejército sería regresado a sus cuarteles, a lo que Clouthier contestó: «nos amenazan que nos van a quitar a los militares y se vuelve una parte muy preocupante».
El jueves, durante las audiencias públicas que se realizan en la Cámara de Diputados para discutir la propuesta, Tatiana advirtió que si se aprueba en sus términos la creación de la Guardia Nacional, militares podrían determinar quién dirigirá el Gobierno federal en el 2024.
«Lo pongo por varias vertientes, el tener 5 años el mando militar estaría hablando de decir que el mando militar va a terminar determinando quién nos gobernará en los próximos 6 años en este país. Me niego a poner esto como una antesala», dijo, de acuerdo con información de Reforma y El Economista.
«Quitemos la simulación y no porque tengamos que tener la coadyuvancia del Ejército tengamos que hacer una reforma constitucional de la que después nos podamos arrepentir», añadió.

«Era una niña ágil y muy buena para pelear»
Manuel Clouthier la describe como una extraordinaria hermana, y Rebeca Clouthier como su cómplice de travesuras en la vida.
«Ha sido extraordinaria hermana con todos y es la que siempre está teniendo detalles con todos. Es muy sensible, siempre dispuesta a atender las causas de los más necesitados. Muy amiga de sus amigas en el sentido del término solidario», la describe Manuel Clouthier.
Manuel afirma que Tatiana es una mujer «que tiene sustancia», de ideales difíciles de doblar.
«El defecto que le veo es que es muy tajante. A veces no la puedes hacer cambiar de opinión con facilidad. Siento que a veces hay que tener un poco más de flexibilidad, pero fuera de eso es una persona que tiene muchísimas más virtudes que defectos. Pudiera parecer enojona, pero no. Realmente tiene un gran corazón y su rigidez la hace ver a veces de otra manera», opina Rebeca Clouthier.
Rebeca es una de las personas que conoce más a profundidad a Tatiana. De los 11 hermanos, ellas crecieron como gemelas. Se llevan apenas un año y de niñas se turnaban para despertase para ir a la escuela y hacerse el desayuno para así poder dormir más.
Tatiana era su cómplice en todo, recuerda Rebeca entre risas.
Se brincaban bardas, le «robaban» el automóvil a su papá, se ponían pelucas para que no las reconocieran, se colaban en las fiestas para mayores de edad y participaban en grandes peleas a la salida de la escuela pública –a donde Maquío envió a estudiar a sus niños la primaria–.
Porque Tatiana era una niña ágil y muy buena para pelear.
«Recuerdo una vez que se peleó con el «Gera» y le hicimos bolita: «¡Dale Tatiana! ¡Dale Tatiana!», le gritábamos todos», cuenta Rebeca entre risas.
«Era muy bonita. Era una güerita con el pelo corto de casquito, con un… ¿cómo le dicen ustedes las mujeres a ese que usan en el pelo? ¡Un tupé! Tenía el pelo cortado al frente. De ahí el sobrenombre: yo le digo «güera», porque era muy güera. Así me refiero a ella», dice Manuel Clouthier Carrillo.
Era el Sinaloa de la década de los 70 en el siglo pasado, y la familia vivía con comodidades. «La hacienda de los Clouthier es impresionante, es tremenda. Ellos siempre fueron de dinero», dice una persona oriunda de Culiacán.
Pero en medio de ese bienestar, Manuel Clouthier se encargó de que sus hijos estudiaran en una escuela pública en donde Tatiana tuvo contacto desde muy pequeña con la otra cara de la moneda: la pobreza.
«Esa fue una de las cosas que aprendimos de mi padre, quien nos mandó a la escuela pública, fue que desde muy chicos nos hizo ver las necesidades de los demás, y sobre todo a no ver a nadie diferente sino a convivir con el que tiene y con el que no; con el que le va bien, con el que no, y poderme mover de un mundo a otro sin ningún asunto. Me permitió poder crear puentes entre unos y otros. Esto ha sido como un vaivén en mi vida, una gran regalo que me dieron: el poder crear puentes», dice Tatiana.
En Culiacán creció Tatiana con sus 11 hermanos, en medio de tremendas comilonas a la hora de la comida y de la cena, en donde siempre había dos invitados mínimo a la mesa de la familia y donde Maquío les preguntaba a sus hijos cómo les había ido en el día.
«No te puedes imaginar lo que era la hora de la comida. Era una locura en el buen sentido de la palabra. Mínimo teníamos dos invitados por cada comida. Iniciaba con una oración de agradecimiento por los alimentos y empezaba la pasadera de comida, la repetida. Luego se daba una conversación muy amena donde mi papá nos preguntaba qué habíamos hecho. Al final del día, era una sobre mesa larga y mucha gente a la mesa», recuerda Tatiana.
Eran tiempos divertidos. Una infancia rodeada de vecinos que jugaban en el enorme patio de Tatiana a las escondidas, a los encantados, voleibol.
«Había una iglesia enfrente de la casa, y había un estanquillo. Ahí nos juntábamos y jugábamos», dice Tatiana.
Pero a violencia en Culiacán empezaba a preocupar a los padres de Tatiana, y Maquío decidió, cuando ella tenía 15 años, enviarla a estudiar la preparatoria a Estados Unidos. Esa fue la causa, dice, por la que dejó su natal Sinaloa tan joven: la inseguridad.

Su paso por el Partido Acción Nacional (PAN)
«Si alguien me hubiera leído la mano le hubiera dicho que no es cierto. Mis intereses estaban en otra parte. Estaban en el deporte, era yo voleibolista y ese era mi sueño: haber sido jugadora profesional de algún deporte, o haber estudiado la carrera de Dirección Deportiva. Cuando me vine a Monterrey estudiar eso en aquellos años, que hoy en día es toda una profesión, era con un futuro un poco castigado; entonces me metí a otra profesión, y cuando menos pensé me invitaron a trabajar a una administración municipal. Luego empecé a estudiar una Maestría en Administración Pública y eso me llevó al servicio público. Se fue dando de la mano, no fue una cosa planeada», dice Tatiana.
Llegó a los 15 años a Estados Unidos. Ahí, en compañía de su hermana Rebeca, estudió la preparatoria y se inclinó por el atletismo. Le gustaba correr, era una gran corredora recuerda Rebeca.
«Cuando estábamos en Estados Unidos en la prepa corrimos muchas carreras. Cruzamos el Golden Gate en bicicleta, a pie. Nos pusimos gordas las dos al mismo tiempo por tragonas y nos íbamos a correr las dos juntas porque nos remordía la conciencia de lo que comíamos. Ya no hallábamos cómo adelgazar por lo que habíamos engordado», narra Rebeca Clouthier.
Pero las carreras terminaron y Tatiana regresó a México y se inscribió en la Licenciatura en Lengua Inglesa en el Tecnológico de Monterrey. Luego, estudió una Maestría en Administración Pública por la Universidad Autónoma de Nuevo León.
A la política, dice, entró por su padre. En el Partido Acción Nacional (PAN) inició su formación junto con su hermana Rebeca. En eso también fueron cómplices.
«Yo entro al PAN por este asunto de mi papá. No sé si fue en 1986 o fue después de la candidatura, o antes que entré. O si fue para votar en la convención del 88», dice Tatiana.
En el PAN militó 17 años. Entre sus primeros trabajos destaca que se encargó de dar forma a la la plataforma electoral del candidato panista en los comicios de Gobernador de Nuevo León en 1997. En la entidad fue Consejera Estatal del Comité del PAN y trabajó en el Gabinete de Fernando Canales Clariond en la coordinación de Educación Media Superior de la Secretaría de Educación.
«En el ámbito de la política también estuvimos juntas: trabajamos en el municipio de San Pedro juntas, estuvimos en el PAN juntas. Cuando ella fue Diputada federal por el PAN, yo fui presidenta estatal del PAN en Nuevo León. Mi hermana y yo hemos sido cómplices de vida en todo. Es alguien con la que puedo contar incondicionalmente a la hora que yo necesite», dice Rebeca.
Tatiana ocupó una curul en la Cámara de Diputados en 2003 y una de sus propuestas fue la modificación al artículo 406 al Código Penal, pues buscaba que hubiera pena de prisión para los funcionarios que desviaran recursos del erario para ellos o para sus familiares. Pero fue votada en contra por la mayoría.
Como Diputada también le tocó el desafuero de Andrés Manuel López Obrador. Fue ahí cuando sus convicciones éticas la llevaron a rechazar la pauta marcada por su propio partido y votó en contra del desafuero.
«No había motivos y circunstancias de porqué dejar a nadie fuera, por descalificar solamente; tenía que haber motivos, no nomás porque ere mi oponente. En la democracia se compite y la gente decide, en ese sentido es como yo veía que no teníamos porque descalificar de la contienda a Andrés», afirma Tatiana.
Entonces, en 2005 llegó la ruptura con el partido en donde había militado los últimos 17 años de su vida.
La hija del Maquío decidió abandonar el PAN, la fuerza política en la que se formó, a la que ingresó siguiendo el ejemplo de su padre, y en la que su hermana Rebeca era una militante activa.
«Yo dije: el PAN empieza a parecer una mala copia del PRI. Eso es lo que detona mi salida», dice.
Su hermana Rebeca– que continuó en el PAN y sumó 30 años de militancia antes de también renunciar al partido este año– dice que la renuncia de Tatiana no significó un distanciamiento entre ellas.
«A nosotros nos educaron en el amor, solidaridad, respeto, pluralidad, diversidad. Yo amo a mis hermanos y respeto las decisiones que ellos tomen; siempre y cuando sea en el cause de las leyes. Nos educaron para luchar desde la trinchera que nos diera la gana. Lo único que nos dijeron que no debíamos hacer es quedarnos cruzamos de brazos viendo que el mundo pasa y nosotros no fuéramos protagonistas», dice.
Tatiana salió del blanquiazul y decidió no militar de nuevo en ningún partido. Ni siquiera en Morena, en donde colabora actualmente con López Obrador. En 2009 buscó ser Alcaldesa de San Pedro Garza García por la vía independiente; sin embargo, le fue imposible porque en esos años aún la figura no existía. Fue el partido Nueva Alianza (Panal) el que decidió lanzarla gracias al llamado que hizo junto con un movimiento ciudadano que se gestó en Nuevo León.
El movimiento y Tatiana pedían que un partido político apoyara la candidatura, sin condiciones y sin exigirle que se afiliara.
La contienda fue reñida y se hablaba del «factor Tatiana». La hija del Maquío se colocó en un segundo lugar en las encuestas, por debajo del candidato del PAN Mauricio Fernandez Garza. Al final de la contienda obtuvo 23.3 por ciento d ella votación, sólo un poco por debajo del candidato del Partido Revolucionario Institucional (PRI), que obtuvo 26.65 por ciento, y bastantes puntos de distancia del candidato del PAN, quien consiguió 46.6 por ciento de la votación.
Pero aunque no ganó, Tatiana conoció a varias de sus grandes amigas en esa elección. Amigas que la apoyaron en la carrera por la democracia, pero a través de la sociedad civil.
Además de conocer a María Elena Assad, conoció a Lorenia Cannavati. Una mujer que también participa en la política y que fundó con Tatiana y otras mujeres la organización Evolución Mexicana.
Lorenia describe a Tatiana como una mujer «comprometida, congruente y apasionada». Cuyo defecto quizás, dice, es que es «dura en sus convicciones».
«Es una persona que no descansa jamás. Está todo el día haciendo cosas por los demás. El que agarra el teléfono y le marca, si ella no puede o no sabe, ella ve para conseguirle cómo alguien más puede ayudar. Es dura en sus convicciones y en lo que cree y es recta. No es fácil que cambie de opinión porque está muy apegada a sus convicciones», dice Cannavati.
Lorenia afirma que Tatiana Clouthier es una amiga cariñosa y generosa.
«Cuando estuve enferma, siempre estuvo en el hospital. Se da tiempo para todo, para cumplir con la gente que quiere. Es sumamente cariñosa y buena amiga», dice.
El activismo de Tatiana Clouthier se remonta a 1994 en donde formó parte del Grupo San Ángel que se manifestó en contra de la violencia electoral. También forma parte de la organización Red Cívica y de Ciudadanos en Apoyo a los Derechos Humanos, es miembro de la Women»s Democracy Network, un grupo de promoción de la Cultura de la legalidad en donde participa desde 2004.
Clouthier Carrillo también se ha dado tiempo para escribir y es autora de cuatro libros: Crónica de un fraude anunciado (1992), Maquío, mi padre (2006), Curul 206, una visión del Congreso (2006) y Parejas, Parejas en coautoría con Valeria Guerra (2018).
«Me defino a mí misma como una ciudadana de tiempo completo. Es fundamental que aprendamos a respetamos y a trabajar de forma conjunta. A tomarnos de la mano con lo que nos une en lugar de con los que nos divide», dice.
Rebeca y Manuel Clouthier coinciden en que Tatiana se parece físicamente a su madre, Doña Lety, quien falleció en diciembre de 2017, sólo que en rubia y con los ojos azules de Maquío. En el carácter es igual a su padre.
«Maquío tenía esa característica: era muy hábil para las respuestas, de alguna manera ha de traer ese gesto heredado, o lo ha de haber aprendido de mi padre», cuenta Manuel.
Tatiana, dice Rebeca, también heredó de Maquío la rigidez y lo estricta.
«Físicamente a mi mamá, nomás en güera. En personalidad no te podría decir. Yo creo que de los dos saqué el trabajo comprometido y de servicio», dice Tatiana.

Los roces de Tatiana y Vicente Fox
Uno de los detractores más importantes de Tatiana Clouthier Carrillo es el ex Presidente Vicente Fox Quesada.
Fox fue Secretario del Ramo Agropecuario en Gabinete Alternativo del PAN con Manuel Clouthier el Maquío.
En el documental realizado por Azteca Opinión en febrero de 2016, denominado «Maquío: rebeldía, seducción y tragedia», Vicente Fox describe en tres palabras lo que movió a Maquío a ingresar a la política: «eso lo llevó a la política: la pasión, la compasión, el compromiso de servir al país».
Y en el mismo documental acepta que una de las causas que hizo posible su llegada a la la Presidencia de la República en el 2000, fue el «boquete que le abrió el Maquío al sistema» 12 años atrás.
Pero con Tatiana Clouthier, quien tenía 24 años cuando acompañaba a su padre en 1988, Fox Quesada no tiene una buena relación y le critica su apoyo a Andrés Manuel.
El 8 de marzo Vicente Fox y Tatiana intercambiaron unos tuits, pues el ex Presidente le reclamó su adhesión al proyecto de López Obrador.
Tatiana escribió primero en un tuit –luego de que Fox en una entrevista arremetiera en contra del tabasqueño–: «Vicente Fox el hombre que pasó a la historia como quien tumbó al sistema y ahora quiere ser recordado como quien perdió la razón! No cualquiera aguanta irse al rancho».
Y más tarde Fox contestó: «Mi querida Tatiana que dirá tu padre verte sumada a ese equipo d delincuentes. Qué vergüenza al apellido CLUTHIER, sumándote a un caudillo con CERO principios. Que dirán los ciudadanos a quienes nos inspiró y movilizó el http://MAQUIO. Me pregunto quién ha perdido la razón?»
Tatiana dice que Vicente Fox le faltó al respeto a la memoria de su padre al tratarle de poner palabras. Ella no se atrevería a plantear «¿qué diría Maquío de Vicente Fox si lo viera ahora?».
«Me encararía poderle poner palabras a Maquío, pero Maquío murió hace 30 años. El país era otro, la circunstancias otras, Vicente Fox era otro, yo era otra. Entonces, quererle yo poner palabras a mi padre es tomarme atribuciones que no me corresponden, y que Vicente le ponga palabras a mi padre es tomarse atribuciones todavía peores, que menos le corresponden. No me atrevería poner palabras a mi padre contra Vicente Fox. Lo único que haría es mentir, no puedo imaginarme qué diría mi padre. Me encantaría poder inventar para decirle a Vicente Fox cosas, pero me parece una falta de respeto hacerlo», dice.
El apoyo de Tatiana a López Obrador no es nuevo y se remonta a la elección presidencial de 2012 en donde a través de un video la hija de Maquío le brindó su apoyo. Luego, en los comicios de 2017 se unió al equipo de asesores de la candidata a la gubernatura del Estado de México Delfina Gómez Álvarez, del partido Movimiento Regeneración Nacional (Morena).
–Pero, ¿qué llevó a Tatiana a seguir a López Obrador?, ¿en qué se parecen Andrés Manuel y su padre?–se le pregunta.
–En el proyecto. Mi padre fue un hombre extremadamente congruente y creo que Andrés Manuel lo es; congruente a lo largo de su vida. Podemos ver su historia de lucha y de congruencia. Es lo que yo veo en Maquío. Por otra parte tenemos esta parte del tema de proyecto de nación, cuando hablamos de eso es un proyecto con economía con rostro humano. En el 88 se buscaban proyectos con solidaridad y subsidiaridad, que sigue siendo algo que se maneja hoy en día con Andrés. La parte de respeto a los derechos humanos a los trabajadores, en esta parte veo puntos de unión en los proyectos–contesta.
La decepción del PAN que la llevó a renunciar en 2005 a la fuerza política, también la motivó a separarse de la vida partidista. Tatiana Clouthier se unió al proyecto y al equipo de Andrés Manuel López ObradoR, pero no se afilió ni a Morena, ni a ninguno de los otros partidos que lo postulan.
«Hace mucho dejé de militar en un partido y estoy participando en el partido más grande de este país que se llama México. Cuando dejé la vida partidista, me di cuenta que no era muy buena consejera y decidí pasarme a las filas más grandes de la sociedad civil», dice.
Esa trinchera es la que más le gusta, afirma. Pero Tatiana ni siquiera se considera una mujer de izquierda. No la define esa ideología, ni tampoco la derecha, porque para ella no existen.
«Yo digo que las izquierdas y las derechas no existen ya, así como tal. Soy una mujer que ama a México, que me gusta buscar que la equidad se dé en la parte económica, de derechos, como en obligaciones. Soy una mujer que le gusta ser congruente entre lo que digo y lo que hago. Soy alguien que se comprometió a no quejarse y hacer en lugar estarse quejando. Soy una apasionada», se define.

(Con información de Sin Embargo)

https://www.sinembargo.mx/13-01-2019/3521391 (enlace original)

Compartir:

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *